Aquel martes de octubre se mostró lluvioso y fresco, junto con un incipiente catarro por mi parte. El frío se había colado el día de ayer por mi cuerpo y ahora estaba demostrando su lado más negro, bueno más bien amarillento y en forma de mocos y de un leve dolor de garganta. Salí de mi casa acompañada de Lena cargada de pañuelos y bien abrigada para que el frío no hiciese mella en mí de nuevo. Con mi enfermedad cualquier infección por muy pequeña que fuese podría desembocar en algo muy grave, por lo que como se suele decir “Mejor prevenir que curar”.
Las dos nos dirigimos al colegio en el bus en el cuál fuimos conversando.
- Aria de verdad, si vas a salir con la bufanda y los guantes voy a hacer que no te conozco. Sé qué hace fresco pero ¿Eso no es exagerar?
- Lena, ahora mismo no estoy capacitada para darte una respuesta coherente, sólo soy capaz de producir mocos y más mocos. Odio el frío y sus consecuencias.
- Ay amiga sólo a ti se te ocurre enfermar a poco de la fiesta de Tina. Ya te puedes ir cuidando si no sé de alguien que va a tener que rezar mucho para que no la maten
- Gracias por los ánimos amiga. Yo también te quiero- Me acerqué a ella para darle un beso pero se alejó de mí.
- Aléjate de mi Satanás, máquina productora de mocos. No quiero verme en tu aspecto cuando el sábado tengo mi cita con Pamela
- Espera espera ¿He oído bien?¿Vas a salir con Pamela, el sábado?
- Amiga, ¿Los mocos te están taponando los oídos también o qué?
- Deja de meterte con mi estado moquil y compadécete de mí y responde a la pregunta sin hacer evasivas.
- Sí. He quedado con Pamela este sábado- Solté un i que sonó a caballo desbocado por culpa de mi afonía, lo que hizo que la gente del autobús se girase a vernos.
- Lo siento chicos todavía estamos en fase de doma- Dijo Lena a los curiosos del autobús- Y hoy con el día de tormenta que se avecina se ha puesto nerviosa- Le pegué de broma en el brazo.
- Con amigas así es mejor no tener enemigas-Dije al tiempo que me empezaba a sonar.
- Habla la que me está poniendo en riesgo antes de una cita.
- Touché-Con eso pusimos fin a la conversación y bajamos del autobús en donde nos esperaban los demás. Vi como Kevin se levantaba y se dirigía a mí dirección.
- Kevin si fuera tú me alejaría de esta máquina de gérmenes por el día de hoy.
- ¿Qué te ha pasado miraditas?
- Mocos a granel y dolor de garganta y un tiempo de mierda que no ayuda a nada.
- Ahora entiendo lo de la bufanda. Si te duele es mejor que la protejas y te abrigues para no empeorar la situación.
- ¿Ves? Jake me entiende Lena, no cómo tú, mala amiga- Le dije sacándole la lengua.
- Ay dios, ya te puedes ir recuperando para mi cumpleaños o te mato.
- Eso mismo le dije yo, que justo escoge el peor día para enfermar. Como me contagie antes de mi cita la mataré con mis propias manos. Me has oído bien.
- ¿Sabéis qué? Una no escoge cuando enferma, o si quiere o no enfermar. Esto es impredecible y no se puede controlar. Ojalá fuese así. Ojalá pudiésemos elegir la opción de estar sanos tan sólo pulsando un botón, pero la vida no es así.- Me alejé del grupo, notando como mi ira junto con las ganas de llorar se mezclaban, dando lugar a un estado de impotencia. Si existiese ese botón yo sería de las primeras en pulsarlo, eliminando así de mi cuerpo el Genar13. En mi peculiar e impreciso estado llegué a clase y me senté esperando a que el profesor y el resto de alumnos llegasen ya. Quería olvidarme de todo lo que acababa de pasar, y si para eso tenía que pasar por clases soporíferas entonces bienvenidas sean estas. En mi estado de trance noté como alguien me tocaba el brazo.
- Aria ¿Estás bien?- era Jake
- He hecho un drama ¿verdad?
- Si me permites mi opinión, no lo creo. Creo que tienes razón. Los amigos están para apoyarse y cuidarse los unos de los otros y Lena y Tina no han mostrado ese aspecto hoy por lo que entiendo tú reacción. No obstante ellas son tus amigas y estoy seguro de que el fondo están preocupadas igual y de que ahora mismo deben estar las dos muy apenadas por sus comentarios. Así que pequeña lo que debes hacer ahora mismo es cuidarte.
- Me has llamado pequeña
- Sí. Lo siento, ¿Prefieres Aria?
- No. Pequeña está bien por lo menos no es Piecito.
- Si te sirve de consuelo en eso yo soy BigFoot- me enseñó sus pies levantando uno de estos sobre la mesa-. No veas lo que cuesta encontrar un 44
- Lo mismo que un 35- Ambos nos reímos.
- Gracias. Eres un buen amigo.
- Y como buen amigo te ofrezco un caramelo de menta.
- ¿Siempre vienes preparado para todo?
- Para casi todo- Me tendió el caramelo que cogí de manera agradecida. Luego se sentó a mi lado.