Capitulo II
Hector
La chica veía con mejor exactitud que Hector. Había una gran conexión entre ella y la tierra, el elemento primordial de la sabiduría. Parecía localizar a Hector sin ni siquiera abrir sus ojos; era algo que Hector no controlaba aún.
Cualquier ataque que intentaba Hector, la chica lo esquivaba sin problemas, pero sólo eso, los esquivaba, no parecía tener ningún motivo de luchar.
-Presta atención, Hector. Hay algo que no estás tomando en cuenta – le dijo la voz -.
Hector creó debajo de él una montaña de tierra, desfigurando el área. Saltó y mientras caía, creaba una montaña tras otra, hasta estar cerca de la chica. Y entonces la rodeo de montañas similares, de tal forma que no sabría en cual estaba Hector. Funcionó, la chica abrió los ojos, y ambos se vieron de frente. Si le parecía linda, de frente era mucho más profundo, algo con lo que no se puede describir con una sola palabra como “linda”.
Se acercó y la agarró del brazo para estamparla contra la montaña Y luego apretarla con la tierra envuelta en su cuerpo.
La chica sólo gemía tratando de escapar.
-Suéltame – le pidió -.
-Di la palabra mágica.
-…
-Oh, qué chico, acércate, quiero mostrarte algo -.
Hector se acercó un poco, sólo por “curiosidad”.
La chica le sopló en la cara.
-¿Qué diablos?
Al abrir los ojos, la chica ya no estaba. Hector dio un paso tembloroso hacia atrás. Sin esperarlo, sus pies comenzaron a hundirse, como si estuviera sobre arena movediza se tratase; dejando a la intemperie su cabeza, todo su demás cuerpo ahora formaba parte del suelo.
-Simplemente increíble.
La chica no aparecía, o al menos no dentro del rango de vista que se le permitía a Hector. A lo lejos se escuchaban burlas, dio por obvio que se estaban riendo de él. Escuchó el sonido de unas botas enormes acercándose. El coronel Walter dio como ganadora a Ellia. Todo esto, mientras Hector seguía enterrado vivo. Los chicos chiflaban y gritaban de la emoción. Ellia salió de la tierra, justo enfrente de él. La chica vista desde abajo, si intimidaba un poco.
-Hola, ¿cómo te va? – dijo sarcásticamente -.
La tierra lo escupió. La chica trató de ser muy amable y le preguntó si se encontraba bien.
-Por supuesto, estoy muy bien.
Hector se puso de pie y dio por obligación la cara al público tan ruidoso y abrumador, que seguía riéndose de él.
-Silencio, jóvenes – dijo el coronel por el megáfono – este día, la gloriosa Sabiduría nos ha dado el honor de presenciar a una chica digna para el papel de Guerrero. Por otra parte, el joven Hector, se encargará de la nueva estudiante. Muéstrale la escuela y el pueblo, ¿No habrá ningún problema, verdad?.
-Creo que sí, esto parece una novela de amor, como dijo Felacio, ¿o acaso es simple coincidencia?, Tiene que serlo
-No hay problema coronel, si así lo eligió.
-Estupendo – dijo el coronel -.
-Vamos Ellia – dijo a regañadientes -.
-Claro.
Ambos abandonaron el área de combate, y mientras se dirigían a donde estaban los amigos de Hector, el coronel llamó a los chicos que faltaban por enfrentarse. Cuando llegaron con los chicos, todos se presentaron, al parecer a todos les agrado. Inmediatamente la empezaron a bombardear con preguntas.
-Es increíble que le hayas ganado así de fácil a Hector, Ellia – dijo Felacio -.
-Enséñame a hacer eso de enterrar vivo a las personas – le dijo Johana -.
-¿Cómo es el planeta de creación? – le preguntó Cesar -.
Otros chicos se empezaron a acercar. Todos venían a conocerla.
Le parecía molesto, pero no podía hacer nada, no estaban haciendo algo malo. Ellia debió de hostigarse ya que les dijo a todos que necesitaba su espacio. Que según quería ver la pelea y había gastado mucha energía y muchas más farsas.
-¿Gastar mucha energía en esa pelea?, entonces esta chica no es nadie frente a mí.
-Pues perdiste – le dijo la voz -.
-Estás dentro de mí, así que NOS venció.
-Hey, ¿Qué pasa?... no tengas esa cara amigo – dijo Ellia -.
-Oh, él siempre es así – dijo Johana – callado, serio y, tal vez aguafiestas -.
-¿aguafiestas? – dijo sorprendido -.
-Así que… ¿Eres del planeta que cuida Creación? – preguntó entusiasmada Juliana
Creación era considerado como la deidad moderna. Él estaba a la moda, sus creaciones eran magnificas y siempre había destacado como uno de las mejores deidades, desde siempre. No era extraño de ver, como los jóvenes, e incluso, gente mayor, admiraban ese planeta, y deseaban ir a visitarlo por sus paisajes y vistas futuristas.
-Sí, soy de ese planeta, aunque me encantó este, hay más vida aquí, allá es pura ciudad, y edificios, cosas… ¿innovadoras? Me encantó el paisaje ayer que vine a ver la escuela… o bueno, sólo ver la entrada, pero ya sabía que me iba a gustar este lugar.
-¿Cómo que sólo la entrada? – dijo Juliana -.
-Ahh, me dijeron que había pasado algo y que tenían que omitir mi recorrido.
-Oh, sí. Hubo un problema con unos chicos, pero nada grave – dijo Keyla -.
-Sí, lo sé. El coronel me dijo que fue Hector con su “problema”. Por eso no hay nadie que duerma contigo, ¿verdad? – le preguntó Ellia -.
-¿Por qué el coronel te diría todo eso? – preguntó enfadado -.
-El coronel me informó de todo, por si llegara a ver algún problema.
-¿Walter le dijo todo eso? Es imposible… era un secreto que nada más él sabía, ¿Por qué se lo contarían a esta niña? Debe de haber algo más en ella, algo que está ocultando Walter. ¿Será ella la nueva guerrera?, ¿ya lo ha decidido sabiduría?
-¿Qué más sabes? – preguntó -.
-Lo suficiente, Hector, no me ha gustado lo que me han dicho de ti, pero no pienso juzgar a alguien antes de conocerlo bien. Yo también puedo jugar a tu juego.
Editado: 30.01.2021