Life Eternal

CAPITULO 28: Untouched

>>Desde los ojos de Fiore<<

     La luz del sol entra por la ventana, tengo que cerrar los ojos para que esta no los lastime, bostezo con fuerza y me estiro en la cama, siento como cada músculo se estira, tiento con las manos en la cama, buscando el cuerpo de Hariel, pero solo siento su calor aún prendado en las sábanas, me siento por un momento volteando hacia el lugar donde debería de estar, pero lo descubro casi frente a mí, está en una silla viendome fijamente con una sonrisa de oreja a oreja, tiene puestos los pantalones solamente, su cuerpo aunque está relajado me permite ver su abdomen marcado, su piel llena de cicatrices de batallas pasadas.

-Buenos días...- Me dice con una sonrisa encantadora en sus labios, sus ojos parecen sonreír con ellos. Me cubro con las sábanas y me levanto de la cama, avanzo hacia él con una sonrisa igual de grande. 

-Buenos días emperador... -Desvío mi camino hacia el tocador que está a unos pasos, veo mi cabello echo un nido, intento acomodarlo un poco, pero parece un caso perdido. 

-Eso suena tan... raro...- Se levanta de la silla y camina hacia mí, me abraza por la espalda, siento su piel caliente pegada a la mía, apoya su barbilla en mi hombro y me ve a través del reflejo del espejo. -Eres hermosa...- Lo dice con una seguridad tan fuerte que me deja sin palabras, me sonrojo. -¿Ya tienes una respuesta para mí?- Cuando dice eso me sorprendo, volteo hacia él sin salir de entre sus brazos, sostengo la sábana con cuidado y me pierdo en su mirada, me ve con seriedad. 

-Hariel... - Tomo sus manos que son mucho más grandes que las mías, las mantengo frente a mí, beso cada cicatriz en ellas con ternura. -Te amo...- Lo veo fijamente y noto una mirada llena de tristeza y ternura al mismo tiempo, una mirada agridulce.

-¿Pero?- Cuando libera esa pregunta intenta sonreír, pero al final la seriedad y la tristeza regresa a sus ojos y a sus labios.

-No... sé... son muchas cosas...- Decido desviar mi mirada hacia la ventana y veo por fin la luz que entra a través de ella. -No pertenezco aquí, nunca he sido bien recibida en el cielo ni en el infierno, no pertenezco a ninguno de los dos... y ... no sé como es que quedarme a tu lado, aquí, tu como emperador pueda funcionar...- Cierro los ojos esperando a que diga algo, espero lo peor, su mano se posa en mi barbilla y me hace voltear hacia él, su mirada está llena de ternura. 

-Aquí nadie te juzgará... nadie te verá con malos ojos... al contrario... consideran que tu especie es un milagro...- Su sonrisa se vuelve tierna y sincera. Se aleja de mí por un momento, camina por la habitación y sus manos viajan hasta su cabeza, peina su cabello hacia atrás tensando los músculos de su espalda. -Supongo que es aún muy pronto para pedirte que te quedes a mi lado el resto de la eternidad... - Voltea sonriendome de oreja a oreja. -Terminando esto.. si es que sigo vivo... -Su comentario me eriza la piel, no puedo evitar verlo con pánico. -Continuaremos con esto... ¿está bien? y espero que... encontremos la forma de que ambos podamos estar juntos... sea donde sea... - Su mano se posa en mi mejilla y acaricia mi piel con ternura, no puedo evitar recargar mi rostro y cerrar los ojos concentrandome en el calor que despide su palma, alcanzo a besar su piel con mis labios y cuando abro los ojos me ve con una ternura que me desarma. 

-Bien... me agrada tu plan...- Le sonrío y me acerco a él, me abrazo a su torso y me pongo de puntitas para poder alcanzar sus labios, él sonríe divertido por mi acción, me abraza de la cintura y se inclina hacia mí, sus labios se posan con suavidad en los míos, al principio es un beso dulce, tierno, sabe a miel, flores, es fresco y su sabor es suave, pero después se torna un poco más fuerte, ansioso, roba mi aliento y sus brazos me pegan más a su cuerpo, siento como la temperatura de ambos empieza a aumentar de manera incontrolable, sé como vamos a terminar cuando me toma en brazos y regresamos a esa suave cama donde iniciamos el día. 

>>Desde los ojos de Altair<<

     La noche se vuelve cada vez más fría, estoy caminando por las calles, mientras la gente me ve con curiosidad, intento no prestarles atención, no es lo que busco. De repente siento que alguien me sigue, volteo intentando ser sutil, son dos hombres encapuchados, no alcanzo a ver ni la más ligera de sus facciones, guardan sus manos en los bolsillos y caminan de manera incoordinada, como si estuvieran ebríos. Sigo mi camino sin prestarles mucha atención, pero sé que no será tan fácil que me dejen en paz. Giro en la siguiente esquina entrando a una calle muy angosta, continúo caminando de manera relajada, como si aún no me diera cuenta de que están ahí, vuelvo a girar en la siguiente esquina y salgo a una calle amplia, los carros pasan casualmente, supongo que por la hora. Atravieso la calle y entro a otra más pequeña, esta vez mis pasos son más rápidos y los de ellos también, más obvios no pueden verse. De repente siento algo, una presión en el pecho, sobre esa calle hay un edificio que parece estar a punto de caer, doy un par de pasos con curiosidad, pongo mi mano en la puerta y una marca morada se plasma frente a mí, de inmediato me alejo, estoy sorprendida de lo que veo, la marca se desvaneció tan rápido como apareció, veo mi mano sin saber exactamente que busco en ella, la puerta se entre abre y la curiosidad me gana, me asomo un poco y lo que veo dentro es muy diferente a la fachada del lugar, mientras por fuera está a punto de caer, por dentro parece un palacio, empujo un poco más la puerta intentando ver mejor lo que hay dentro, pero la puerta se cierra bruscamente, me toma por sorpresa, pego un brinco hacia atrás y siento como mi corazón está al borde del colapso, volteo hacia atrás y noto que los hombres están más cerca de mí, pero siguen con la cabeza agachada y las manos en sus bolsillos. 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.