—¡Me duele!
—Lo siento Hunter, hago lo que… ¡tu eres un androíde!
Reunidos en la sala, reíamos mientras reparaba a Hunter.
Alison meditaba sola en el balcón. Luis regresó la mirada dos veces y notó que ella no quería integrarse. Él se acercó con una taza de té y se la ofreció. —¿Qué tienes?
—Nada…— Molesta, fue a dormir. Miramos a Luis extrañados y no dijimos nada… bebimos el trago amargo por la pena de ella.
Alberto empezó con una pequeña burla hacia Luis. Supimos que era al instante. Pasa que entiendes el humor de la gente.
—Eeeeeaaaaah! — burlándonos. Enserio que Luis se enrojeció.
Y ella, escuchó todo desde su habitación. —Estúpidos…— tratando de hacer un esfuerzo por dormir, la noche siguió en su plenitud.
—Bueno, terminé. Hunter, ya puedes moverte.
—¿Morgan por qué Hunter no usa un control como los demás androides?
—El piloto automático me aburría. Oye cuál es tu nombre?—
—Díganme Arquero. Los nombres crean vínculos y dolor.
—¿Ora?, Si Luis ya hasta ilusiones se hace. — interrumpió Alberto y todos hicimos segunda: “!Ohhh oh!”, seguido de risas.
Hunter y yo nos quedamos despiertos.
Él hacía vigilancia desde el balcón y yo leía en un sillón individual. Frente a mi, dormía el Arquero.
—Esas cosas casi te destruyen.— abrí hilo con Hunter.— interrumpí la lectura.
—Por poco y no la cuento, que bueno que llegaste.
—¿Eran androides verdad?
—¿Cómo lo supiste?
—Vi qué cuando lo golpeaste ni se movió, les implantaron muy bien el tejido viviente.
El Arquero tenía los ojos bien abiertos frente al oscuro respaldo del sillón. Oyendo la conversación.
—No hay que decirles nada. No quiero que se preocupen.
—Morgan… ¿Eso no es un androíde? — Hunter logró ver a uno parado cruzando la calle, sin moverse.
Me levanté rápidamente a asomarme al balcón, pero Hunter me prohibió salir. Ya que podría dispararnos.
Lo único que pude ver es que este caminó hacia el parque.
—¿Bajamos a ver?
Nos adentramos en el parque frente a la unidad. A lo lejos, vimos al androíde y Hunter preparó el cañón pero esté se echó a correr.
Lo perseguimos hasta dónde nos atacaron los “Gorilas”.
Alguien nos habló de alguna parte. —¿Tú eres Neo22M01?,¿Tú eres Hunter?— Levantó las manos, mostrando su vulnerabilidad de que no hará nada. Logramos verlo en la oscuridad.
Hunter bajó el cañón.
—¿Quién lo pregunta?
—Lo siento, es que te ves diferente… ¿y Morgan?
—¡Aquí toy!— salí detrás de Hunter.
—Neo, es un placer verte con vida. Ya me lo esperaba pero no vine a socializar; vine a decirte algo muy importante.
—Claro… pero ¿quién eres? no podemos verte.
—Soy yo Morgan. —Se escuchó a otra persona y supe que era James F.
Le di palmadas al hombro de Hunter señalando a James. —¡Hunter, es James y su androíde K34-C, Skull!
Ambos nos emocionamos, es un conocido. Fuimos del mismo equipo en algunos juegos de L-ST.
—Vamos viejo, salgan no hay porque temer.
Skull y James salieron poco a poco de su escondite. Mi sonrisa se borró poco a poco.
—¿Qué te pasó James?
Gran parte del cuerpo de James era de su androíde K34-C Skull, no podía creer lo que estaba viendo.
—Esas cosas muerden bastante fuerte Morgan. Antes de morir, Skull me reconstruyó con algunas partes de su cuerpo. Salvando me y nuestra mente forma un solo ser.
—Lo siento, ¿y estás bien?
—Más vivo que nunca... Hunter, Morgan. Vengan conmigo.
—No entiendo.
—Todos los competidores de L-ST, estamos peleando contra está amenaza. Ahora estamos en China, está infestado. Serían una gran inspiración para todos, nos da una esperanza.
—Lo siento James, no puedo, estoy buscando a mi familia. Dame diez días, no cinco. Ven a buscarme en cinco días y ayudaremos. El rastreador estará encendido.
—Entiendo Morgan... cinco días. Suerte.
—¡Espera!, ¿Qué hay con esto?, Esta claro que vienen por mi.— señalando los cuerpos de los “Gorilas”.
—¡Ya lo tengo cubierto!, Cuídate mucho Morgan.
Nos despedimos de James.
Una hora después, James llegó al aeropuerto. —¿Los encontraste?— James respondió que en cinco días regresará.
El avión despegó, en busca de más androides para ayudarles.
—Así que, él se quedará en la ciudad…
Cerca del avión, un sujeto extraño miraba el despegue. Sentado en la orilla de un pequeño camión, con las puertas abiertas.
Mientras encendía un Puro, alzó la vista y vió que tres infectados corrían hacia él.
Exhalando el humo despreocupado.
Una enorme cola de escorpión salió zigzagueando de la profunda obscuridad del camión; atravesando el pecho de los tres infectados con su aguijón, metiendo los al camión.
—Ese mocoso destruyó a mis Gorilas. Las cosas se pondrán interesantes… — dijo este.
Hunter practicó una vez más un nuevo truco. Total, ya estábamos afuera.
—¡Hunter, encontraremos a nuestra familia, chócalas!— después de chocar los puños sonreí.
—Volvamos.— Dijo Hunter.
Este sujeto, frente al camión. Soltó una risa psicópata mientras cerraba las puertas y unos enormes ojos rojos iluminaron la oscuridad.