“Si algo me sucede, recuerda que debes buscar a tu padre, eres muy joven todavía y necesitas aprender a ser una bestia, Rein… Necesitas ser fuerte para el día en que yo no esté para cuidar de ti”
“Los golpes seguían cayendo sobre mí, torpemente intentaba cubrirme y esconder mis garras y colmillos, estaba aterrada, esos seres que fabricaban armas con los huesos de otros me estaban gritando que yo era un monstruo… los monstruos… eran ellos”
Lena y Rein Capítulo 6: Monstruo
Todo era un espectáculo, los hombres jugaban y se turnaban para maltratar a la bestia mientras los gritos en las bocinas aturdían los sensibles oídos de la loba, cansada, quedó sobre una de sus rodillas, empapada en sudor y llena de lesiones en el cuerpo.
-No es la misma bestia que nos atacó en el callejón, ¿Ves que no eres tan valiente ahora que también tenemos armas? - Le gritó uno de los agresores pisando la mano de la bestia.
- ¿Dónde están tus garras? ¿Y tus colmillos? - Añadió propinándole una patada en la quijada que la hizo caer de espaldas.
Los abucheos continuaron, Rein comenzó a perder el conocimiento, escuchando cada vez más lejos los sonidos a su alrededor, su nariz había comenzado a sangrar y su olfato se tiñó de rojo.
-El jefe dijo que no ensuciáramos su pelaje si se transformaba- Dijo entre risas uno de los hombres, tomando la manga de su sudadera para limpiarle la nariz.
-Esta loba no es más que un perro doméstico- Se burló una voz proveniente de las bocinas.
“Los humanos… son repugnantes…” Pensó Rein intentando mantenerse despierta, cuando estaba por desmayarse escuchó a lo lejos una voz que la llamaba.
- ¡Rein! ¡No te atrevas a morirte, maldita loba engreída! - Se escuchó al tiempo que la puerta salió volando, un enorme ciervo sin cuernos embistió la entrada para interrumpir la pelea clandestina.
- ¡Una bestia! - Las personas que presenciaban la transmisión enloquecían esperando que el espectáculo continuara.
El ciervo se abalanzó sobre el grupo de hombres y los lanzó unos metros, detrás de él salió Lena, apresurándose para ver a Rein.
- ¡¿Qué hacen ustedes aquí?!- Preguntó la loba luchando por respirar con normalidad, tenía une hemorragia nasal que le impedía hablar ya que inhalaba y exhalaba el aire por la boca.
-¡Cállate, esa debería ser mi pregunta!- Le gritó el ciervo colocándose delante de ellas en posición de ataque.
-¡Brito, creí que eras una hembra!- Le dijo a modo de burla el líder del grupo, golpeando contra la palma de su mano una especie de matillo hecho de hueso.
-¡Tus cuernos son bastante resistentes! Creí que habías tenido suficiente sólo con haber perdido eso, la loba se ofreció en tu lugar ya que tu cuerpo es débil a comparación del suyo-
-Todo podría haber continuado con normalidad, pero se pasó de lista- Le advirtió haciendo un ademán como su fuese a golpear una pelota de béisbol.
Lena sostenía a Rein, intentando detener la hemorragia de su nariz con la mano, su cuerpo temblaba al reconocer a los hombres que tenía delante, eran los mismos que la habían tenido cautiva.
-Esa es la chica, así que estaba con ustedes- La señaló otro de ellos - ¡Vayan por ella y traigan a la loba! - Ordenó.
Brito continuó embistiendo a todo el que se acercara, Rein gruñía con dificultad intentando ponerse de pie al ver como su compañero enfrentaba a los hombres solo. Lena hacía lo posible por levantarla, pero era bastante pesada para ella.
El ciervo volteó a verlas para gritarles que huyeran, pero en ese momento un arma de fuego se accionó, atravesando al animal gigante.
- ¡Señor Brito! - Gritó Lena aterrada mientras Rein permanecía atónita intentando digerir la escena.
“Loba fanfarrona” “Hoy comeremos pizza de ayer” “No importa lo que los demás piensen, eres una buena bestia, Rein” “¡A partir de ahora sólo seremos tú y yo contra el mundo!”
La bestia sin cuernos cayó al suelo, quedándose inmóvil, a lo lejos un hombre de traje sonreía sosteniendo una pistola humeante.
El sitio se quedó en silencio por un momento, incluso los espectadores quedaron atónitos. Lágrimas cayeron de los ojos de una enmudecida Lena mientras Rein permanecía incrédula sin quitar la vista de Brito.
De inmediato un par de hombres se apresuraron a capturar a Lena, separándola de golpe de la chica bestia, la joven intentaba luchar, pero uno de ellos la golpeó en el abdomen, haciéndola perder el aliento.
-¡Rein!- Gritaba Lena con desesperación al ver que la loba permanecía quieta como en estado de shock.
-Atrapen a la loba, será buena mascota para el mejor comprador ahora que veo que no es capaz de hacer daño- Se burló el hombre de traje mientras sus hombres sometían a Lena.
El público que presenciaba la transmisión comenzó a abuchear nuevamente y cuando dos hombres más se acercaron con cuerdas para amarrar a Rein, ella comenzó a gruñir ahora bufando y emitiendo ruidos bastante fuertes conforme se aproximaban.
Sin pensarlo más, haciendo una especie de lazo, lanzaron la cuerda sobre ella, rodeando su cuello, al jalar y apretar el nudo, Rein sujetó la cuerda evitando que la estiraran. No haciendo más ruido que el de un profundo gruñido, dio un tirón a la cuerda, haciendo caer al hombre cerca de ella.
El hombre quedó petrificado al verla a la cara, sus ojos ardían como lava, entre un color naranja y rojo, sus colmillos estaban apretándose como soportando el impulso de morder y su expresión era de furia contenida.
- ¡Es un monstruo! ¡Es un maldito monstruo! - Gritó aterrado el hombre tratando de arrastrarse para alejarse y correr, pero la loba clavó sus garras en su pecho deteniéndolo de golpe.
El pelaje de Rein se erizó, sus orejas se inclinaron hacia atrás y colocándose sobre sus cuatro extremidades, la bestia se abalanzó sobre el cuello del hombre, acabándolo de una mordida ante la vista de todos.