Legión

TU - OJOS

Han pasado dos semanas desde que los Shame llegaron al pueblo y en todo ese tiempo no me había enterado que sus padres eran los que se reunían con mi madre casi todas las noches, según mi madre ya me había mencionado ese apellido antes, pero no lo recuerdo. Ahora estoy en mi cuarto con un traje de noche intentando ponerme una estúpida corbata, porque iremos a la casa de los Shame a cenar por el acuerdo recién firmado de mi madre con sus padres. Cuando estoy listo bajo las escaleras y mi muy enojada madre me hace una seña para que salga.

  • Te has demorado – me reclama ella.

 

  • Lo siento madre, se me dificultaba anudar la corbata – trato de excusarme, pero ella solo me mira como diciendo “tienes casi diecinueve años y aún no sabes cómo ponerte una corbata”. El camino a la residencia de los Shame se hace en un silencio no incómodo y después de diez minutos mi madre estaciona el carro frente a una casa muy grande con una gran verja que impide el paso hacia ella.  La cual se abre después de unos segundos y mi madre vuelve a arrancar. Observo la casa, es hermosa y tiene una gran vegetación, flores, grandes árboles y una gran fuente en el jardín.

 

  • Bienvenidos sean – anuncia una señora joven, tiene los ojos negros como los de Shennio y Aisha, tez blanca como la porcelana. Es la señora Shame o eso creo, tal vez es otra hermana.

 

  • Buenas noches, Shania este es mi hijo Federick – anuncia mi madre haciendo que la señora Shame me observe detenidamente para después esbozar una gran sonrisa mostrando sus dientes.

 

  • Buenas noches señora – digo yo

 

  • Hola querido, no me digas señora, dime Shania – me dice está acercándose a mí y agarrarme del brazo para que camine junto a ella y mi madre, yo solo le sonrió y camino en silencio hasta llegar a la gran puerta de madera que nos permitirá el paso a su casa.

 

Cuando entramos una gran ola de frio me azota, pero estamos en invierno y le restó importancia. Shania nos va guiando a lo que creo que es una sala de estar, ahí se encuentran Aisha y Enosh sentados junto a un señor joven, por lo que supongo que es su padre; este tiene los ojos tan azules como los de Enosh y el cabello igual de negro que el de Shennio y Caisha; me pregunto de donde habrá sacado ese color de cabello Enosh y Aisha, porque la señora Shame lo tiene igual de negro.

  • Bienvenidos – dice levantándose el señor Shame – buenas noches, Claudia – saluda a mi madre de un beso en la mejilla y después me observa sonriente – tú debes ser Federick, justo Aisha me estaba hablando del gran deportista que eres. – dice y yo observo como Aisha se acerca a mi madre para brindarle un abrazo.

 

  • Mucho gusto señor – es lo único que digo y le doy una sonrisa con la boca cerrada, a lo lejos se escuchan pasos y aparecen Shennio y Caisha, como siempre totalmente serios y callados.

 

  • Sentémonos a charlar un rato, pronto la cena estará lista – anuncia la señora Shame y nos dirige a mí y mi madre a un sofá de la sala, los hermanos Shame se sientan todos en el sofá que está en frente y los señores Shame en uno que se encuentra a un lado del nuestro.

 

  • Su casa es hermosa – dice mi madre observando todo lo que está a su alrededor

 

  • Gracias querida, Caisha la decoro – dice está mirando a su hija con gran orgullo, yo dirijo por primera vez mi mirada a ella y me está mirando, aparto mi mirada y empiezo a observar la decoración, es muy hermosa quien diría que la callada de los Shame habría decorado esto.

 

  • Decoras muy hermoso Caisha – dice mi madre mirándola, pero esta solo está observando sus alrededores – tal vez un día de estos te llame para que me ayudes a decorar mi casa, Fede no tiene buen gusto – dice mi madre mirándome y yo solo sonrió con la boca cerrada otra vez.

 

  • Y cuéntame, Fede ¿Qué deportes haces? – me pregunta el señor Shame

 

  • Mmm bueno… hago atletismo y me gusta jugar futbol – respondo con un deje de inseguridad.

 

  • ¿te gusta correr? – habla ahora la señora Shame

 

  • Si – respondo con una sonrisa

 

  • Si fuera por Fede correría todo el día – dice mi madre mirándome con ternura – es su forma de despejar su mente

 

  • Oh que gran casualidad – dice la señora Shame – Caisha ama correr por lo mismo – mi mirada va hacia la de ella, pero ella está haciendo lo mismo que cuando mi madre le hablaba, mirando sus alrededores como si fuera ella la que está de visita.

 

  • Están haciendo pruebas, por si quieres entrar al equipo – digo, pero me arrepiento al instante en que los otros hermanos Shame se ríen por lo bajo. Frunzo el ceño por su falta de modales y decido no volver a hablar toda la noche, al menos que me pregunten algo.



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En el texto hay: sangre, sangre amor confuso

Editado: 06.05.2020

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