1 ×MILISFORO×

UN MES ANTES
 

× Cassie ×

- Cuéntame Marcelo; ¿Cómo te has sentido estos últimos meses en terapia?, ¿Crees que te han servido? 

- No puedo mentir, así que le diré la verdad; no sé como explicarlo pero me siento liberado, al inicio creí que sería una estupidez esto de hablar con otra persona para solucionar los problemas, pero fue todo lo contrario, es lo único que le agradezco a mi familia, que me hubiesen obligado asistir. 

- Me alegra oír eso, saber que mejoras es un mérito y no solo tuyo sino mío; pero quiero saber algo más, así que dime, ¿Como se han comportado tus padres? 

- ¿La verdad o la mentira? - pregunta mi paciente, un joven de quince años, de cabello rubio; tez blanca y ojos negros. 

- Quiero escuchar la mentira. 

Me observa algo desconcertado, pero no protesta y prosigue a hablar. 

- Dedican cada mísero segundo en mi, cuando llegó a casa siempre me preguntan, ¿Como te fue? o ¿Que hiciste? y ¿Te sientes bien? que puedo decir; me han ayudado a progresar en mi terapia. 

- No es mentira ¿Cierto? 

-No, es hipocresía - lo dice serio y puedo observar como le afecta esta situación. 

- ¿Por qué lo dices?¿Como conoces a una persona hipócrita?

- Solamente sé, que de la noche a la mañana recordaron que tenían un hijo y creyeron que falsas palabras recompensará todos mis días de soledad; yo puedo salir solo de esto, sin ayuda de nadie e recorrido el mayor camino y seguirá siendo así. 

- Te entiendo; pero déjame contarte una historia, solo concéntrate y sé sincero; trata de compararla con tu situación actual.

Hubo una vez un villano tan malvado, llamado Milisforo, que ideó un plan para acabar con todas las cosas importantes del mundo. Ayudado por sus grandes máquinas e inventos, consiguió arruinar a todos, pues inventó una poción que quitaba las ganas de trabajar. También hizo que la gente no quisiera estar junta, pues a todos infectó con un gas tan maloliente que cualquiera prefería quedarse en casa antes que encontrarse con nadie. 

Cuando el mundo entero estuvo completamente patas arriba, comprobó que sólo le quedaba una cosa por destruir para dominarlo completamente: las familias. Y es que a pesar de todos sus inventos malvados, de sus gases y sus pociones, las familias seguían estando juntas. Y lo que más le fastidiaba era que todas resistían, sin importar cuántas personas había en cada una, dónde vivían, o a qué se dedicaban. 

Lo intentó haciendo las casas más pequeñas, pero las familias se apretaban en menos sitio. También destruyó la comida, pero igualmente las familias compartían lo poco que tenían. Y así, continuó con sus maldades contra lo último que se le resistía en la tierra, pero nada dio resultado. 
Hasta que finalmente descubrió cuál era la fuerza de todas las familias: todos se querían, y no había forma de cambiar eso. Y aunque trató de inventar algo para destruir el amor, Milisforo no lo consiguió, y triste y contrariado por no haber podido dominar el mundo, se rindió y dejó que todo volviera a la normalidad. 

Acabó tan deprimido el malvado Milisforo, que sólo se le ocurrió ir a llorar a casa de sus padres y contarles lo ocurrido. Y a pesar de todas las maldades que había hecho, corrieron a abrazarle, le perdonaron, y le animaron a ser más bueno. Y es que, ¡hasta en la propia familia del malo más malo, todos se quieren y perdonan todo! ¿No es una suerte tener una familia?

-¿Cómo te parece? 

-Que su familia está loca, que madre en sano juicio colocaría a su hijo Milisforo ¿Eh? - dice con diversión y no puedo evitar sonreír. 

-Dejemos el nombre de lado y enfócate en el trasfondo de la historia. 

-No logró entenderla. 

-Si lo haces, solo que no deseas aceptarlo. 

-Según usted, Doctora Steel, que se supone que debería entender. 

-No son tus enemigos. 

-No diría lo mismo si los conociera. 

-Tal vez tengas razón, siempre existe el beneficio de la duda; así que cuéntame por que son tus enemigos. 

-No me apoyan como los padres de Milisforo, no me escuchan, no les interesó, antes de comenzar la terapia no me preguntaban sobre mi estado de ánimo, no me entienden. 

-Es cierto según tu perspectiva, pero si tus padres no se preocupan por ti, jamás te hubieran obligado para que asistiera a la terapia, si crees que ellos no se interesan por ti, respóndeme una pregunta, ¿Cómo sabían que estabas diferente, que ya no eras el mismo? O acaso tu se lo dijiste -silencio, Marcelo no dice nada así que continuó. 

» Cuando somos jóvenes, nos cuestionamos sobre muchas cosas, y es normal ya que estamos en medio de nuestro descubrimiento, donde aprendemos a definir que esta bien o que esta mal. Muchas veces solemos compararnos con otras personas por x o y motivo, ya sea su físico o intelecto e inclusive su familia, «pero si a María y la complacen» Tu eres diferente a los demás al igual que su entorno. Tu familia no mostrará afecto de igual manera que otra, y tal vez cometa errores, ¿pero acaso tu no los has hecho? Nos volvemos egoístas sin saberlo y nos encerramos en nuestros propios pensamiento, y es allí donde fallamos. Quiero que lo analices Marcelo, y que logres entender las acciones que en silencio hace tu familia por ti. 

-¿Me puedo ir? - Es lo único que dice, y no deseo presionarlo. 

-Claro que si - se levanta de su asiento y se dirige a la puerta, y antes de retirarse se gira así mi. 

-Gracias Doc. 

-Para eso me tienes - Él cierra la puerta y quedo sola en el consultorio, no tengo mucha prisa por ir a casa; hace algunos meses termine mi relación con Marcus y desde entonces vivo sola. Comienzo a limpiar el lugar y me recuerdo traer las decoraciones de verano para hacer mi consultorio mucho más acogedor. 

Cuando estoy en el estacionamiento me encuentro con varios "compañeros" de trabajo y observo como suben en varios autos, no es dificil deducir a donde iran, asi que le resto interes y subo a mi auto.