Tras la visita al médico le recetaron un par de medicinas y reposo por al menos dos días, Anne dio aviso en el instituto y se las arregló para faltar al trabajo.
El primer día se lo pasó en cama durmiendo hasta que su madre le llevó la cena. Ya para el segundo se levantó en pijamas y disfrutó de esa compañía que hace tanto tiempo deseaba. En la televisión anunciaban el comienzo de ese programa sobre “Emergencias Extrañas”.
-…Si qué te gusta tu trabajo ¿verdad?- bromeó desde su lugar en el sillón, cubierta con una manta.
-…ya deberías volver a la cama-murmuró desde la cocina.
- pero ya me siento mejor.
-creo haber escuchado eso antes.
-¿mañana volverás al hospital?
-depende de cómo te encuentres- se sentó a su lado. La siguió con la mirada...
- ¿si te quedas más tiempo tendrás problemas?
- si me ausento por muchos días podría ocasionarles problemas a mis compañeras- suspiró- aunque tal vez me dejen compensarlas cubriendo algunos turnos extras.
Suspiró por la nariz, volviendo a sentirse apenada.
- Pero no quiero que estés tantos días fuera de casa.
Anne la miró desconcertada, y sonrió.
- Hotaru estás hablando otra vez como una niña mimada.
- pero si estuvieras más en casa, tal vez…podríamos hacer algunas cosas juntas.
- tienes dieciséis años- rio- debería animarte salir con personas de tu edad.
-…pero tú pareces más o menos de mi edad- bromeó.
Anne volvió a reír.
- no intentes sobornarme.
-…pero- se quedó pensativa-…bien, piensa en las veces que hemos salido de vacaciones en el último tiempo.
Su madre la miró con el ceño fruncido, y apoyó una mano sobre su cabeza, despeinándola.
- no, no intentes sobornarme.
Pensó en ello con seriedad, apretó los labios.
-…Tal vez era mejor cuando estabas más tiempo en casa-confesó- ¿lo recuerdas?
-…lo sé- también estaba pensativa- pero cuando eres adulto tienes muchas responsabilidades...- suspiró- me gusta mi trabajo, pero también lo hago para mantenernos a ambas, son sacrificios...sé que en el fondo lo entiendes.
Probablemente de ser una adolescente funcional de seguro hasta podría trabajar, para que así ella tuviera que esforzarse menos, pero claro, recordó que apenas podía lidiar con las interacciones en el instituto y prefirió quedarse callada.
Había faltado a clases casi una semana cuando al fin pudo retener algo. Esa mañana se puso el uniforme percatándose que el cierre de su falda había subido con mínimo esfuerzo, y aunque seguía un poco pálida, no le desagradó su reflejo.
Llegó un poco antes para avanzar en su informe, pero su concentración sólo duró hasta divisar a Miu, recordando avergonzada la última conversación.
La saludó con una leve sonrisa, para su sorpresa e incomodidad, ella se acercó.
- ¿Estás bien? No te vi luego de que hablamos…el otro día.
- ¡estoy bien!- se adelantó- sólo un poco enferma…pero ya me encuentro mejor.
Miu se quedó examinándola.
-..claro- suspiró- al menos no enfermaste en las vacaciones, y bueno, parece como si hubieras perdido algunos kilos, ya hacía falta.
Vieron entrar a Yukari, quien saludó llevándola a su rincón del salón.
Intentó volver a concentrarse, pero sus palabras ahora fueron prioridad en su cerebro. Se tocó las mejillas ¿de verdad había bajado un poco de peso...Si ella lo decía, debía ser cierto.
Haciendo caso omiso al mensaje que recibió de Umi para reunirse en el horario de almuerzo, tomó sus libros y se encaminó a la biblioteca. Por fortuna casi no había alumnos, aunque su atención acabó en el momento en que la vio acercarse a su mesa.
- No te encontré en el jardín, así que supuse que estabas aquí- murmuró con una ligera sonrisa
- perdón por no responder- se avergonzó, su amiga se sentó a su lado.
- ¿ya estás mejor?
- sólo un poco cansada, pero mi estómago está bien, gracias por enviar mensajes.
Umi pareció examinarla.
- bueno…fue gracias a Keiji, él mencionó que estabas enferma.
Hotaru volvió a avergonzarse.
- lo siento, no quería molestar.
Su amiga suspiró con una sonrisa.
- Y bien ¿almorzaste algo?
Aunque no había comido nada desde el desayuno, seguía extrañamente sin apetito.
- bueno, no tengo mucho tiempo, aun me falta una página completa.
Umi buscó en su bolso de comida una caja de leche con chocolate, dejándola conmovida.
-…supongo que tampoco iras a entrenar esta tarde.
- ¡prometo que me pondré al día después de las vacaciones!
- en fin- se incorporó- le diré a Keiji que estás bien, se preguntaba por ti a diario.
Por alguna razón no pudo evitar que eso la incomodara.
Cuando la jornada terminó debió correr a la sala de maestros. Apenas entrar todas las miradas se posaron en ella, aunque la profesora se interpuso antes que alguien más pudiera hablarle.
Se disculpó un par de veces por no entregar el informe a tiempo, ella lo recibió inexpresiva indicando que vería los resultados la próxima semana en la plataforma virtual. Aun así al despedirse lo hizo con una sonrisa.
Ahora aliviada quiso encaminarse a los jardines, después de tantos días en casa no parecía mala idea sentarse bajo la sombra de los árboles a tocar un poco su flauta, pero antes incluso de salir del edificio fue sorprendida por la alegre voz de Keiji.
- Umi dijo que estabas muy ocupada- musitó en su camino.
Lo examinó recordando la última conversación, y se sintió un poco avergonzada.
- ¿Ya te encuentras bien?- insistió.
#1617 en Joven Adulto
#10621 en Novela romántica
relaciones problematicas, romance +18, trastorno de la conducta alimentaria
Editado: 29.11.2024