CALIFORNIA
Muevo mí pie impaciente de un lado al otro, mientras mastico mis uñas por toda esta ansiedad que me consume. Mis hermanos y yo hemos estado esperando quince minutos a mis padres quienes aún no deciden aparecer. Estamos en su habitación, así que no tengo ni idea de dónde podrían encontrarse. No puedo esperar a ver la reacción de mis hermanos, mis oídos zumban de la ansiedad y la emoción. Una mano abofetea la mía para que la aparte de mí boca.
Mis ojos celestes viajan a Carson, que me observa de forma reprobatoria. Ruedo los ojos y aparto mí mano.
—Es un hábito asqueroso, California —se quejó con sus ojos fijos en mí mano—, deja de hacerlo.
Sí, tal vez lo sea, pero logra apaciguar un poco toda la ansiedad que corre por mis venas de forma feroz.
—Lo siento, es que estoy ansiosa —exclamo en una queja cansada. Colton se acerca a nosotros y me observa fijamente con sus ojos cafés escudriñando todo mí rostro. Ya va a comenzar con sus malditos interrogatorios. Según él le ayudan a practicar para cuando estudie criminología. Si, lo sé, nunca me hubiera imaginado a Colton trabajando de eso.
En realidad, nunca me hubiera imaginado a Colton trabajando.
—¿Tú sabes algo que nosotros no? —interroga, mientras se sienta a mí lado escudriñando todos y cada uno de mis gestos. Lo miro con cara de ¿En serio estás preguntando eso?
No pienso decirles nada de esto a mis hermanos, no me corresponde, además en unos minutos sabrán de que va toda esta situación. Es una noticia importante para los tres en realidad para los cinco, siempre hemos sido solo nosotros y que ahora otro pequeño venga en camino cambia las cosas en nuestras vidas. En un año más Colton se irá a la universidad y estará lejos de nosotros por días, Carson y yo seguiremos siendo unos adolescentes rebeldes sin causa, pero supongo que el destino nos tendrá algo preparado para nosotros. Creo que a ningún padre o madre le gusta ver crecer a sus hijos e irse, se ponen melancólicos y toda la cosa cursi y un tanto ridícula, pero me alegra saber que en mí caso ese pequeño o pequeña les seguirá haciendo la vida imposible cuando nosotros ya nos hayamos ido de casa.
Él o ella deberá seguir nuestro legado.
—Colton —digo en un suspiro ligero —, si yo supiera algo de toda esta estúpida situación, ¿Crees que estaría aquí ahora perdiendo mí tiempo?
Mentirosa de cuarta.
¡No te metas!
Él me mira receloso por unos segundos y asiente.
—Como digas —resopla resignado y se concentra en su celular mientras vaga por las redes sociales. Mi hermano es un chico popular, ya sea en el instituto como en las redes sociales. Muchas chicas lo califican como un chico caliente, podría ser perfectamente un personaje salido de Wattpad, con sus tatuajes y su fama de follador emprendido. Su mal humor apesta como la misma mierda, alguien no está de humor hoy y como si Carson me leyera la mente, comenta:
—Alguien no pudo follar anoche —como siempre Colton pierde la paciencia y agarra un almohadón que se encuentra a su lado y se estira para golpear a Carson por encima mío. Comienzo a gritar para que se detengan, pero hacen oídos sordos a mis órdenes. Siento un codazo en mí cabeza y duele.
Mis hermanos son literalmente unos cavernícolas salvajes y brutos. Con toda la fuerza que puedo, estrello mí codo en el estómago duro de Colton, haciendo que él exclamé una queja de dolor muy exagerada, pero es lo que necesitaba para que se quede quieto en su lugar. Sigue gimiendo de dolor exageradamente, mientras que Carson se mantiene en silencio mientras acaricia la parte posterior de su cabeza, gracias a que Colton le dio un gran zape ahí.
Hannah y Logan entran en la habitación con una sonrisa, hasta que ven a mis hermanos haciendo muecas adoloridas. Sus sonrisas se borran y expresiones de confusión surcan sus rostros. Mientras tanto yo, raspo el esmalte descuidado de mis uñas, sin importarme los especímenes a mí lado. Siento con dos pares de ojos sobre mí, así que levanto la vista para encontrarme con las dos miradas reprobatorias de mis padres, les regalo una sonrisa rápida y vuelvo mi atención al esmalte en mis uñas.
—¿Qué les hiciste a tus hermanos, California? —me pregunta Hannah en su tono de madre. Me alzo de hombros desinteresada y respondo con simpleza:
—Colton empezó.
—No es verdad, Carson se lo buscó primero —replica él señalando a mí mellizo, quién lo observa con sus grandes y expresivos ojos celestes, mientras le hace una seña obscena. Se recompone y señala acusatoria-mente a mis padres.
—Es su culpa por dejarnos mucho tiempo a los tres solos —suelto una risa baja y asiento de acuerdo con él.
—Bueno eso ya no importa —dice Logan intentando restarle importancia al asunto. Una de sus manos se encuentra detrás de su espalda sosteniendo algo que no logramos ver —. Tenemos algo para ustedes.
Él extiende su mano oculta frente a mí, ya que soy quien se encuentra en medio de los tres. Sostiene una caja pequeña color amarillo, la tomo en mis manos y los observo. Ambos tienen unas grandes sonrisas plasmadas en sus rostros.
—¿Qué es? —pregunta Colton quitándome la caja de las manos. Como su curiosidad es más grande que cualquier otra cosa, abre la caja revelando lo que tiene adentro. Los tres nos juntamos más para ver mejor su contenido.
Es un test de embarazo.
—¿Un test de embarazo? —pregunta Carson, tomando el objeto en sus manos, analizándolo con detalle. Hannah asiente en respuesta.
Si Carson supiera que esa cosa estuvo un buen rato en el pipí de Hannah, no lo tocaría tanto como lo está haciendo ahora.
Iugh.
—¿Positivo o negativo? —pregunta ahora Colton. Todos lo observamos como si fuera el ser más estúpido de este planeta, su coeficiente no funciona muy bien. Logan golpea su mano en su frente en un gesto frustrado.