"Insinuaciones"
Hyunjin no daba más de ansiedad, estaba que se volvía loco.
Caminaba de acá para allá en su habitación, y se supone que debía estar con Suzy pero había pasado de ella. Se decía a si mismo que eso tendría que haber hecho, en vez de tirársela.
Se imaginó a Suni viéndolos y no pudo evitar odiarse por ello. No quería ni pensar lo que sintió, o lo que aguantó, porque no se lo dijo enseguida.
Si no los veía en la cocina y él no la seguía para explicarle, ¿no le hubiera dicho nada de aquello? ¿Se hubiera quedado callada por más tiempo? No lo sabía, pero intuyó que en algún momento todo se diría.
Ahora entendía porqué lo había ignorado, y el porqué se había comportado de esa forma tan... odiosa.
Soltó una risa irónica y se sentó en la cama, sobándose el rostro; él se había molestado con ella, cuando era Suni la que debía estar enojada.
Ahora se avergonzaba, y realmente le costaba verla a la cara después de lo sucedido, pero necesitaba hacerla entender que no había sido nada porque ciertamente estaba loco por ella, la necesitaba, la quería, la anhelaba.
Él ansiaba con todas sus fuerzas a esa chica, y no podía simplemente dejarla como ella le pedía, ni hablar, no se iba a rendir.
Suni debía saber todo lo que sentía hacia ella, todo lo que la deseaba y anhelaba. Pero sobre todo, él necesitaba que ella lo perdonara, que le diera la oportunidad de demostrarle sus sentimientos.
Se mordió el labio de forma ausente, mientras pensaba qué demonios podía hacer. Suni ni siquiera quería verlo, mucho menos oírlo, y cada vez que sus hermosos ojos lo veían su corazón se detenía al instante... esa mirada llena de desprecio y rencor era algo que lo estaba destrozando. No lo soportaba, y por primera vez se sentía vivo; podía sentir dolor y desesperación, podía saber que no estaba muerto en vida, que aún podía sentir algo bueno por alguien… aunque ahora ese alguien lo odiara.
Suspiró frustrado, se dejó caer hacia atrás y miró el techo con desgano. Sólo pensar en ella le causaba alivio y calidez, incluso su corazón se aceleraba.
Estaba jodido, realmente jodido, pero si era por Suni… entonces le encantaba estar jodido.
[...]
— Gracias por lo de hoy —dijo viendo al castaño cuando se bajó del vehículo.
Chan se había encargado de llevarla y traerla del entrenamiento, aunque no fuera su trabajo pero igual no se había negado, no tenía problema en hacer aquello.
— No fue nada —respondió mientras le dedicaba una sonrisa y volvía a meterse al coche.
Suni le sonrió y entró a la casa mientras el chico encendía el motor y se iba.
Cerró la puerta detrás de ella y se dirigió a las escaleras, pero vio a Suzy venir de uno de los pasillos.
— ¿Cómo estuvo? —preguntó la mayor, viéndola con cierto desdén que Suni notó.
— Bien —respondió mirándola fugazmente. Comenzó a subir, pero se encontró de frente a Hyunjin que venía bajando.
Se quedó unos segundos quieta, pero no dijo nada y siguió subiendo hasta pasar por al lado de él. Ni siquiera lo rozó, nada, y el chico no pudo evitar bajar la vista con tristeza.
— Hyunjin, vamos —llamó Suzy desde el pie de las escaleras, viendo al morocho que se había quedado estático en el lugar.
— Cállate, ya sé lo que debo hacer —masculló él comenzando a bajar mientras miraba de mala gana a la pelinegra.
Demonios, no podía evitar odiarla. Todo se jodió desde que apareció.
Llegó hasta ella y pasó de largo, siendo seguido por una sonriente Suzy. Si se esforzaba, podría conseguir que Hyunjin se metiera entre sus piernas otra vez.
Por su lado, Suni se duchó y colocó ropa casual. Estaba algo cansada, había sido bastante duro el entrenamiento ya que había faltado algunas clases y se quedó atrás, pero aquello le ayudó mucho para liberar rabia; había golpeado con todas sus fuerzas las pelotas, incluso casi le pegó a su entrenador sin querer.
Sonrió nerviosa al recordar eso, menos mal que él fue más rápido y alcanzó a moverse, o ahora tendría problemas.
Guardó el bolso con la raqueta y agarró el uniforme para llevarlo a lavar. Salió de su cuarto y caminó tranquila, pero se encontró a su padre saliendo de su despacho mientras hablaba por teléfono.
El hombre al verla, dijo algo en un idioma extranjero y se volvió hasta ella.
—Saldré un momento, dile a tu madre —avisó mientras besaba la cabeza de ella y se iba rápidamente.
Suni sólo asintió y lo vio irse.
Seguro algo salió mal y debía ir a gritarle un poco a sus hombres. Rodó los ojos, pasaba cada dos por tres y después Jiso venía hecho una furia.
Decidió no darle más vueltas al tema y continuó caminando, bajó las escaleras y fue a la cocina a buscar agua. No había nadie, no habían dos putos follando sobre la mesa, que horrible imagen hubiera sido.
Abrió la nevera, sacó la jarra y se sirvió en un vaso.
— Oh, ya volviste —dijo Sun Hee entrando a la cocina.
Su hija se bebió todo de un trago mientras le hacía la seña para que esperara. La mujer le sacó la ropa de las manos y la dobló rápidamente para llevarla al lavadero luego.
— Hace un rato —dijo finalmente.
— Pero vi a Hyunjin con la chica canina, ¿quién te llevó? —preguntó curiosa.
Suni no pudo evitar soltar una risa por la forma en que su madre llamó a la perra.
— Me llevó Bangchan.
— Oh... admito que si no estuviera casada con tu padre, ya le hubiera...
— ¡Mamá! —bramó Suni algo alterada.
—Le hubiera dicho lo guapo que es —dijo rápidamente la mujer —, por Dios Suni, ¿qué estabas pensando? —reclamó fingiendo molestia.
La castaña se echó a reír mientras negaba con la cabeza, a veces su madre era bastante infantil pero eso lejos de disgustarle sólo causaba el efecto contrario.
— ¡Ah! Papá salió, ya sabes —dijo moviendo la mano en el aire, dando a entender que era lo mismo de siempre.