Life Eternal

CAPITULO 6: I'm Like A Bird

     Saltamos del borde y de inmediato me toma en brazos, nos precipitamos hacía el suelo y antes de tocarlo él y aterriza con delicadeza, me pone en el suelo y me vuelve a tomar del brazo para seguir caminando, alejándonos del edificio, pasamos por entre las calles, casi nadie camina, claramente volar es más divertido, noto que el objetivo es salir de la ciudad. Todo el camino Hariel va callado y distante, parece molesto, supongo que lo que pasó allá con Rivia no fue para nada agradable, pero creo que tampoco fue forma de arreglar las cosas, siento un poco de tristeza por esa mujer.

-Oye... Tal vez no tenga por qué meterme, pero creo que fuiste muy duro con ella... Parece que te ama sinceramente y que veas su relación como un contrato .. es muy cruel...- Tomo valor para decirlo, pero me arrepiento en cuanto noto su cara de pocos amigos.

-Tienes razón... No tienes por qué meterte...- Me dice sin voltear a verme, veo que dejamos la ciudad atrás, estamos en prados verdes y amplios, es todo un agasajo para la vista.

-Bueno, pues perdón...- Le respondo con el mismo tono molesto, creo que tal vez tengo que enfocarme en lo que tengo que hacer y que haga de su vida lo que quiera. Se detiene, me suelta del brazo y voltea hacia mí, noto la desesperación en su mirada, simplemente me quedo estática.

-No lo entiendes... Nadie lo entiende... Ella nació en cuna de oro, no sabe ni siquiera lo que su pueblo sufre .. nunca a tomado un arma... Ella no me ama, ama la idea de lo que será el día que nos casemos... Ama la idea de mejorar aún más sus beneficios al ser de una "nobleza" más elevada...- Parece desesperado, molesto, una angustia lo invade. -Yo no necesito una princesa... No quiero una doncella en apuros... Quiero una compañera... Una cómplice... ¿Es mucho pedir?- Me deja sin palabras, creo que por fin decidió abrirse conmigo hablando de un tema bastante delicado.

-Vaya... Y... ¿Se lo has dicho?- Veo su mirada confundida, a decir verdad no sé que más decirle.

-No tiene caso... ¿En qué ayudaría?- Me da la espalda y sigue su camino, yo intento seguirlo, pero me siento más cansada de lo normal. -Ella solo sabe de lujos ... Y no renunciará a ellos por ir a una guerra a mi lado...- Escucho su voz cada vez más lejana, me empiezo a rezagarme, intento acortar la distancia, pero de me dificulta.

-¿Hay posibilidad de que cambies de compañera?-Le pregunto mientras siento que mi vista se quiere nublar y el latido de mi corazón se agolpa en mi cuello.

-He pasado tanto tiempo soltero y como líder serafico que ahora mis días están contados... Tengo muy poco tiempo para encontrar a alguien adecuado para ese lugar... - De repente se detiene y voltea hacia mí, parece que se dio cuenta que no puedo seguir su ritmo. Regresa sobre sus pasos y me ve con tristeza. - No sabes lo difícil que es tener que seguir las reglas que cortan tu libertad- Me dice tranquilamente mientras pasa mi brazo por sus hombros y de una sola intención me levanta en sus brazos y extiende sus alas, en otro momento lo agrederia, pero me siento tan cansada y débil que le daré el honor de llevarme cargando.

-¿Seguro que no es tu excusa para seguir siendo un soltero mujeriego?- Intento sonreír, pero estoy tan cansada que se vuelve imposible. Él por su parte empieza a carcajearse, como si mi comentario fuera una clase de broma.

-¿Mujeriego? Jajajajaja bueno, admito que en mis periodos de soltería me he dejado seducir por la belleza de una o varias mujeres... Pero tampoco soy el cabrón que todos dicen que soy...- Su rostro recupera la seriedad y escucho el batir de sus alas, nos acercamos al bosque y una vez ahí vuelve a poner los pies en la tierra y entra caminando.

-¡Vamos! Tienes toda la cara de mujeriego... No lo niegues...- Le digo con una sonrisa en los labios y cierro mis ojos cansada.

-¿Crees que tengo cara de mujeriego? Jajajajajaja vaya... Yo no lo creo así...- Sigue caminando entre los árboles, volteo hacia él y lo veo fijamente.

-Tienes razón, no tienes cara de mujeriego, tienes cara de guerrero...- En cuánto digo eso voltea a verme sorprendido, no puedo evitar levantar mi mano hacía él y con delicadeza delineo la cicatriz que parte por mitad su rostro. Él simplemente se queda quieto y cierra sus ojos con mi tacto, como si lo disfrutara. -Pero eso no quita que seas un cabrón...jajajajaja- Abre sus ojos y en vez de molestarse ríe conmigo.

-Jajajajaja valiente comentario... Se nota que no tienes miedo de mí- Me dice con una sonrisa y sigue avanzando.

-Claro que si te considero imponente... Por quien eres... O... Por lo que dicen que eres... Un guerrero sanguinario...- Llegamos a un claro entre los árboles y me deja en el piso con cuidado.

-Bueno... Entonces no busques pelear contra mí...- Se ve más relajado, ha cambiado desde que hablamos por primera vez, creo que empieza a sentirse cómodo conmigo. 

     Veo hacia el horizonte y me quedo maravillada, una ciudad pérdida entre los árboles, parecieran restos de la civilización romana, columnas y estatuas rotas, recuperadas por la naturaleza, envueltas en enredaderas y flores, pequeñas fosas con aguas que despiden vapor, bancas de mármol y pequeñas casas que rodean un gran parthenon, que al igual que lo demás, está cubierto por plantas, hojas grandes y verdes. Más adelante veo un edificio aún más grande, una construcción deteriorada, pero fuerte, todo parece irreal y me quedo sorprendida, no me percato de la mirada de Hariel.




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