Living with the monsters

S I E T E

CALIFORNIA

Las cosas han estado tensas en casa desde los últimos sucesos, son nulas las veces que cenamos juntos como familia, cada quién hace las que se le plazca. No hemos tenido noticias de Dallas ni de Leah por casi cuatro semanas, por lo que sé, creo que se fueron de la casa, es lo mejor y lo más prudente que han hecho, por lo menos por un tiempo hasta que todos se calmen. Nadie quiere ver a Leah a la cara ahora que saben la verdad. Logan discutió con Dallas como siempre y nadie ha podido decir siquiera una palabra de lo ocurrido. Es lo mejor para todos en esta casa.

Mis dedos bailan sobre el teclado de mí laptop, tengo que entregar un trabajo para mañana y tengo prisa. Me abofeteo mentalmente por dejar otra vez las cosas para último momento, odio tener esa maldita costumbre, luego estoy quejándome en los rincones por no llegar a tiempo. Es en estos momentos de mí vida donde quiero desaparecer de la faz de la tierra.

Unos toques en la puerta me distraen por unos segundos, grito un pase en dirección a la puerta sin dejar de teclear. Por el rabillo de mis ojos veo a Logan entrar en la habitación, mi cama cruje en un rechinido cuando él se tira de un salto a ella.

—Deberías descansar un rato, vayamos a divertirnos —me giro en mí silla para verlo a los ojos —. Iremos al centro comercial, ¿Vienes?

Suelto un suspiro y me debato mentalmente qué hacer. Me inclino por salir con ellos, he estado trabajando duro y Logan tiene razón necesito despejar mí mente un rato. Asiento, pero antes agrego:

—¿Me comprarás un helado? —él se encoge de hombros y asiente.

—Mientras no me pidas salir con un chico, te daré todo —pongo los ojos en blanco sintiéndome exasperada. A veces en serio detesto sus actitudes sobreprotectoras conmigo, ¿Qué tendría de malo salir con un chico? Ya no soy una niñita, tengo quince años y debería poder salir con chicos de mí edad y divertirme. No me prohíben ir a fiestas, pero si salir con chicos que irónico.

—Como digas, Alfa —resoplo. Él suelta una risa al aire al escuchar mí estúpido apodo, pero tengo razón en decirlo, él actúa como si fuera un jodido Alfa.

—Hablando de eso —replica como si recordara algo importante —, ese chico....

Oh por Jesús y sus calzones.

Me niego a tener esta conversación con Logan, se supone que las chicas de mí edad no dan detalles a sus padres, pero Logan actúa como si fuera mí amigo, tal vez es una estrategia que utiliza para que yo confíe lo suficiente en él como para contarle todo lo que quiere saber. Admito que el bastardo es inteligente y yo muy idiota.

—Wilder —lo interrumpo con un tono apático. Él chasquea su lengua y asiente medio receloso —. Te ahorraré el interrogatorio. No, no me interesa de esa forma, es lindo, pero tengo un límite para los chicos.

Logan me mira orgulloso, como si esas palabras fueran las que siempre quiso escuchar todo este tiempo. Casi tuve la necesidad de rodar los ojos, casi.

—Cierto, tus ojitos celestes solo se fijan en el idiota de Dylan Campbell —casi puedo sentir como escupe su nombre. Él de verdad lo quiere lejos de mí, no hay nada para que Dylan gane la confianza de Logan.

Miro a Logan con irritación. Maldito sea el día en dónde le dije a mis hermanos que Dylan me gusta, se les soltó la bocota y hablaron de más frente a Logan. Ahora no solo ellos lo saben Hannah también, aunque la última no se burla de mí, ni se entromete en el asunto.

—¿Puedo saber la razón de tu desprecio hacia él? —mi voz es serena —. Es un gran chico y mi mejor amigo.

Nunca he sabido la verdadera razón de su odio hacia Dylan, siempre creí que era por ser muy cercano a mí, pero sé que hay algo más. Llámalo una corazonada.

—Cariño, has babeado por ese chico desde niña —su voz de tono es serio, creo que dejamos las bromas de lado por un momento —. Él nunca vio lo hermosa y buena chica que eres, y si lo hizo fue un completo idiota por no decírtelo. No lo odio, tampoco lo desprecio, pero no quiero ver como cada día tu amor por él crece y no es correspondido.

Auch¿Dolió?

Cállate.

Sé que él tiene razón, siento que cada día mis sentimientos crecen más por ese chico y eso me asusta, desde niña que tengo sentimientos por Dylan, han pasado años y no han cambiado. Si tan solo él se diera cuenta, creo que todo sería diferente. Creo poder vivir con su rechazo e indiferencia y si mí amor es correspondido sería muy feliz. O tal vez yo estoy deseando algo de lo que luego me arrepentiré.

No respondo, en realidad no encuentro una respuesta correcta a eso, así que me quedo en silencio. Puedo escuchar como Logan suelta un suspiro pesado.

—Lamento si fui muy directo, yo...

Lo interrumpo.

—No te disculpes —murmuro con un poquito de cólera acumulada. Porque una parte pequeña de mí, se sienta cabreada por aún sentir algo por Dylan —. Tienes razón y no puedo negarlo.

Él no responde y decide desviar el tema:

—Te esperamos abajo. 
Luego de eso se marcha y me quedo completamente sola y confundida.

Decido dejar todo de lado hoy —solo por hoy— y salir a divertirme un rato con mi familia. Así que me pongo en marcha y decido vestirme rápido, estoy obligada a vestirme de forma decente ya que es un lugar donde concurre mucha gente.

Cuando bajo las escaleras ya los cuatro engendros están esperando por mí.

—¿En qué momento tu trasero creció más que el mío? —indaga Colton señalándome con su dedo. Entorno mis ojos y le muestro mí dedo medio.  

—Me siento ofendido —lloriquea Carson acariciando su trasero.

Idiotas.

—Dejen de molestar a su hermana —los riñe Hannah, aunque está sonriendo. Lleva puesto un vestido que se ajusta a todas sus curvas y aun así su embarazo pasa desapercibido.

Logan toma las llaves de su coche y nos mira a todos.



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En el texto hay: humor, california, novelajuvenl

Editado: 03.11.2020

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