Sostengo el pelo de Nicol mientras vomita. Estamos en un callejón a solo unas cuadras de lo sucedido. Salimos enseguida del lugar repleto de desastre, escombros y humo para escapar de lo que sea que haya sucedido. Siento mucho miedo, pero trato de mantener el control porque no quiero que Nicol se desespere más de lo que ya está.
-Traéme el agua del auto.-Dice débil, todavía inclinada hacia el suelo.
Voy al auto y le traigo la botella de agua.
-¿Estás bien?-Pregunto mientras ella toma un trago, enjuaga y escupe el agua.
-No, estoy asustada y mareada. Quiero irme a un lugar tranquilo.-Apoya su cabeza en mi pecho con tanta fuerza que pienso que puede llegar a desmayarse.
-¿Querés volver?
-No, quiero que sigamos en esto. Necesito descansar un poco, nada más.
-Ok, a ver…-Comienzo a mirar y más allá del callejón veo una pequeña plaza.-Ya sé dónde ir.
Ella se me acerca y pasa su brazo por mi espalda, yo pongo mi brazo en su hombro y salimos caminando hacia la plaza.
-¿Creés que fue a propósito?-Pregunta sentada en una hamáca.
-No sé, pero está pasando algo muy raro.
-La mataron… estoy segura.
-Es muy pronto para hacer esa suposición.
-La estaban vigilando Noah, ella lo sabía por eso estaba tan nerviosa.
-Eso suena muy paranoico. Bajá un cambio wikileaks.
-Fue muy raro. Esperó a que nos vallámos para darnos el paquete.-Forma un gesto meditabundo entrecerrando los ojos y rascado el costado de su frente, un tic muy común en ella cuando está nerviosa.-¿Te das cuenta que casi morimos? ¡Mirá si nos quedabamos solo 5 minutos más!
-No la contábamos.
-¿Tenés el paquete que tiró?-Pregunta y me siento sumamente estúpido por no abrirlo antes. Saco el manojo, le quito las cuerdas y arrojo la piedra. A un costado hay un sobre y una hoja gruesa doblada. Desdoblo la hoja, y veo un símbolo dibujado a lápiz y abajo tiene una inscripción extraña.
-Vení Nicky, mirá esto.-Nicol se acerca a mí en el banco.- ¿Qué te parece?
-Parece un símbolo con forma de K.
-¿Y lo de abajo?-Pregunto mirando la inscripción.
Κυνηγός
-No sé, creo que es latín. No estoy segura. Esperá, voy a buscar en internet.
-¿O sea que vamos a prender nuestros celulares?
-Cierto… si, prendámoslos, ya es tiempo.
-Ok ¿los dos al mismo tiempo?
-Si… ahora.
Prendemos los celulares y las notificaciones comienzan a llegar, mi celular vibra sin detenerse, por ahora no hay ninguna llamada pero si miles de mensajes, la mayoría son de llamadas perdidas. En cada vibración de mi telefono, siento la desesperación, la impotencia y los miedos de mi padre.
Parece mentira, pero al mismo tiempo nos entran llamadas a los dos. Nos quedamos mirando.
-Contestemos a las… 1,2…¡3!
-¿Hola?-Contesto el teléfono.
-¿Querés que me dé un paro cardíaco? ¿Eso es lo que querés?-Grita mi papá al otro lado.
-No te pongas así viejo. Estoy donde te dije que iba a estar, estoy sano y salvo y pronto voy para allá.
-¿Y se supone que me tengo que sentir mejor? Estoy con los padres de Nicol ¡¿Cómo pudiste llevártela?!
De pronto, la idea de que mi papá y los padres de Nicol estén juntos en la misma habitación me causa una preocupación intensa. Mi papá no tuvo la culpa de lo que sucedió esa noche, no tiene la culpa de tener un hijo como yo, él no tiene la culpa de ese hecho perturbador y sangriento. Yo tuve y tendré siempre la culpa y no quiero que ni siquera lo miren mal, el no lo merece. No puedo permitir que pague ni el más minimo de los precios.
-Pa ¿Te dijeron algo? ¿Algo malo?
-Te hice una pregunta. Respondéme.
-No la secuestré papá, ella vino porque quiso. Tranquilizáte por favor, te digo que esta noche salimos para allá.
-Noah… ¿Qué se supone que estás haciendo?
-Vamos a hablar bien cuando llegue a casa. Te prometo que te voy a contar todo.