Capítulo 5: Contacto

     -No fue tu culpa, calmáte, los dos estamos bien y ni nuestro auto ni el otro camión se hizo nada.-Nicol está tratando de calmarme. Reaccioné a tiempo y desvié el auto, nada sucedió.

     -Me duele mucho la cabeza. Demasiado.-Digo sosteniendo mi cara con mis dos manos mientras mis codos se apoyan en mis piernas, sentado en la butaca de costado con la puerta del auto abierta.

     -Ok, vamos a ese restaurant a comer algo y a descansar. Te va a hacer bien.-Estacionamos bien el auto y nos predisponemos a calmarnos.

     Al entrar al restaurant, vemos enseguida a mucha gente agolpada cerca del televisor, se los ve como shockeados.

-¿Qué pasa acá?-Pregunto.

-Investiguemos.-Dice Nicol.

     Cuando llegamos a donde todos estaban juntos, vemos la televisión y no puedo creer lo que está pasando. Otra vez la criatura… esta vez en Brasil, está destruyendo sin medida la ciudad de Cabedelo. Odio sentir tanta confusión, me aterra saber que ya van dos veces que pasa lo mismo. Lo veo y luego sucede… no entiendo… tengo mucho miedo.

     Es impresionante como se nos eriza la piel a todo ser humano que tenga acceso a esta información, no es ciencia ficción, es la realidad y está pasando y es tan horrible que hasta siento que comienzo a sudar.

     Me invade el miedo y la incertidumbre. No quiero ver esto. Me aterra de todas las maneras posibles. Siento que me busca, sí, eso exactamente. Siento que cada vez que ataca una ciudad, es como si estuviera buscándome a mí… Una bestia colosal va por el mundo destruyendo ciudades para encontrarme… estoy perdiendo la cabeza… Pero, soy muy pequeño en un mundo de millones, no podría encontrarme… eso creo…

-Por favor, salgamos de acá Nicky. Salimos de vuelta al auto.

     -Ok, tranquilo, tratá de descansar yo voy a manejar ahora ¿sí?-Dice y comienzo a mirarla confundido.-Yo sé manejar Noah.

Minutos después compruebo que es verdad, Nicol maneja tranquila y como si siempre lo hubiera hecho.

-¿Qué pasa que me mirás así?

-Nada, es que nunca te vi manejar.

-¿Cómo qué no? ¿Te acordás la joda de Juanchi el año pasado?

     -Sí, me acuerdo, pero estabas borracha. Manejaste una cuadra y paraste a vomitar. Te tuve que llevar a tu casa y me vomitaste encima.-Digo esto y comienza a reírse.

-Realmente me viste en mis peores momentos.

     -Y en tus mejores.-Agrego sonriente y ella se gira para encontrar mi mirada y darme una de sus ya conocidas sonrisas melancólicas.

-Escucháme, cambiando de tema, tengo una teoría.

Lo estuve pensando y sé que puede ser posible.

-Te escucho.

-Sé que tuviste el primer sueño un par de horas antes del ataque a las Islas ¿no?

-Si, en teoría.

-Ok, ahora viste a Cabedelo.

-¿Cuál es tu punto?

-Que lo que ves son premoniciones Noah, visiones de lo que puede pasar antes que pase.

-Ya sé que es una premonición Nicol ¿Dónde querés llegar?

     -A que esas premoniciones se alimentan de algo, no a todos les pasa. Creo que estás conectado de alguna manera con ese monstruo.

-¿Qué?

     -Un vínculo, una conexión. Como leíamos en el texto de Insaurralde ¿te acordas? “como un velo que se rompe dejando toda la oscuridad punzante y el veneno abstracto. ¿Quién sabe las conexiones del hombre?”

Comienzo a recordar ese texto.

     -Sí, me acuerdo. “… hay vínculos inimaginables que el hombre quizás nunca descubra.”… Pero ¿Por qué? ¿Por qué yo?

     -Eso es lo que todavía no sé, pero creo que lo descubriremos ahora. Tu madre hablaba de una criatura ¿no? Quizás el vínculo con la bestia provenga de tu madre.

-Dios… esto es muy enredado.

     Al cabo una hora, Nicol me pide que maneje porque se siente cansada. Voy al volante y ahora atravesamos las últimas dos horas de viaje.

-Perdón, hace mucho que no manejo.

-No te hagas drama, lo hiciste bien.-Le digo sonriendo.-Tratá de descansar, ya falta poco.