Life Eternal

CAPITULO 4: Where Did Party Go

     Estoy en la calle donde estaba el señor Smith, está lloviendo, el agua adhiere mi cabello a mi piel, tengo puesta la pijama, lo que para mi significa que traigo un bóxer y una playera, en este caso, con tirantes del mismo color, veo hacia el cielo y está completamente nublado, las gotas se precipitan frías contra mi piel, esto debe de ser un sueño. Doy vueltas en mi eje tratando de comprender que es lo que pasa a mi alrededor, una neblina empieza a formarse, mi campo de visión se vuelve cada vez más reducido y algo se escabulle. El sonido de unas pisadas me ponen la piel de gallina, algo pasa corriendo detrás de mí, cuando volteo es tarde, no logro ver nada, vuelvo a escucharlo a mi espalda y vuelvo a voltear, pero de nuevo soy demasiado lenta, estoy segura que esto solo es un sueño. 

-Fiore Sheppard...- Escucho mi nombre de nuevo a mis espaldas, cuando giro veo en el horizonte, entre la niebla y la lluvia al señor Smith, su aspecto es más deplorable, consumido por lo que sea que le está causando esto. Camino hacia él con paso vacilante, sus ojos negros no se despegan de mí. 

-Esto es un sueño... esto es un sueño... esto es un sueño...- Me siento indefensa frente a él, no tengo armas y mi cuerpo se siente pasmado por la lluvia fría. Una sonrisa se empieza a dibujar en el rostro del hombre, una sonrisa deforme y tétrica, dudo en si seguir acercandome. 

-Repetir eso hasta el cansancio ¿te hace sentir mejor?- Se cruza de brazos y empieza a reírse a carcajadas. Noto que no parece del todo animal, salvaje, como lo había visto los días anteriores, una chispa de raciocinio ha regresado a sus ojos.

     Cuando estoy justo frente a él me toma desprevenida, pone su mano en mi antebrazo, me sujeta con fuerza he intenta acercarme a él, yo batallo para soltarme, siento como sus dedos queman mi piel, veo su mano bien sujeta de mi brazo y cuando levanto la mirada ya no es el señor Smith, su apariencia ha cambiado, veo a un hombre alto, trajeado, con una tez clara y unos ojos color miel que lentamente se empiezan a encender como brazas, dando lugar a un color rojo vivo, sus pupilas se vuelven dos líneas delgadas. Es un demonio, el demonio que posee al señor Smith, estoy segura de eso. Sus cabellos son largos y castaños, unas ojeras se apoderan de sus ojos mientras que mantiene sus dientes apretados, parece desesperado, bajo de nuevo mi mirada hacia mi brazo y su mano ya no es normal, no es humana, su piel es negra y se ve gruesa, tiene unas grietas que resaltan en color rojo y cada dedo tiene una garra en vez de uña. Hago otro intento por liberarme de él, esta vez tengo éxito, caigo de espaldas, cierro los ojos por un momento y los vuelvo a abrir, lo veo frente a mí, con su traje y su elegancia, el agua lo empapa de la misma forma que a mí.

-Esto no es un sueño...- Su voz suena grave y causa eco en mi cabeza, parece desesperado. -¡Tienes que sacarme de aquí!- Parece que me está pidiendo ayuda, baja la mirada y se desabrocha su saco, rompe su camisa y veo su pecho, noto que tiene una mancha enorme en el centro, palpita con la misma fuerza que la de Regina, la sra. Smith.

     Me levanto y camino lentamente mientras él sostiene su ropa, dejandome ver su pecho expuesto, acerco mi mano lentamente, apoyo las yemas de mis dedos sobre la piel y siento un borde, me acerco aún más, noto que le duele mi contacto, pero intenta aguantar. Cuando estoy lo suficientemente cerca noto que tiene trozo de madera saliendo de su pecho, es una astilla, ¿porqué la tiene el demonio clavada en el pecho?. 

-¿Lo ves?- Me pregunta con su voz algo entrecortada. -Yo no soy el culpable...- Me dice molesto, apretando los dientes. 

-¿Quién eres...?- Le pregunto viendolo directamente a los ojos, da un par de pasos alejandose de mí. -¡Dimelo!- Siento la desesperación, el sueño está por acabar y si no me dice nada no podré ayudarlo.

-Asmodeus... -Dice entre dientes y abro mis ojos de par en par. ¿Asmodeus?. De repente una luz me ciega, es fuerte y cierro mis ojos intentando evitarla. 

     Una descarga eléctrica se apodera de mi cuerpo, me hace levantarme de forma abrupta, siento mi frente sudada y un escalofrío me recorre por completo. Mi respiración es agitada, veo que estoy en mi habitación, desperté del sueño, pero si cierro los ojos puedo ver de nuevo al demonio frente a mí. 

-Asmodeus... uno de los siete principes del infierno, representa la lujuria... ¿qué haces atrapado en el cuerpo de ese pobre idiota?- Hablo en voz alta conmigo misma, de repente las luces de mi habitación se encienden y de nuevo me siento ciega.

-Wow... gracias por tu breviario cultural....- Veo que Leo está en mi habitación, ¿qué demonios hace aquí?. -Solo veía por mis audífonos... -Levanta ambas manos, en una de ellas cuelgan los audífonos que me prestó hace un par de días. -¿Estás bien?- 

-Si... estoy bien...- Suspiro con fuerza y vuelvo a dejarme caer en la cama.

-¿Segura?- Parece que no está dispuesto a acercarse más, pero su preocupación lo hacen quedarse. 

-Si... ahora largo de mi habitación...- Le digo mientras tomo una almohada y se la aviento con fuerza, sale brincoteando y no puedo evitar reírme en cuanto cierra la puerta. Volteo hacia el reloj que tengo a lado, noto que no falta mucho para que tenga que levantarme, supongo que volver a dormirme no será una opción. 

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