Voy acelerando en mi motocicleta a todo lo que da, el tiempo apremia y sinceramente me muero por saber lo que tiene que decir Altair de Aradia. Llego a la calle del club, volteo hacia todos antes de estacionarme frente a él. Busco con la mirada a Altair, me quito el casco para mejorar mi visibilidad, pero nada, simplemente no está. Bajo de la motocicleta y me quedo por un momento en la acera, sigo con la esperanza de verla, me siento estúpida aquí, mientras la gente me ve parada frente a un bar que todavía no abre. Suspiro algo molesta, doy la media vuelta y la veo a lado de la puerta con los brazos cruzados viendome fijamente, su sonrisa se hace cada vez más grande con forme mi cara de pocos amigos se asoma.
-¿Buscabas a alguien?- Me pregunta de forma burlesca, sabe que la buscaba a ella.
-Ja... ¿tú qué crees?- Levanto una ceja e intento poner mi mejor cara de malandra, ¿en serio no me doy a respetar? no creo que tengamos una diferencia muy grande de edad, si a caso es un par de años más grande que yo, eso no le da derecho.
-Lo siento... dudaba si en verdad tenía necesidad de hacer esto...- Se despega de la pared y se acerca a mí, con paso lento. -Y creeme que sigo sin sentirme segura de que sea una buena idea...- Pone sus manos en la cintura, noto en su rostro que sus palabras son ciertas, está dudando todavía si continuar o mejor desistir, no puedo dejarla ir, no en este punto.
-Mira... este fue el trato... bueno, más que trato fue un acuerdo... una ayuda...- Hablo con toda la calma y tratando de imprimir ese toque de ruego a mi voz, no puedo permitir que se vaya y me deje hablando sola con Tony, si ella no entra conmigo yo me voy a la chingada de aquí.
-Bieeen... entremos antes de que me termine de arrepentir...- Lo dice en un suspiro, cierro los ojos sintiendo como la calma llega a mi pecho y decido entrar al bar, tomo del brazo a Altair aún con miedo de que decida echarse para atrás.
Entramos al lugar, está vacío, las mesas abandonadas, Jade desde la barra acomodando todo, cuando nos ve entrar claramente se pone a la defensiva, nunca le he agradado mucho, supongo que tiene sus prejuicios contra los híbridos. Sigo sin prestarle atención, Altair simplemente pasa la mirada de ella a mí, como intentando comprender lo que está pasando en ambas cabezas. Jade brinca por encima de la barra y se pone frente a la puerta antes de que la pueda abrir.
-Princesita... ¿En qué te puedo ayudar?- Me dice cruzada de brazos, con esa cara de desagrado total, su mirada es dura y poco amigable. No puedo más que poner los ojos en blanco y suspirar.
-Venimos a ver al reclamador... quitate...- Dice Altair sin importarle quien demonios sea Jade, se para frente a ella y clava su mirada altanera en la de la cantinera. No sé quien tiene más hostilidad en la sangre.
-Jade... permitenos pasar... es algo importante...- Intento ser la mediadora, pero parece que Jade ya escogió a su víctima, ni siquiera voltea a verme, es como si no existiera, solo se concentra en esa rivalidad que disputan con la mirada.
-No esta disponible...- Su respuesta me sorprende, creí que no me había escuchado. Así que agradezco el gesto, pero dudo que diga la verdad, siempre que puede me niega a Tony.
-¿En serio?... mira como me importa...- Dice Altair mientras pone su mano en el hombro de Jade y se dispone a empujarla hacia un lado. Me sorprendo de su acción, la tomo de la muñeca y la detengo, pero Jade ya está lista para atacar. Le lanza un golpe directo a la cara, Altair lo atrapa con una sola mano, libera su mano de mi agarre, la pone sobre el hombro de Jade y la gira torciendo su brazo en su espalda y la pone contra la puerta.
-Wow...- Me quedo sorprendida, creo que esta mujer tiene cierto entrenamiento.
-Soy parte del ejército Israelí... No es inteligente provocarme... aunque seas el mismisimo diablo...- Dice Altair mientras tuerce más su brazo, haciendo que Jade se queje del dolor, la gira hacia un lado y la empuja, haciendola chocar contra una mesa. -Así que si no te causa problemas... vamos a entrar...- Le guiña un ojo mientras Jade toma su brazo y lo frota, aún parece adolorida y sobre todo molesta. Yo solo le sonrío y entro detrás de Altair al despacho de Tony.
El lugar tiene esas molestas luces rojas, todo el espacio se ve en rojo y cada vez se ve más destruido, desordenado y sucio, el escritorio y la mesa de billar están llenas de botellas vacías o rotas y la pequeña alacena que tiene con licores se ve vacía. Como siempre Tony está detrás de su escritorio con una botella en la mano y un cigarro en la otra, noto como Altair voltea a verme con una mirada llena de confusión, parece que no es lo que se esperaba.
-Bien... hiciste una nueva amiga y ¿veniste a presumirme?- Levanta el rostro hacia mÍ con arrogancia, ve a Altair de arriba hacia abajo, parece molesto por su presencia.
-Es una...- Antes de que pueda continúar, Tony se atreve a interrumpirme.
-Una híbrida... lo sé... hasta acá huele...- Se levanta Tony de su asiento y camina hacia la barra en busca de otra botella que vaciar.
-Ella tiene algo que decir... - Volteo hacia Altair que simplemente suspira, cierra los ojos y vuelve a valorar que tan buena idea es estar aquí.
-Aradia está con Nuriel... Yo... cuidaba junto con otras personas en Israel las cruces de los ladrones...sabíamos de sus poderes y del riesgo que significaban y como ninguna iglesia quiso darle importancia... ni el Covenant...- De nuevo la voz de Altair se vuelve hostil cuando pronuncia esa palabra, "Covenant". Volteo hacia Tony y noto que empieza a concentrar su atención en ella. -En una guardia nocturna llegaron, Nuriel y Aradia... destruyeron todo, mataron a varia de mi gente y se llevaron varios fragmentos, lo demás lo quemaron junto con los cuerpos- Me quedo sorprendida y a la vez no puedo evitar la sonrisa en mi rostro, claramente me alegra saber que ahora tengo justificado el patearle el trasero a esa mujer.
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Editado: 09.05.2020