23/09/15
Hora: 19:50
En la soledad de mi cuarto.
¿Qué demonios ha sido eso?
¿Alguien me está gastando una broma? Debe ser eso, sí. Por favor que sea eso.
No resistiría a la idea de que esto fuera real, nada de lo que hay en esa nota.
Eso me pasa por metida, siempre meto mis narices donde no me han llamado.
¿Por qué he ido a tu jodido cuarto y he estado buscando cosas que te identifiquen? ¿Por qué, entre todo el desorden que había allí, justo he tenido que ver esa carta?
¿Por qué la metí en mi bolso y la he acabado de leer?
Si eras el muchacho de la capucha, entonces te he podido conocer… te he visto antes.
Y estabas en el cementerio, eras aquel chico…
Con una profunda tristeza y soledad al lado de su abuelo, al cual no visitaba en años.
¿Qué te hizo ir a visitarlo? ¿Por qué te acordaste de él? Debe de tener una razón todo esto.
¿Por qué no volví al otro día y te hablé?
¿Por qué entre todas las personas vivas y muertas, he tenido que elegir escribirle a tu abuelo, y a ti mismo?
¿Por qué cuando preguntaban por Annie en los megáfonos de anuncio en el instituto nunca iba?
¿Por qué le escribías a tu abuelo por mí?
¿Cómo es posible que todo esto sea verdad, y ni siquiera me parezcas conocido? ¿Cómo fui tan importante en ti, en tus decisiones, en tu forma de ver la vida y nunca nos vimos? Ni hablamos, ni compartimos palabras de aliento, ni poesía, ni tocamos juntos el piano, ni nada.
Y si alguna vez nos cruzamos, ¿cómo es que no me reconociste?
Si moriste hace unos pocos meses, entonces ¿Sabías cuando todo el mundo se enteró de que yo le escribía a los muertos?, y si es así ¿Por qué no me hablaste? ¿Por qué no me fuiste a buscar? ¿Te causé miedo, no era la persona que esperabas? ¿Te desilusioné?
También te gustaba la soledad del cementerio y su ambiente, te gustaba escribir, eras igual que yo. ¿Por qué no fuimos amigos?
¿Por qué éramos tan parecidos…?
¿Sí conseguiste algo con Lia? No es que me importe mucho…
¿Seguiste visitando a tu abuelo? ¿Por qué no nos volvimos a ver entonces?
¿A qué horas ibas? ¿Qué le escribías?
¿Seguiste con la poesía?
¿Cómo te fue en los campeonatos de futbol? ¿Ganaste?
¿Qué hiciste con mi nota, la que sacaste de la tumba de tu abuelo?
¿Tu abuela siguió trayéndote dibujos animados?
¿Eran ricas sus galletas?
¿Por qué creías que iba a pensar algo malo de ti? ¿Por qué te juzgaría? Si yo hacía lo mismo.
¿Por qué no te burlaste de mis sentimientos? ¿Cómo es que no te di miedo?
Eres… Eras el único que me entendía, y ni siquiera te conocí. No me considerabas loca ni demente, definitivamente me encantaría seguir leyéndote. Escribes muy bien, me hubiera gustado algún día leer tu poesía.
Sé de una persona que estaría encantada de ayudarme…
Y con respecto a esa personita, ¿Qué respondías cuando te regañaban por ella?
¿Eras sensible? ¿Solías llorar en la oscuridad de tu cuarto, o te hacías el fuerte?
¿Por qué le ponías fecha a tus cartas?
¿Por qué solo encontré una sola, si dijiste que le ibas a escribir más?
¿Pasó algo que cambio tu forma de pensar?
Nunca me vas a poder responder…
Pero ahora la pregunta que más ronda en mi cabeza es otra…
Eras una gran persona, al parecer, como todos suelen decirme, con una fabulosa vida.
Unos encantadores padres, hermana, amigos.
No veo que pudieras tener ningún problema económico, social, ni psicológico.
Y en lo que tengo entendido, conducir en estado de embriaguez también es suicido, atentar contra tu vida.
Haces algo sabiendo que está mal, que te va a cambiar… Que va a acabar todo.
Ese día saliste de casa con rabia, según me contó tu hermana. Estabas mal, pero aun no entiendo la razón. Pero te prometo que la averiguaré.
Y aunque tengo miles de preguntas, que sé que no podrán ser respondidas…
Daría todo por saber sólo una.
¿Qué te llevó a suicidarte, y tirar todo a la basura?
Tuya, Annie.