Llena eres de gracia.

Capítulo 19: Culpa.

Isabel lloraba en el regazo de Guadalupe, ella simplemente acariciaba con ternura su cabello y la consolaba   

Isabel lloraba en el regazo de Guadalupe, ella simplemente acariciaba con ternura su cabello y la consolaba.

— Fue bochornoso, Guadalupe.— Isabel se levantó y limpio sus lágrimas.

— Niña, ¿Por qué le aflige tanto?

— También me he preguntado lo mismo, Guadalupe. Te lo dije, esa mujer sin escrúpulos es el mismo demonio.

— Tranquilícese, niña.

— Pero que malvada soy, he venido a llorarte cuando tú necesitas llorar en mí, ¿Cómo ha estado todo? ¿Cómo te encuentras? ¿Dónde está Amparo? Por piedad, habla y no me dejes con esta angustia.

— Le agradezco mucho, niña. Mi madre esta deshecha, dice que no podrá vivir más, no alcanzará llegar a verla de novia y eso me ha roto el corazón.

— Dile a tu madre que no hable así, que solo Dios nuestro señor sabe el momento que debemos partir, nosotros no podemos elegir.

— Niña, que bonitas palabras ha dicho.

— Dile a Amparo, que todo estará bien, sé el dolor que le embarga pero que debe seguir adelante por ti.

Llamaron la puerta y ambas se quedaron en silencio.

— No abras, es el señor Rousseau— siseo Isabel.

Ambas se inmutaron hasta que la puerta siguió sonando. Isabel se puso de pie y se recostó.

— Dígale que estoy fatigada y que me he quedado profundamente dormida.

Guadalupe asintió, arropó a Isabel y salió a atender la puerta. En efecto encontró a Jacques, pero le sorprendió encontrarse con Jules también.

— Se bondadosa y dime si tu ama sigue despierta.

Guadalupe negó.

— La niña ha estado tan fatigada que apenas se recostó y se quedó profundamente dormida.

— Necesito hablar con ella, ¿Podrías avisarme en cuanto ella se haya levantado?

Guadalupe asintió.

— ¿Cómo se encuentra Guadalupe? - Guadalupe salió de la habitación y cerró la puerta a su espalda.

— Agradezco su preocupación, ahora solo me queda seguir adelante por mi madre y por la niña.

— Usted adora a su ama— intervino Jules.

— La niña me ha dado amor sincero y jamás podría dejarla.

Jacques quien no tenía el ánimo para seguir conversando se disculpó y abandono aquella platica, aunque Jules no se movió y siguió conversando con Guadalupe.

— Guadalupe, seré sincero ¿Tiene a alguien en su vida?

Guadalupe quien miro perpleja a Jules, sintió como sus mejillas se encendían y negó. Jules respiro con alivio.

— Entonces permítame seguir frecuentándola.

Guadalupe lo miro con confusión.

— Es incomprensible, señorito. ¿Por qué querría frecuentarme?

— Mi estimación a usted es sincera, Guadalupe— tomo su mano — Quizás no se ha dado cuenta, pero la he estado mirando desde que llegue y su sencillez me ha cautivado y deseo que me permita seguir haciéndolo.

Guadalupe negó.

— Sería una deshonra para su familia, señorito. No puedo permitirme que usted corra ese riesgo.

— Corrí el riesgo desde que empecé a hacerlo y lo haría mil veces. Guadalupe, usted no es una deshonra.

Guadalupe miro confusa a Jules. Pero él deposito un tierno beso en su mano.
 

En cuanto Isabel se despertó, se despertó angustiada y se puso a rezar como nunca lo había hecho. En cuanto Guadalupe llego y le llevo el desayuno a la cama, Isabel lo rechazo. Isabel había amanecido aturdida y cuando llego a sus oídos que Jacques había tenido otra recaída, la angustia la hizo desmayarse. Magdalena quien había estado cerca de la habitación no se despegó hasta que el doctor vino a revisarla, pidió a Cristóbal que nada la alterara y que estuviera en reposo. Cristóbal mando a Guadalupe a dormir en la habitación de Isabel por si se ofrecía algo y estuviera para cuidarla.

Isabel constantemente se despertaba gritando debido a pesadillas que temía en contar.

Guadalupe comenzó a limpiar delicamente el sudor de Isabel mientras ella dormía.

— ¿Se encuentra bien? - susurro Isabel sin abrir los ojos.

— Ya está mejor, ahora solo esta descansado, niña.

Isabel no dijo nada, pero Guadalupe vio como una lagrima caí a su sien y mojaba su almohada.

— Niña, niña ¿Qué la aturde tanto? - limpio la lagrima. Isabel abrió los ojos, se incorporó con cuidado y miro a Guadalupe.



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Editado: 12.03.2018

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