Leyendas de las Sombras

El traidor de la sangre

Necrópolis, antaño la ciudad de la alquimia y la brujería, había surgido de entre la oscuridad como una de las ciudades más prósperas de todo el continente de Agria. Sobrevivió a la Guerra de los ancestros, a la llegada del Gran invierno y a la furia de Midgrad. Dejaron atrás su adoración al dios de la oscuridad, Hergal, y bajo un nuevo gobierno monárquico la ciudad se convirtió en un poderoso reino.

El rey César el invencible, rebautiza la ciudad a, Cerenía, en honor a su difunta hermana, y el reino a, Nagglis, el nombre de su padre, de quien heredó el sueño de levantar la ciudad.

Se construyó un gran palacio para la coronación y un gran trono para el rey, ya sentado en el poder el rey comenzó a hacer su voluntad sobre sus súbditos, ordenó la prohibición de la magia oscura y sus variantes, promulgó el comercio con los demás reinos y ciudades aledañas, anexando algunos, convirtiendo su reino en un imperio que casi cubrió toda Agria.

Esto generó envidia y temor de los pocos reinos que aún eran independientes del reino de Nagglis, así que planearon la caída del rey Cesar, convenciendo a algunos reyes y duques de traicionar a su rey. Por otro lado, por las cordilleras del norte y por los mares del oeste, comenzaron a llegar hordas de bárbaros y saqueadores que saquearon las granjas y ciudades de comercio. Al ver que su temido rival se encontraba vulnerable, muchos Reyes y duques se rebelaron contra el rey Cesar, generando muerte y desesperación a los ciudadanos de Nagglis.

Fue en este periodo tan violento, que varias casas nobles fueron destruidas y otras nuevas surgieron, muchos reyes fueron traicionados y muchos traidores se convirtieron en reyes. La confianza o la amistad parecía haber desaparecido, transformándose una creciente ambición y deseo de poder. Incluso los mismísimos bárbaros comenzaron a repugnarse por la falta de honor de aquellos hombres de la nobleza, por lo que una vez obtenido su botín regresaron a sus tierras.

La guerra de Damocles, así fue bautizado aquel conflicto de traiciones y mentiras.

A pesar de todo este caos, el Reino de Nagglis se mantuvo en pie. El rey Cesar, junto con sus generales de mayor confianza, repelieron a los traidores y tomaron sus ciudades más importantes, devolviéndole la estabilidad al reino y recuperando la confianza de su pueblo. Se libraron decenas de batallas que costaron la vida de miles de guerreros, incluyendo la vida de muchos de la familia real, hasta que al final solo quedan el rey Cesar y su más confiable general, su hermano, Brusio el abnegado.

Brusio, es el hermano mayor de César, pero rechazó ser el heredero por voluntad propia al no querer tener tales responsabilidades. Se convirtió en general, viviendo una vida de libertades y placeres, hasta que su hermano lo convoca para la batalla, aceptando inmediatamente para la sorpresa del rey César.

Juntos, Cesar y Brusio, acompañados de sus demás hermanos y amigos, como nuevos generales del reino, participaron hacia la batalla más importante de la guerra de Damocles, La batalla de los picos de hielo. Sobre una cordillera congelada en donde se encontraba el último bastión de los traidores, ambos ejércitos se enfrentaron en lo que seria la batalla final entre los leales y los traidores. 

Los gritos de guerra y de agonía resonaron entre las heladas ventiscas, la nieve blanca se pintó de rojo sangre mientras enterraba los cadáveres de ambos ejércitos. Tantas muertes y tanta sangre derramada, atrajo la atención de la indulgente diosa de la muerte, Hella, y la sádica diosa de la sangre, Carlet, quienes observaron aquella batalla desde sus reinos, avivando aún más el desenfreno de los soldados y mitigando su miedo a la muerte.

Entre todo este conflicto, el rey Cesar, en compañía de Brusio y los demás generales, lograron abrirse paso hacia el interior de la fortaleza, encontrando a los reyes traidores temerosos del rey Cesar. En su desesperación, los reyes traidores liberaron el necronomicon, el libro más sagrado de la antigua Necrópolis y en donde se presume estaban los hechizos y encantamientos más poderosos del dios de la muerte.

Magia negra de alto nivel. 

Al ver esto, todos los soldados que lograron sobrevivir huyeron, quedando únicamente el rey Cesar y sus leales generales. El necronomicon fue abierto y de inmediato el rey que lo sostenía murió, el libro comenzó a brillar y volvió a cerrarse. El necronomicon no puede ser sostenible por manos vidas y sus secretos no pueden ser leídos por simples mortales, asique cerro sus pagina y callo sobre la nieve.

Era un objeto divino, pero inútil.

Sin su arma secreta, el Rey Cesar comenzó a asesinar a los últimos traidores, hasta que solo quedó uno quien con sus últimas palabras dijo.

"... Te maldigo, traidor de la sangre..."

El rey César atravesó su corazón, dándose cuenta de que el último traidor no lo estaba viendo a él cuando recito aquella maldición, sino a otra persona. Lo último que el rey Cesar sintió fue una fría hoja incrustarse en su espalda, para finalmente ver como la espada de su familia energía violentamente de su pecho, manchada con su propia sangre. Su muerte fue rápida, no pudo ver al traidor, siendo eso su primer lamento, de resiente rey muerto.

Solo un mortal vio lo que sucedió, un mortal que se convirtió en el nuevo rey de Nagglis y que transgiverso los hechos para quedar como el valiente héroes que vengó a su rey de macabras artes oscuras. Brusio el abnegado, ahora era Brusio, el héroe de los picos de hielo, y con su gobierno el reino de Nagglis poco a poco se convirtió en el reino más depravado y corrupto de todo los siete continentes. Cerenia, capital del reino, ahora era un lugar de cruel libertinaje y de los placeres más mundanos que poco a poco destruyeron el sueño del fallecido rey César, quien fue asesinado por el traidor de la sangre.

 



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En el texto hay: antologia, luz y oscuridad, maguia

Editado: 27.12.2022

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