Con el pasar de las semanas las hojas de los árboles habían pasado de un color amarillo ocre en transición a rojo y café, las mañanas comenzaban a volverse más frías y el sol parecía calentar menos que antes al medio día.
Keiji y su nuevo compañero de entrenamientos se habían estado levantado de madrugada. La única condición era que si no lograba superarlo debía asear la habitación. Por lo que se propuso trabajar duro, así, al final, quien tendría que hacerlo sería él, y podría burlarse en su cara.
-¡Por qué no me lo dijiste antes!- exclamó Hotaru por su parte al enterarse.
-...porque creerías que iba meterme en problemas, claro- rio.
-pero es-se sintió ruborizar-es...Ryo.
-sí- musitó- no es tan malo después de todo.
-entonces significa que son...¿amigos?...
-jamás seremos amigos -suspiró- sólo intentamos aprender a convivir.
De todas formas hubiese sido bueno que tuvieran una relación cercana.
Fue una mañana de viernes la primera vez en la que Keiji logró superarlo, viéndose obligado a limpiar el dormitorio, no era que hubiese mucho desorden, pero Keiji le cedió la escoba con gusto.
Entre los cachureos que arrojó al papelero estaba aquel folleto que tiempo atrás le había traído. Keiji se interpuso entre la basura para rescatarlo, dejándolo desconcertado. Procedió a leerlo, o intentar hacerlo, dado que estaba por completo arrugado.
-¡Lo sabía!-sonrió- aún hay tiempo para audicionar.
-qué te hace pensar que quiero hacerlo- murmuró probablemente sin interés esperado.
-¡si lo haces continuaré con el aseo!- exclamó de pronto, dejándolo pensativo, aunque no precisamente convencido -vamos, date prisa-insistió tomando la guitarra- hoy es el último plazo.
-...no la toques- bufó quitándosela.
Keiji lo empujó afuera de la habitación y gritó desde adentro que no lo dejaría entrar si no al menos lo intentaba.
Miró la puerta por unos segundos y antes de hacer un escándalo suspiró resignado.
- de todas formas, si no te inscribes en algún club acabarán castigándote- sonrió Keiji triunfante una vez que prometió varias veces que iría a la audición.
Si bien tocaba su guitarra de vez en cuando, no había preparado nada, así que se saltó las últimas clases de ese día para escuchar música, y cuando la jornada acabó salió de inmediato hacia los dormitorios en busca de su guitarra, Keiji lo esperaba sentado sobre su cama.
-…¿No tienes que entrenar?
- lo haré luego, sólo venía para decirte que tendré tus llaves hasta que vuelvas.
Suspiró fastidiado, y prefirió dirigirse al salón de música.
Apenas tocar un sonriente rubio le abrió la puerta, y antes de dejarlo entrar le pidió llenar una solicitud. Había otros dos chicos, y pudo reconocer a Hero, a quien identificaba como el líder.
Primero tensó un poco las cuerdas y, con la atención de sus compañeros en cada uno de sus movimientos, debió comenzar, al menos tenía una canción que había practicado desde la secundaria y tocaba casi a la perfección, Still loving you, sabía los acordes de memoria.
Aunque incluso ante sus propios oídos su sonido fuese frío e inexperto, al llegar al Solo pudo demostrar si tenía o no las habilidades suficientes. Su natural calma, junto con la precisión en el movimiento de sus dedos, dejó en Hiroki una expresión positiva.
-Bien- aplaudió quien lo había recibido- ¿entonces prefieres la música en inglés?
-…puedo aprender también otras cosas.
- nuestro estilo principal es el rock, pero tendrías que estar dispuesto a adaptarte a otras cosas- suspiró- que a la mayoría eso no les gusta, supongo que por eso hemos tenido dificultades para encontrar a alguien.
- lo que dice Naoki es cierto, pero aun no hemos tomado una decisión- intervino Hero incorporándose- Es todo por ahora.
Ryo lo miró de reojos y asintió dando las gracias.
Caminando de vuelta a los dormitorios pensó en que a fin de cuentas no había sido complicado, y aunque seguía sin demasiado interés en participar en una banda, al menos los integrantes lucían lo suficientemente serios. Estaba a pasos de entrar al edificio de los dormitorios cuando recibió un mensaje, que aun siendo de su hermano, prefirió no revisar hasta que pudiese leerlo con la atención suficiente.
Al verlo de vuelta Keiji sonrió con satisfacción, y devolviéndole las llaves salió de la habitación. Dejó la guitarra en el rincón que acostumbraba y, sentándose sobre la cama, volvió a mirar la pantalla.
Tal como prometió a Kouichi esa tarde, el sábado se levantó temprano y salió hacia el departamento de su amiga.
Aunque solían comunicarse a través de mensajes, no lo había visto desde la última despedida, cuando le abrió la puerta supo de inmediato que, a pesar de estar sonriendo, no habían sido sus mejores días.
Ayudó a su amiga con el almuerzo mientras ella explicaba que su mismo padre había autorizado a que Kouichi se quedara en el departamento el tiempo que fuese necesario, al menos eso significaba un asunto menos del que preocuparse.
- Creo que buscaré algún trabajo de medio tiempo- murmuró Kouichi saboreando su comida.
- ¿no volverás al instituto?
- aún hay algunas cosas que resolver- intervino Yuuri.
- el departamento que arrendaba mamá…- murmuró con dificultad-bueno…tendré que desalojarlo en poco tiempo.
Incapaz de formular una respuesta que pudiese sonar satisfactoria bajó la mirada sintiéndose compasivo. Sabía que si bien su padre había ayudado a Tomoko con algo de dinero para Kouichi, jamás se había hecho responsable de su crianza. Por lo que podía entender que comenzara a sentirse completamente solo.
Se hizo un silencio incómodo, hasta que su amiga debió volver a hilar las palabras que habían quedado flotando en el aire.
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Editado: 29.11.2024