Francis estaba feliz de poder haber vuelto a su mundo, un mundo protegido que nunca debió haber dejado a atrás.
Una vez que habló con sus dos vampiros de más confianza y los más capacitados para realizar una tarea importante y peligrosa, guió a Ramson, la pareja que el destino le había dado, hacia su alcoba que quedaba en el segundo piso de su casona.
Una vez dentro, Francis, con todos los años que tenía de existencia, se sentía nervioso y ansioso por ya explicarle todo a su pareja.
—Ramson —habló mientras lo llevaba a un sillón que había a un lado de la enorme habitación—, cuando Randoll me encontró hace 10 años y me capturó, juré que algún día saldría y me encargaría de él.
Al ver los ojos abiertos de su pareja, maldijo, pero no había razón para mentirle.
— ¿Vas a volver para matarlo? ¡Estás loco! Ya te atrapó antes, bien puede hacerlo otra vez y él te iba a hacer cosas horribles, iba probar enfermedades en tu cuerpo —vio cómo su pareja se estremecía ante lo dicho—. No permitiré que vayas, no irás —fue su rotunda respuesta.
Francis sonrió algo confundido, él había pensado que su pareja se opondría a que matara al hijo de puta que había logrado atraparlo, pero no, él estaba preocupado porque podrían apresarlo nuevamente.
—No iré yo, sino dos de mis más fuertes guerreros, para este momento, ya deben haber concluido y estar de retorno en cualquier momento. Los puedo sentir porque estamos vinculados y si bien ellos no pueden ubicarme a mí, yo puedo saber dónde están ellos.
Su pareja se relajó visiblemente.
— ¿Cómo te atrapó?
—De la forma más estúpida posible. Había ido a tu ciudad porque tenía curiosidad por saber cómo festejaban la noche de brujas y todo había ido bien, incluso me había alimentado de algunas personas que estaban ebrias y no noté que Randoll me estuvo vigilando a lo lejos. Fui un idiota descuidado y me atrapó disparándome algo que me dejó noqueado por un tiempo.
—Lo siento.
—Cuando hace un año comencé a soñar, ahora sé que contigo, no sabía que el destino me estaba avisando que mi libertad estaba cerca. Según mi sueño, para llegar a donde estaba, tenías que sortear unos túneles que nunca te dejaban llegar hasta la puerta donde estaba. Hasta, como bien dijiste, esta mañana soñé al fin que llegabas a mí y cuando desperté sin poder verte, grité tan fuerte que… No fue mi intensión, pero el doctor Richard justo había entrado a esa oficina y mi grito lo asustó al punto que… sufrió un infarto.
Ambos se quedaron en silencio, Francis tenía todas las emociones a flor de piel y no podía dejar de agradecer que esos sueños hayan traído a su pareja, pero a la vez, sentía lastima por ese doctor que en fondo sabía que no era malo ya que nunca lo trató como lo hacía Randoll.
—Yo tengo un año en los laboratorios —reveló su pareja con voz baja—, y desde que ingresé, comencé a soñar con pasadizos confusos que no me llevaban a ningún lado, era frustrante escuchar te pedir que te libere y no poder ubicarte.
Francis vio como los ojos de su pareja se humedecieron y sin pensarlo dos veces, lo abrazó fuerte, mientras lo hacía, su pareja, le dijo que no se sintiera responsable por la muerte de Richard y si bien él no odiaba a ese doctor, Francis sí lo hacía en el fondo porque no lo liberó cuando pudo y aun sabiendo todo lo que le estaban e iban a hacer.
—Hoy Randoll, llegó a mi prisión. Me culpó cómo era previsto y me dijo que los estudios no se detendrían porque un tal doctor Penwald iba a ocupar su lugar y que él no sería tan benevolente como Richard —Francis tuvo que respirar hondo— que él sí haría todas las pruebas que se había negado a hacerme durante años.
—Maldito, yo jamás me hubiera prestado a ello —la voz de Ramson sonaba amortiguada por hombro de Francis. Su pareja se amoldaba perfectamente a su cuerpo—. Hoy —continuó después de un respiro—, cuando supe todo lo que te harían, simplemente me negué a ello. Y algo me decía que debía verte que mis sueños estaban conectados contigo de alguna manera y no me equivoqué.
—Cuando Randoll me dijo lo que me haría ese doctor Penwald, no supe que mi libertad estaba tan cerca hasta que te conocí.
Francis no supo bien cuanto tiempo estuvieron abrazados, hablando de vez en cuando sobre detalles de su casa, de su reino, nada sobre el laboratorio y él lo agradecía profundamente.
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Editado: 18.02.2019