Letal-Shot

El escape/ataque

Apenas había cerrado los ojos y la alarma ya estaba sonando a las 5:00AM. Me levanté con ganas de acostarme otra vez. 
Hunter, recargado en la pared me hizo seña de que todo estaba despejado, desperté al resto para irnos de allí. ¿Exactamente a dónde vamos? 
—Escuché de un refugio en ciudad universitaria, está algo lejos. 
—Sigamos la línea del Metrobús. — sugirió Luis. 
Con el destino decidido, nos encaminamos a la puerta principal. 
Eliot y su gente aparecieron frente a la entrada, bloqueando está. Armados hasta los dientes. 
—¿Ya se van Neo? Pero si acaban de llegar. 
—Te dije que estamos de paso. 
—¿Te vas a ir con ellos Alison?  
No respondió y se ocultó detrás de mí. 
—Neo, ¿se te olvida que somos más que ustedes? 
Hunter le puso su palma frente al rostro de Eliot. Cargando el cañón de Ligthcat. 
—Eliot, ¿se te olvida que tengo a un androíde a mi lado?— hubieran visto la expresión de su cara. Pensé como un momento de “Tug life, o Town down for what.” Me quería reír pero debía comportarme serio.  
El hermano de Alison también vino con nosotros. Nos dio la idea de salir por los túneles Buenavista.  
Todo iba bien, hasta que Alberto se adelantó por el pasillo, tirando un tubo de esos que hacen mucho ruido; atrayendo a cientos de infectados, correteando nos en plena oscuridad sin saber a dónde íbamos. 
Logramos salir y vimos un metrobús frente a una academia de baile. 
Subimos al MB y usé los cables para encenderlo. 
—¡MORGAN ARRANCA! 
—Espera que aún faltan Alison y Brandon.—  Metí reversa y acerqué el camión a ellos. 
Mientras tanto Hunter saltó del camión a salvarlos. Los infectados estuvieron a punto de morder a Brandon pero Hunter usó mi cuchillo contra ellos. 
Cargando a Alison, rápidamente la subieron al Mb y arranqué. Los infectados corren demasiado rápido. 
No sé si hice bien en aceptar que Alison y Brandon vinieran, exponiendo los aquí en las calles. Aún así, Fórum se estaba convirtiendo en una ruleta rusa. 
—Escuché que hace siete años, un tal Jesse Ventura descubrió ataúdes apilados en un campo. ¿No es raro?, En otras palabras esto no fue coincidencia ¿no lo creen? ¿No, no? 
Volteé a ver todos, pero ninguno dijo nada. Alison miraba por la ventana y Hunter me abucheo con señas. 
—Pero a ustedes no se les hace raro… 
Estaba amaneciendo, y el MB se detuvo en parqué hundido, frustrando a todos bajamos para revisar que tenía. 
Me quedé arreglando el camión, los demás bajaron al parque a distraerse un poco y les pedí que no se fueran muy lejos. Media hora más tarde y había arreglado esto, tuve que ir a la gasolinera y quitarle otras piezas a un carro. 
Bajé con los demás y los encontré acostados en el suelo. 
—Nos vamos ya. 
Todos se levantaron, Luis pasó a darle una patada a Alberto. —¡Párate huevón! 
Escuchamos el barritar de un elefante. Poco a poco nos asomamos a la calle y sí, vimos pasar uno frente a nosotros. Pero su piel es diferente… es verdosa y amarillenta, tampoco traía trompa. 
—Así que el virus ataca a cualquier forma de vida. Debemos tener más cuidado a partir de ahora.— El Arquero nos miró preocupado y le respondimos de la misma forma. 
Por detrás algo abrazó a Brandon y le mordió el hombro. Nos sorprendió ver qué era un Gorila con las mismas características del elefante. 
Hunter atacó al Gorila separando a Brandon de este. Hunter golpeó el pecho del Gorila pero vió que esté ni se movió. Los ojos de Hunter se hicieron más grandes. 
Mientras ellos peleaban, nosotros alejamos a Brandon. 
El Gorila tomó a Hunter por los pies y lo estrelló contra un roble, tirándolo. 
—¡HUNTER! — gritamos. 
Y aparecieron más de estos atacando a Hunter. 
—¡Váyanse! 
Corrimos a una unidad y entramos en el primer apartamento que pudimos abrir. 
—¡Ahorita vengo! 
—¡¿MORGAN A DONDE CARAJOS VAS?! 
Alison estaba llorando porque ya era tarde para su hermano. Alberto y el Arquero aventaron su cuerpo por el balcón. 
Luis fue a asegurarse de que el departamento fuera seguro. —¿A dónde fue Neo?—  
Entré por la puerta cayendo al suelo con Hunter. Lo hicieron puré. 
—¿Morgan… fuiste a salvar a Hunter?, Eres un cabrón… — dijo el Arquero. 
 




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