Libertad

Capítulo 6. Las calles de la miseria

Daniel gritó preso de un ataque de nervios y cayó de espaldas al piso. Desde allí observó cómo de debajo de la túnica de la Virgen, a sus pies, una fuente desconocida de combustión empezó a generar chorros de fuego. Ella extendió sus brazos a sus lados y lanzó un agudo bramido, mientras mantenía una mueca de dolor y las flamas la envolvían. Su cuerpo ardía en llamas, pero el fuego no la consumía.

Las lenguas de fuego se esparcieron por la sala abrazando sillas, mesas, cortinas. Daniel llevó sus manos a su estómago al sentir que sus entrañas se retorcían.  Nunca había sentido un ardor tan intenso en su abdomen, ni en sus peores episodios de acidez estomacal. De su boca brotó una larga llamarada; estaba quemándose desde dentro. Sus vísceras ardían mientras lanzaba alaridos de dolor. Sobre la piel de sus brazos emergieron terribles quemaduras por las cuales se asomaron varios fogonazos. Pronto se vio envuelto en llamas que lo consumían con rapidez. Convertido en una antorcha humana, se lanzó contra la ventana cerrada, rompió sus vidrios y cayó al vacío.

En la calle, las personas transeúntes vieron a Daniel precipitarse desde el quinto piso del edificio, y luego se empaló sobre la rama rota de un árbol ubicado junto a la entrada del inmueble. Su cadáver quemándose quedó colgando de la rama. Las mujeres en el lugar gritaron aterradas al verlo. Muchos curiosos arrastrados por el morbo macabro filmaron el suceso con las cámaras de sus smartphone.

Roberto salió corriendo por la puerta del edificio. Estaba agitado con su mirada extraviada. Tropezó con los curiosos apostados en la entrada que veían el cadáver de Daniel ser consumido por el fuego.

—¡Muerte a Daniel Andara y a Arlex Borjas! —gritó en el momento en que corría y se abría paso entre  toda la multitud.

—¿No era ese Roberto Carrizales, el que busca la policía? —preguntó un hombre, uno de los curiosos allí presente que videogrababa con su smartphone.

Al ver a Roberto, el hombre cambió de objetivo y lo videograbó a él cuando corría y se perdía de vista.

 

 

*******

El amanecer en la ciudad de Moscú estaba cubierto de una espesa bruma, entre cuya opacidad se asomaban las siluetas de la Casa Blanca de Moscú y el Kremlin.

En una amplia y lujosa habitación, María Laura daba vueltas sobre su gigantesca cama, tratando de liberarse de sus cálidas sábanas que la atrapaban y la seducían para seguir durmiendo. Se frotó los párpados y los fue abriendo poco a poco, para adaptarlos a la luz del día que se filtraba entre las cortinas del ventanal. Se sentó en la cama y encendió su smartphone, que había dejado conectado al cargador de energía sobre su mesita de noche. Lo revisó y vio en él un mensaje multimedia recibido; era un video.

Ella reprodujo la videograbación. Ésta mostraba a Daniel, de mirada lejana y perdida, atado a una silla. Reconoció de inmediato la voz de Raymundo hablarle al hombre, pero el psiquiatra no era visible al estar fuera del foco de la cámara.

—Te envío este video para que recuerdes que te descubrimos. Es más interesante que el video que tenías para chantajear al líder. No recuerdas nada por la hipnosis, pero pensamos que mereces saber que... morirás por traidor. Esta noche Rasputín te visitará y tomará tu alma. Se divertirá contigo como le plazca. Lanzamos la medalla y Dios le dio la espalda, señor fiscal.

La amenaza de Raymundo terminó en una larga carcajada y la pantalla se puso en negro.

—No Danny, no, no mi amor. —María Laura rompió a llorar.

 

 

*******

La muerte del fiscal Daniel Andara causó revuelo informativo los días siguientes. La prensa, radio, televisión y medios Web concentraron su atención en el asesinato. De vez en vez en la televisión, Zulay ofrecía avances informativos sobre el desarrollo de las investigaciones por parte de la policía científica, que se negaba a dar mayores datos a la prensa para, supuestamente, no entorpecer la investigación. No obstante, el ministro de Interior y Justicia, Tiberio Haitán, había asegurado que en poco tiempo daría una rueda de prensa sobre el caso.

—Recordemos que el mismo día de su muerte, el fiscal general anunció que fue abortado un plan de magnicidio contra el presidente Arlex Borjas, donde presuntamente estarían involucrados varios estudiantes, así como el alcalde del municipio Tiuna Leonardo Pérez —dijo la periodista.

Arlex bajó el volumen del televisor a control remoto, después de ver el último reporte noticioso de Zulay. Luego retomó la nueva reunión con su círculo de confianza, en el salón de reuniones de la oficina presidencial. 




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