Limerencia

(3) [retrato]

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ACTUALIDAD 
 


 

Dylan 
 


Realizó los últimos detalles, agregándole sombra a sus redondos y perfectos pechos, para que transmitan la sensualidad que emerge de ellos; una vez término con ellos prosigo con el resto de su cuerpo.

Ana es una mujer sexy, su cabellos Crespo color rubio la hace ver alegre y entusiasta, es poseedora de unos ojos color negro y un cuerpo de curvas perfectas, es sensual y carismática una combinación perfecta a mi parecer.

falso; admite que te la quieres volver a follar!"

Ignoro mis pensamientos y vuelvo a enfocarme en el dibujo, hasta que soy interrumpido por Ana.

— Me encanta que te resistas pero date cuenta que me perjudicas — dice la mujer desnuda frente a mi.

— No me resisto, simplemente quiero capturar el deseo de tu mirada — lo digo, con una sonrisa pícara.

Ella se muerde el labio haciendo que mi deseo crezca.

— Falta mucho, por que no creo resistir más — se insinúa Ana moviendo sus caderas sensualmente.

— No te muevas que tardaré mucho más — la regaño, para que me permita terminar y poder comenzar hacer otras cosas.

— Que gruñón — dice ella, imitando un puchero.

No volvemos hablar hasta que terminó mi obra de arte.

— Ya está listó — le digo a Ana.

— Por fin, ya me estaba quedando dormida — dice ella mientras se levanta sin molestarse en ocultar su cuerpo; se posa detrás de mí y ambos detallamos el retrato.

— Me encanta lo que haces en papel, pero me fascina lo que logras en la cama — comienza a besarme el cuello y yo se lo permito.

Pronto soy yo quien toma el control de la situación y la poso en mi regazo, no hay mucho que nos estorbe así que pronto ambos estamos desnudos.

La beso y la hago mía con arremetidas constantes, que nos hace llegar a ambos al orgasmo, ella reposa sentada en mis piernas y yo le permito recuperarse.

— Te extrañaré — dice ella en un tono triste.

Un dolor de cabeza me abarca y cierro los ojos para tratar de calmar el dolor, pronto desaparece la jaqueca y prosigo a responder.

— No entiendo porque, si eres una puta que se mete con cualquiera a la cama — cuando salen las palabras de mis labios, Ana se levanta brutalmente para alejarse y mirarme con reproche.

— Puede que estés celoso, pero eso no te da derecho a tratarme como una cualquiera.

— Pero si no eres una cualquiera, eres mi amante y la esposa de Guillermo.

Observo como se le encharcan los ojos y comienza a vestirse rápidamente, cuando termina se dirige a la puerta pero antes de retirarse me encanta y grita.

— ¡SABES PERFECTAMENTE QUE A TI TE AMO, Y NO SABES COMO ME DUELE QUE ME TRATES ASI! — se queda esperando a que responda y cuando ve que no lo haré; cierra la puerta bruscamente dejándome solo en mi estudio.

"Ridícula"

Me visto y vuelvo a posarme frente al retrato para tomarlo en mis manos y empacarlo junto con mis otros dibujos, que pronto se exhibirá en Estados Unidos; para ser exacto en los Ángeles. En París, Francia y Italia ya tengo mucho reconocimiento pero debo emprender nuevos rumbos para progresar en mi carrera; empaco lo que hace falta ya que mañana viajo y emprendo rumbo a la salida.

Ingreso a mi auto y me dirijo a mi apartamento para preparar todo lo necesario.

Cuando llegó a este, bajo de mi coche y le lanzó la llaves a uno de los empleados para que guarde mi auto.

Cuando estoy dentro del hotel me dirijo al ascensor, presiono el último piso y aguardo con paciencia que este finalice su recorrido, cuando se detiene ingreso a mi apartamento y la hermosa vista a la torre Eiffel me recibe; lo sé, pero que puedo decir, nací en una familia con privilegios y mis talentos me han ayudado a aumentar mi fortuna.

Me sirvo un wiski para después proseguir a darme un baño; ya son aproximadamente las seis de la tarde y debo salir pronto ya que mi madre y padre me han citado a una cena formal.

Pronto estoy listo y no pierdo más tiempo. Me dirijo a la salida para emprender rumbo a casa de mis padres.

En cuestión de minutos me hallo en la mansión del señor y la señora Tudor me adentro en ella, mis padres son de gustos elegantes y refinados, por lo tanto todos los adornos son de buen gusto.

Pronto me encuentro en la mesa, donde será servida la cena y la primera persona que veo es a mi madre lleva un vestido color rosa pálido que se ajusta a su estilo.

— ¡Hijo de mi corazón! - mi madre me abraza y deposita dos besos en mis mejillas.

— ¿Cómo has estado, madre?

— Triste por que uno de mis tesoros se irá — dice ella en tono melancólico.

— No te preocupes madre, tu sabes perfectamente que será cuestión de meses para regresar — le recuerdo para calmar su tristeza.

Ella asiente con la cabeza resignada a mi decisión.

— Tu padre vendrá en unos momentos, al igual que tus hermanos — dice mi madre.

Ambos nos dirigimos a tomar asiento y en cuestión de segundos el comedor se llena con la presencia de mi padre, mi hermana y hermano.

Me levanto y saludo a mi padre.

— ¿Cómo estas?— pregunta él.

— Bien, como siempre; aunque hoy mucho más feliz de poder tener tan digna despedida.

— Es lo menos que se puede hacer, por nuestro hermano menor — dice Olivia, mi hermana mayor.

— Que considerada — digo, mientras me acerco a ella para saludarla.

— No hay que quejarse hermano, ya sabes cómo es la familia — dice Adrián acercándose a mí para saludarme.

— Si, ya lo sé, pero no perdamos más tiempo que muero de hambre.

Todos coinciden conmigo así que prosedemos a tomar asiento en el comedor.

Después de comer las delicias. Mi padre es quien inicia el brindis.

— Por nuestro hijo, que con cada paso que da en su carrera, trae orgullo a esta familia.

— Gracias padre.



#31505 en Novela romántica

En el texto hay: amor, amistad, psicologia

Editado: 23.09.2020

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