Cuando Hotaru llegó a clases al día siguiente, ver llegar a Miu y a Ryo cada uno por su lado fue un poco incómodo. Aunque la saludó como de costumbre rogó por no tener que hablar al menos durante los próximos días, lamentablemente sus deseos dejaron de cumplirse a la hora del descanso, ya que como Yukari no llegó a clases, esa tarde fue su primera presa.
- ¿Tienes los apuntes de ayer, verdad?
Asintió cabizbaja
- hay una tarea para la próxima clase.
- está bien si puedes ayudarme- tomó su libreta en un tono condescendiente.
-…claro…
- Yukari no vino hoy ¿me acompañarás a almorzar?
Se apresuró en cargar la caja donde llevaba su almuerzo y la siguió buscando en secreto el lugar de Ryo, quien por supuesto las había ignorado.
Le pareció impresionante lo bien que lucía aun después de lo dramática que había actuado el día anterior, probablemente, a diferencia de ella era una chica muy fuerte y valiente. Aunque le ofreció parte de su bento se excusó en no tener hambre.
- Lo siento por lo de ayer, realmente no quería decir…
- eres muy poco asertiva- la interrumpió- lo sé.
Apretó los labios, sintiéndose avergonzar.
- aunque…te perdonaré si me compras algo de beber.
Un poco confundida, prefirió seguirle el juego.
- tráeme algo, lo que sea- ahora más que una solicitud, sonó como una orden.
Con las últimas monedas que tenía en el bolsillo compró un jugo de pomelo en la máquina de refrescos.
- También puedes comer algo de mi almuerzo…si regresa tu apetito- insistió- acercándole la lata.
- ¿pomelo? No me gusta- suspiró sin recibirla – mucho menos de esta marca…
-…pero…
- no me gusta el pomelo- insistió- ¡somos amigas deberías saberlo! Apuesto a que Yukari sí lo sabe.
Debió apretar los labios y contener un suspiro.
- llévatela, no la quiero.
-…¿es en serio?...
-sí, voy al baño- se incorporó-nos vemos después.
Solo cuando estuvo lo suficientemente lejos pudo maldecirla en silencio.
Caminó de vuelta a casa preguntándose si finalmente Ryo había descubierto sus engaños, o si sólo se había aburrido de ella, o si ahora saldría con alguien más. Todas esas opciones la aliviaban más que cualquier otra cosa.
Para su suerte Yukari volvió al día siguiente, siendo ahora completamente ignorada, y aunque se sintió un poco deprimida sabía que lo mejor de momento sería no insistir. Así que a la mañana siguiente se levantó temprano y mensajeó a Umi indicándole que prepararía el almuerzo de ambas.
Gracias a que el día estaba despejado y el sol lograba calentar un poco, se reunieron en uno de los jardines.
A pesar de verse con frecuencias en el equipo, los entrenamientos de su amiga eran tan duros que les era imposible sentarse a conversar, por lo que al verla no pudo evitar sentirse animada. Umi se sentó a su lado.
- Pareces un poco cansada.
- descuida…estoy bien…
- lamento no haber podido hablar antes, pero creo que entre los exámenes y los entrenamientos no seré capaz de terminar el semestre- bromeó
-…y olvidas a Hero.
- bueno, él más bien es un alivio entre todas las cosas que tengo hacer- sonrió con un suspiro.
La miró con curiosidad, probablemente ambos debían ser muy maduros.
-…Bueno, yo tampoco he estudiado- comentó, pensando en alivianarle la carga.
- ¿Tú no has estudiado?- se sorprendió- ¿acaso quieres venir a la escuela de verano?
- no, de hecho quiero que acabe pronto- suspiró- ahora que Miu terminó con su novio seguro seguirá comportándose, al menos conmigo, más engreída…ya que no le soy de utilidad.
Umi pareció pensativa.
- así que es por eso…bueno, tienes que entender que no debe sentirse muy bien, aunque si ella te hace sentir mal lo mejor es que no la busques.
-sí- respondió cabizbaja- lo he intentado, pero no hablo con nadie más…y ya me había acostumbrado a no estar sola.
- bueno- musitó- puedes hablarnos a Keiji o a mi, creo que él se sentiría muy de poder escucharte.
¿Sería cierto? Le fue imposible evitar ruborizarse.
- De todas formas, creo que puede ser una buena noticia…que ella haya terminado con su novio- rio por lo bajo- aunque bueno, eso no significa que él vaya a fijarse en otras personas ahora, lo que te incluye.
Hotaru sintió como se le apretaba el pecho, por supuesto que no lo haría. Suspiró, su amiga pareció analizarla.
- …siento ser tan franca.
- menos si soy una persona tan común y aburrida- agregó con triste ironía.
Umi sonrió compasiva.
- bueno, no exactamente, yo creo que eres una chica buena y amable.
Se sintió avergonzada, lo decía con tan poco esfuerzo que le hizo creer que era cierto.
Comieron en silencio hasta que el timbre sonó para volver. Umi la acompaño a su salón agradeciendo por el obento.
Al entrar lo miró de reojos a Ryo, quien para variar parecía pensativo, por más que intentara descifrar su expresión le era imposible saber si estaba afectado por la ruptura. Tomó asiento, preguntándose la razón que una persona tan extraña y apática como él llamara su atención.
En breve entró el profesor de ciencias sacándola de sus pensamientos, indicó abrir el libro de recordando los contenidos que entraban en el examen.
Por suerte era ciencias y aun estando distraída no tuvo dificultad. Así que al terminar los ejercicios revisó su cuaderno de apuntes, consciente que sería el único momento en que se dedicaría a estudiar.
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Editado: 29.11.2024