Ahora que Anne estaría más tiempo en casa, ambas con similares horarios, sabía que sería casi imposible saltarse la cena, por lo que ese sería el único momento del día en que comería, incluso sin tener apetito.
Por sugerencia de Umi, había estado mensajeando a Keiji con mayor frecuencia así que ese día, luego de un poco de insistencia de él para almorzar juntos, se levantó más temprano para preparar algo, y antes que su madre la notara, salió de la casa.
Por suerte la primera clase era ciencias, así que, a pesar de no poder poner demasiada atención ni esforzarse en tomar apuntes, continuaba entendiendo todo.
Durante la mañana Keiji le habló por lo que apenas sonar el timbre para el descanso se apresuró hasta la zona de los casilleros. A pesar de su esfuerzo él había llegado primero y hablaba animadamente con una de sus compañeras, aunque al verla se despidió y caminó hacia ella.
- Pequeña Hotaru- sonrió casi avergonzándola.
-…te has vuelto muy popular.
- sólo favores- bufó- al parecer tengo demasiada cara de amabilidad.
Ella se sintió conmovida, estaba de acuerdo.
Caminaron hasta el jardín a pesar del frío. Se había envuelto en la bufanda de Umi, pero tenía las manos entumecidas.
-…Debí preparar una sopa caliente- murmuró sacando su obento.
Al verlo su amigo sonrió. Tenía toda clase de verduras, onigiris y esos sándwiches de huevo que tanto amaba.
- pensé que nunca volvería a probar tu comida- suspiró aliviado.
Lo miró de reojos, respondiendo un poco avergonzada.
-…lo siento…te la debía.
- sí, y aunque no fuiste a verme- entornó los ojos- Aki y yo obtuvimos el primer lugar. Así que ahora me debes otro almuerzo.
Suspiró con una sonrisa.
-no recuerdo haber dicho eso…
- no, es una idea que acaba de llegar a mi cabeza.
Sonrió viendo con satisfacción como parecía disfrutar cada bocado.
- Y tú ¿no vas a comer?
La sonrisa se borró de inmediato, pero debía disimular.
- ya comí suficiente esta mañana mientras lo preparaba, estoy bien con esto- indicando su termo con té caliente.
Él se quedó evidentemente incrédulo.
- ¿pero estás tomando tus medicamentos?
- sólo son vitaminas- asintió- estoy bien.
- aun así…luces más delgada.
Aunque él parecía muy convencido, le fue imposible creerlo.
-…He dejado de comer tantas golosinas- se defendió- pero como todo lo demás, no tienes que preocuparte.
Ahora él se quedó en silencio, ella no pudo saber si había logrado persuadirlo. Hubiese deseado ser sincera, pero sabía que sólo lograría decepcionarlo.
Keiji, por su parte, terminó su comida en absoluta calma y prefirió cambiar de tema, no podía arriesgarse otra vez ahora que sentía que comenzaba nuevamente a tener su confianza.
- Bueno- murmuró- aunque no quisiera mencionar nada respecto a los exámenes – debes saber que al fin logré sacar sobre 90- suspiró- así que puedes pedirme los apuntes cuando quieras.
Lo miró sorprendida y luego sonrió.
- creo que tendré una prueba la próxima semana, aunque aun tenía la esperanza que la cambiaran por algún informe.
- imposible, la profesora parecía entusiasta en cortar muchas cabezas- rio- todo fue gracias a la ayuda de Aki, creo que al fin se apiadó de mi.
- él parece inteligente.
- es muy analítico, eso es todo, tú también eres inteligente- sonrió apoyando la mano sobre su cabeza.
Se sintió ruborizar, él al notarlo se alejó de inmediato, también avergonzado.
-…En fin- se incorporó-…tengo que buscar algunas cosas en la sala de profesores ¿me acompañas?
Guardó la caja, ahora vacía, y salieron del jardín.
Fuera de la sala de profesores se quedó esperando. Aun quedaban varios minutos de descanso, volvió a tomar un sorbo de té. El vidrio que daba hacia el exterior comenzaba a llenarse de pequeñas gotas de lluvia, la primera de la temporada, y sintió un poco de nostalgia, ya que significaba que los días de sol en su jardín secreto estaban pronto a acabar.
En el pasillo los alumnos paseaban animados, casi como si no tuviesen preocupaciones, ella se quedó mirando a un joven que salía de la sala de profesores cargando una torre tan alta de libros, que casi tropieza con ella, de no ser porque iba acompañado por una profesora, quien se apresuró en ayudarlo. No le dio mucha importancia a su torpeza si no hasta lograr ver su rostro. Tenía el cabello castaño y ojos color pardo pareçian sonreír con una expresión amable, ella se quedó pasmada, sintiendo como se le aceleraba el corazón…En una fracción de segundo su nombre apareció en su mente…Tomoki… ¡Vistiendo el uniforme de su instituto!
Volvió a mirarlo, no había duda, era él. De inmediato un sinfín de interrogantes llegaron a su cabeza, dejándola con una sensación desagradable.
En pocos minutos Keiji regresó, ahora cargando un cuaderno de apuntes.
- Lluvia- musitó viendo la ventana- genial…eso significa que no podremos entrenar. Ella no respondió, se había quedado pensativa- Es cierto- agregó- no te gusta la lluvia, bueno, en estos casos a mi tampoco…
-…¿Qué cosa…?- murmuró, dirigiéndole la mirada
- la lluvia- bufó- ¡no me estabas escuchando!
Intentó sonreír, pero sólo pudo hacer una extraña mueca.
-…lo siento.
- eres muy mala- bromeó revolviéndole el cabello.
- estoy bien- suspiró- estaba distraída.
Regresó a clases ahora cansada, como si hubiese estado toda la hora resolviendo ejercicios de matemáticas. Lo único que faltaba era que ese niño estuviera en su instituto, seguro idea de Anne. Fue otra tarde en la que no pudo poner atención en física.
Como no tenía que asistir a clases de música se encaminó de inmediato a la salida. Sin un paraguas ni amigos con quien compartir uno esperó un rato a que la lluvia cesara, pero a pesar que el pronóstico del clima en su celular indicara lo contrario, no tuvo más opción que cubrirse bien e intentar caminar hacia el metro.
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Editado: 29.11.2024