Limit Breaker: Conquistando Mazmorras

Capítulo 9: Líder Innato

Tras casi medio día de caminata a través del bosque, los aventureros bajo el mando de Martin, avanzan hacia la base de la montaña para dar fin a tal terrible mazmorra.

Durante largo rato son escoltados por los costados y desde la retaguardia por enormes y pequeñas arañas, pero solo se limitan a vigilar a los humanos que caminan temerosos por la presencia de tales monstruos que podrían devorarlos. Sin embargo y por alguna razón no realizan ningún movimiento audaz como el intentar atacar, casi como si alguien los estuviera protegiendo a los aventureros de tal destino.

La ya poderosa presencia de la marca del emperador es suficiente para que ninguna criatura quisiera oponerse a Martin por más que lo deseen.

Martin se detiene unos momentos y se voltea hacia el grupo:

 

–Descansemos un poco y luego regresamos a la misión.

–Pero Martin, estas criaturas…– dice Paulo mientras señala a las arañas que se mueven alrededor del grupo, manteniendo una distancia prudente–. No podemos relajarnos.

–Si tuvieran la intención de matarnos, lo hubieran hecho hace tiempo. Nos tomaremos veinte minutos y regresaremos a la caminata a la montaña– responde Martin.

–Entendido.

 

Estela se acerca a Martin y le da un pedazo de sándwich:

 

–Oh, muchas gracias– agradece Martin en tono tímido.

–N-No…de nada– responde sonrojada– Lo hice para ti– agrega en voz baja, muy nerviosa.

–Esta delicioso, muchas gracias Estela– vuelve a agradecerle mientras saborea el sándwich.

 

Martin sonríe y continúa comiendo con expresión feliz, mientras piensa:

 

–Todo marcha bien – Mira a las arañas que siguen deambulando por el bosque, acechándolos– Pero estas criaturas…no tenemos que relajarnos, porque podría ser malo – Luego mira hacia a los aventureros, y el nivel de estrés que está provocando la mazmorra–. No tengo dudas, debo protegerlos a todos – Finalmente regresa su mirada a Estela, quien se percata y le sonríe al cazador–. Principalmente a ella debo proteger más que nadie…no dejare que ocurra lo mismo que hace años atrás…con mi padre…y su grupo. – Aprieta su puño al recordar tales terribles sucesos que arruinaron a su familia.

 

Después un breve descanso, el grupo regresa al camino rumbo a la montaña. Con una formación puramente defensiva, ideada por Paulo, los cazadores avanzan por un camino que cada vez se hace más angosto hasta que se acaba fundiendo con el bosque.

Esto los obliga a permanecer en alerta máxima, frente a las criaturas que aun los sigue, y mucho más peligroso aun, es el hecho de que esta anocheciendo, y las arañas de mazmorra son excelentes cazadoras nocturnas:

 

–Martin, yo creo que deberíamos avanzar más rápido – dice Estela, mientras camina al lado de su compañero, algo nerviosa a pesar de que ahora es una cazadora de Rango B.

–Si, quizás tengas razón, está anocheciendo y no podemos saber en que resultara si continuamos en este bosque.

–¿Tienes algún plan? – pregunta ella, preocupada por la situación en la mazmorra.

–Es aun precipitado, pero primero debemos continuar hasta el anochecer, luego veamos cómo se comportan las arañas. – Toma a Estela de la mano izquierda, sorprendiéndola gratamente –. Solo mantente a mi lado, y concentra tu poder de curación en el grupo. Si liberas una fina capa alrededor de ellos, estará protegidos, al menos un rato. No te preocupes por el maná, tengo reserva ilimitada, aunque no sepa hechizos.

–Si – responde Estela sin dejar de preocuparse por él.

–Y descuida, te protegeré, cueste lo que cueste – le dice en voz baja, muy serio y aferrándose con fuerza a la mano de Estela, como si no quisiera dejar que se repita lo de hace unas horas atrás.

 

La oscuridad de la noche cubre toda la mazmorra, inaugurando el momento del día donde las Arañas se vuelven verdaderas cazadoras de humanos y animales. Es en ese momento donde el verdadero problema o circunstancia se produce, y es que lo que se creía que sucedería, al final no ha pasado, ninguna araña ha atacado, y lo que llena aún más de dudas a Martin:

 

–Algo anda mal…– Se voltea y mira con una sonrisa a los demás cazadores que esperan ordenes de el – Por lo visto se han cansado de seguirnos, lo mejor es que sigamos, no es prudente esperar a que se decidan.

 

Los aventureros comienzan a presentir que algo está fuera de lugar, y por unos breves momentos miran a Martin, casi como dudando de sus palabras, pero Paulo se acerca a él y le dice en un tono para que nadie los oiga:

 

–No entiendo que sucede, pero confiare en ti.

–Gracias, eso creo– responde el joven a la confianza que le otorga el experimentado cazador.

 

La mano izquierda de Paulo se desliza hacia el mango de la espada, y desenvaina el arma mientras exclama en un tono moderado, pero enérgico hacia sus compañeros:



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Editado: 05.12.2024

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