Al escuchar su historia empecé a entender la soledad de aquel hombre y como esta se parecía tanto a la mía, pues a ambos nos quitaron lo que más amábamos, sin embargo ahora tenía una idea de lo que había visto la noche anterior. Al terminar mi conversación con aquel hombre le dije que conocía a alguien que quizá supiera como salvarla.
Más tarde le lleve al “El barquero” para que conociera a mi compañero de viaje, sin embargo al llegar a mi habitación le encontramos arrodillado en silencio, le pregunte que le pasaba, sin embargo este no respondió.
Me acerque a él para ver si se encontraba bien, pero al voltear su rostro vi como sus ojos iluminados por una luz celestial empezaban a llenar la habitación. Al crecer la luz comencé a sentirme agobiado por ella, grite lo más fuerte que pude para que despertara, pero sin ningún resultado. EL anciano me aconsejo salir de la habitación, y dejarlo en paz.
Había pasado una hora desde que lo dejamos a solas y el silencio aun reinaba en la habitación, sin embargo tuve el presentimiento de que la maldad del bosque volvería esta noche. En medio de la espera se escuchó el grito de una mujer diciendo:
--- Mi niño, se lo han llevado, alguien ayúdeme por favor.
Ambos bajamos lo más rápido y salimos de la posada, al llegar a la escena descubrí que aquella mujer era la madre del niño de la noche anterior, al parecer la marca en su frente era lo que la criatura usaba para elegir asus víctimas.
Me acerque con mucho cuidado y le pregunte cuantos años tenía su hijo, él tiene solo cinco años me dijo, entonces le pregunte al viejo curandero porque se llevaba niños tan pequeños, él me dijo que los necesitaba para drenar juventud luego que lo hacia los tiraba en el rio.
Entonces supe que si quería salvar a ese niño debía rescatarlo esta noche, volví a la habitación a ver si “mi compañero” había terminado su fuera lo que fuere, cosa. Al entrar lo vi cambiando sus ropas, y le conté lo que había sucedido, para mi sorpresa este me comento que ya lo sabía, y que nuestra llegada a este pueblo no fue una coincidencia.
Durante un tiempo guarde silencio, pero luego de algunos segundos le mire fijamente y le pregunte porque me lo había ocultado, este me respondió:
--- En este mundo hay luz así como oscuridad y deberás aprender a reconocerla, esa será tu primera misión.
Luego de eso supe que debía hacer, sin embargo no sabía por dónde empezar. Era tarde cuando la luna comenzó a brillar con más fuerza como si esta advirtiera una terrible catástrofe. En medio de ese dilema la gente del pueblo comenzó a juntarse y a prender antorchas y a tomar sus armas para ir en busca del niño, sin embargo trate de advertirles que a lo que se enfrentarían no era algo fácil de matar, pero nadie me escucho.
Habían pasado ya unos minutos cuando un grupos de quince hombres entro al bosque en busca de aquel pequeño, tenía las ganas de acompañarlos pero mi compañero de viaje no me lo permitió, al cabo de una hora se escucharon gritos por el bosque, algunos pidiendo ayuda, otros un socorro y otros ya no se escucharon.
Ambos sabíamos que ellos no estaban a salvo, pero ellos habían tomado su decisión, y no había nada que se pudiera hacer. En medio de los llantos de las mujeres por sus maridos e hijos que habían entrado al bosque, se vio a una sombra salir de aquel lugar tenebroso cojeando de un pie y tambaleándose de un lado a otro, era uno de ellos, estaba mal herido le faltaba un brazo y había perdido mucha sangre.
Rápidamente se acercaron para sanar sus heridas, pero antes que pudiesen tocarlo este se levantó y dijo con una voz terrorífica:
--- Hmm, aaahhh los hijos de los caídos hoy están a mi lado y parte de mí son. --- dijo
--- ¿Que deseas de nosotros? --- preguntaban las madres
--- Lo que tanto ansiaba ya lo tengo, y no os lo devolveré.--- respondió
En ese momento el viejo Belfort (curandero), se acercó y entre lágrimas le pidió que parase y que no hiciese más daño.
--- Ahhh te conozco, eres aquel muchacho de hace cuarenta años, aún recuerdo cuando te la arrebate de entre tus manos, ella gritaba tu nombre una y otra vez. --- dijo con voz desalmada y fría.
Entonces mi compañero se acercó a él, de pronto el cuerpo poseído empezó a temblar y oculto su rostro.
--- ¿Quién eres tú?--- le pregunto el ser que había poseído al herido.
--- Soy aquel que viene, y ustedes no verán --- respondió
Depues haber terminado aquella frase, saco su espada y le corto la cabeza, está rodo por el suelo dibujando unas palabras “estamos cerca”. Mi mente trato de asimilar la situación, pero fue demasiado para mí, me sentí mareado y empeze a perder la conciencia de ver tanta sangre en el suelo. Estaba a punto de caer, pero mi compañero me levanto y me dijo:
--- El único mal que nos puede hacer caer somos nosotros mismos, así que lucha por los que amas, y si lo haces este mundo será mejor.
Luego de escuchar sus palabras mi confianza en el aumento, y decidí preguntarle su nombre, pues no quería seguir llamándolo compañero. Me miro y dijo: