Rostros en la Niebla

Entre la niebla del olvido, rostros se disipan,
siluetas de amores perdidos que en sombras se desplipan.
Cada rostro es un eco, un susurro lejano,
en el velo de la niebla, donde el recuerdo es vano.

Las imágenes se difuminan en un mar de bruma,
y el corazón busca en vano la luz que se suma.
Rostros en la niebla, un desfile de penas,
donde el tiempo borra las huellas y las escenas.

Cada lágrima es un reflejo de una cara olvidada,
y el dolor se convierte en una sombra extendida.
Entre la niebla, los rostros se desvanecen sin aviso,
y el corazón se ahoga en su propio sacrificio.

El silencio envuelve las memorias en su manto,
y el vacío se llena con un lamento quebranto.
Rostros en la niebla, un suspiro de lo que fue,
donde el pasado se convierte en un eco que no se ve.