Capitulo 8: El Bebé Y el Caballero
Miura estaba sentada en el mirador de Ciudad Hoyuelo, dibujando el enorme y misterioso jerogrifo del lugar. Le intrigaba la forma de este, cada pequeño detalle parecía ocultar un dato. Era cierto que los viejos aldeanos del lugar habían creado ese jerogrifo hace miles de años, pero el modo en el que estaba hecho, mas aún el material, que tras tanto tiempo estaba intacto. Sonia dijo que lo habían hecho pero sin saber nada de Negra Noche, lo que era algo raro. La gran criatura de el medio podía ser vista como el primer Dinamax, pero, al mismo tiempo, no lo parecía. Cuanto mas lo miraba, mas le parecía que esa criatura se trataba mas de Negra noche, que tenia algo que ver con la aparición del Dinamax, incluso que en realidad este lo había causado. Solo una cosa sabia con certeza, y es que ya no estaba en Galar. Puede era en realidad de otra dimensión o un resultado de un mal acontecimiento en el pasado. Raboot estaba junto a ella, con las manos metidas en sus "bolsillos", mientras que Corsola había adormido en su regazo. Tras pasar unas horas allí, decidió seguir su camino. Sus amigos ya se habían ido hace mucho, asi que había quedado bastante atrás de ellos. Aunque a la chica no le molestaba en absoluto eso, mas bien, lo prefería asi. De camino a la salida del Ciudad hacia la Ruta 5 se encontró con Percy, que la animo a seguir adelante, recordándole el combate que tuvieron ayer. La chica asintió, momento en el que sonó su SmartRotom. El Líder la dejo hablar con el que la había llamado y seguido con lo suyo, tenia un par de combates previstos para ese dia. Miura camino por la Ruta, mientras hablaba con su padre, que le preguntaba como se sentía, este sabiendo que en los planes de la chica nunca estuvo entrar en el Desafío de los Gimnasios. También la felicito, pues había visto en directo el combate y estaba bastante impresionado, alabandola por su combate ardiente, que era exactamente el estilo que a el le gustaba. Terminaron de hablar, ya que su padre era necesitado en otro lugar. A Miura le pareció extraño, pero encogió los hombros y siguió adelante. Mientras caminaba, abservaba a los Pokémon salvajes y pensaba como había Entrenadores que corrían a capturar a cualquier cosa que se movía, esperando a que sea algo con potencial, pero a la chica capturar Pokemon le era algo indiferente. Si era por ella, se quedaría con sus dos Pokemon y ya. Entre la hierba observo un gran vegetal. Un puerro, mas exacto. El Fartfetch'd de Galar que lo llevaba en el hombro caminaba entre los otros Pokemon, que le dejaban pasar al verlo. Raboot fijo su mirada en el. El Pokemon salvaje se la devolvió con firmeza. Estuvieron asi unos segundos, hasta que la conejita fue tras su Entrenadora, que ya se había alejado algo. El Fartfetch'd miro extrañado como caminaba Raboot junto a esa humana, le llamaba la atención el tono rosaceo de esta, aunque le daba mas atención a la gran confianza que se tenían la una en la otra, sin motivo aparente. Miura no se había percatado de nada de ello, ya que sabia que al evolucionar, los Pokemon cambian de carácter. Algunos no mucho, pero otros por completo. Ahora Raboot era mas seria, aunque si se veía un buen momento seguía mostrando su comportamiento juguetón, pero ya no le gustaba mostrarlo en publico. Se acercaba la hora de comer. Miura pensaba en sacar el kit de acampada, cuando vio a una CriaPokemon que trataba de llevar unas cajas, pero al parecer eran demasiado pesadas y no tenia ayuda. Se acerco a ella, tomando las caja de arriba antes de que se desequilibraran y cayera. La CriaPokemon le agradeció por su atente gesto. Para devolverle el favor, invito a esta a la Guardería a comer. Miura lo dudo uno segundos, momento en el que SmartRotom, mostrándole los datos del lugar, tras que acepto. En la Guardería la propietaria le agradeció por la ayuda, mientras que su nieta, la CriaPokemon, le ofreció entrar en el salón del lugar, donde en modo normal no tenia acceso nadie mas que la familia de la propietaria. Raboot comió con cierto recelo, tras que empezó a revisar el lugar, llegando al jardín donde había la nieta menor, que parecía molesta. Y algo adolorida. En los pies de esta se podía ver un pequeño Toxel, que insistía en ser cogido en brazos, pero cada vez que alguien lo hacia, este le propinaba un calambre. Aveces y unos bastante fuertes. La mujer simplemente no sabia que mas hacer. Necesitaba una pausa, pero y sus familiares habían llegado al limite con ese pequeño. Aunque no tenia mas de una semana, ya que les había metido calambres duros y puros a todos y cada uno. Miura se acerco a esta, ofreciéndole un baso de agua, que esta acepto con mucho gusto. En ese momento su abuela la llamo, pues había sucedió una urgencia y la necesitaba de inmediato. Esta corrió al instante a dentro de la Guardería, pidiéndole a la Entrenadora que cuidara del Toxel, pero con mucho cuidado. La chica se quedo quieta, mirando al Pokemon, que en cierto modo recordaba a un bebe. Raboot se acerco con sus manos en los bolsillos y su expresión seca, que había adquirido al evolucionar. Se miraron a los ojos unos segundos, tras que la coneja tomo bruscamente tierra y la friego en las mejillas de Toxel, haciendo que este se quejara, agitando los brazos. Miura intervino, tomándolo en brazos y renegando a Raboot, que simplemente respondió levantando los hombros y mirando a otra parte. En los brazos de Miura, el pequeño pokemon Veneno-Eléctrico dio a soltar una fuerte descarga eléctrica, pero la tierra que tenia por toda la cara bloqueo el ataque, haciendo que esta no sintiera nada. La miro confuso, sin saber que el gesto de la coneja había causado que no pudiera darle calambres. Su mirada se volvió algo extraña, como si de la nada reflejara ilusión de el hecho que sus calambres no la afectara. La abrazo fuerte, apretando su cabeza en el pecho de esta, con una expresión alegre. Miura respondió algo confusa al gesto del pokemon acariciando la cabeza de este, que rápidamente quedo adormido. Al regresar la CriaPokemon, esta quedo completamente en blanco. No se esperaba para nada esa escena tan.... tierna. Llamo a su abuela y su hermana, que se quedaron y estas sin palabras. Tras discutir un rato y al ver que la Entrenadora debía de seguir su camino, tomaron una decisión, ya que era claro que Toxel la había aceptado. Al parecer, para identificar a sus padres, daban descargas a cualquiera que los tocara. Si no eran afectados, estos los tomaban como familia, aunque no tuvieran nada que ver. Al parecer, Raboot sabia bien que hacia fregando tierra en las mejillas del Toxel. La propietaria le pidió a Miura el favor de cuidar del pequeño Pokemon, y aunque ella en un principio parecía negar la idea, no pudo resistir tras ver la cara del pequeño cuando decía que no se lo llevaría simplemente le rompía el corazón. En un final suspiro, aceptando llevárselo, comento en el que este soltó un gruñido de alegría. Tras que la propietaria le explicara como debería cuidar del pequeño , siguió en un final su camino, aun sosteniendo a Toxel en sus brazos, como si fuera un niño. Este observaba todo a su alrededor, pues hasta ese momento, no había salido de la Guardería. El camino estaba tranquilo, sin algún problema, hasta que llegaron a un cruze de caminos. Uno llevaba a Ciudad Amura, mientras otro a una zona de pesca. Pero el camino a la ciudad estaba bloqueado por unos Linoone, en cabeza teniendo a un Obstagoon. DIo a evitarlos, pero el líder se mostro ostil hacia la humana y mandando a los Linoone a atacar, siendo estos mandados lejos de Raboot con un DOble Patada. El tercer Linoone se lo puso mas difícil a la coneja. Miura dio a sacar a Corsola, pero al Obstagoon no le agrado la idea y la ataco. Toxel soltó un Chispazo, saltando de los brazos de la chica. A pesar de que aun tenia tierra en la cara que frenaban ligeramente sus ataques, había sido suficiente para hacerlo retroceder. El Pokemon Siniestro-Normal no estaba nada alegre con eso. Pero su enemigo era muy pequeño y se veía que era aun no podía soltar descargas eléctricas seguido, asi que mientras Raboot estaba demasiado ocupada, corrió levantando sus afiladas garras, que claramente deseaban dañar al pequeño. El momento de reaccion era demasiado corto. Miura no podria sacar a tiempo a Corsola a que frenara el ataque. SIn pensarlo mucho, se puso delante de este, proteguiendo a Toxel con su propio cuerpo, quedando indefensa ante el ataque. Raboot logro escaparse del Linoone, quedándose en shock al ver a su Entrenadora siendo atacada sin que ella pudiera reaccionar a tiempo. Miura estaba apunto de ser desgarrada, cuando, de la nada, el Obstagoon fue mandado lejos por un largo y grueso puerro, lanzando al gran Pokemon lejos. Miura levanto la mirada, viendo al Farfetch'd que había visto al entrar en la Ruta. Al parecer, la había estado siguiendo todo este tiempo, observándola desde lejos. Toxel dio un ligero salto y se acerco a este, dando a entender que ya la había visto antes. Toxel le dio una ligera descarga al Pokemon pato, pero este no se molesto. Sacudió su cabeza y le dio algunas palmaditas con su mano izquierda en la cabeza, tras que se acerco decidido a la chica, dejándola algo confusa. Raboot se puso enfrente de esta, pero no reacciono de un modo agresivo, si no que simplemente se sentó junto a su entrenadora. Toxel volvió a los brazos de la chica, mientras que el Farfetch'd simplemente se quedo ahi parado, mirando a la chica con una aparente sonrisa. Sin saber bien que hacer, simplemente se levanto y puso la acampada, pues pronto anocheceria. Si ese Farfetch'd se había acercado a esta por deseo de ser entrenado de ella, asi como tenia fama la especie, entonces seguiría allí y a la mañana. Si no, simplemente seguiría sin el su viaje. Pero ese Pokémon no se fue, asi como ella se lo esperaba. No entendía si era porque porque parecía en cierto modo cercano a Toxel o el gesto de proteger a este arriesgando su seguridad lo impresiono, pero la había aceptado como Entrenadora. Y ahora, estaría junto a ella, protegiendola como un caballero, al que esa majestuosa especie representaba tan bien