Llena eres de gracia.

Capítulo 21: Suspiro ¿A caso no entiende la broma?

13 "Ahora, pues, permanecen estas tres virtudes: la fe, la esperanza y el amor   

13 "Ahora, pues, permanecen estas tres virtudes: la fe, la esperanza y el amor. Pero la más excelente de ellas es el amor. "(1)

Jacques tocaba plácidamente el piano mientras veía por la ventana a Isabel tomando un paseo con Guadalupe.

— Tu humor me demuestra que estas mejor— Alain entro a la habitación y se recargo en el piano para mirar a Jacques. Él se encogió de hombros y siguió tocando el piano.

— Debo avisarte que saldré, nuestro padre está haciendo grandes negocios.

— ¿Me avisas que te vas?

— Te aviso y también quiero pedirte un favor.

— Soy todo oídos.

— Isabel estará sola, y sé que Guadalupe esta con ella, pero me reconfortaría que le hicieras compañía.

Jacques sintió un golpe en su pecho, sintió culpa al mirar a Alain. Jacques asintió y Alain palmeo su hombro.

— Eres grande, hermano.

Y salió de la habitación, la ganas de tocar el piano se esfumaron, respiro hondo y continúo tocando el piano. Estaba muy emergido en las sonatas hasta que sintió como alguien cubría sus ojos, tomo aquellas delicadas manos y las aparto para lograr ver a Isabel.

— Cada que toca el piano me hace sentir viva.

Jacques sonrió, Isabel miro a todos lados y beso su mejilla.

— Debo pensar que su caminata estuvo tranquila.

— Falto usted en ella, pero estuvo bien.

Jacques tomo la mano de Isabel y entrecerró sus dedos en ella.

— ¿Está todo bien?

Jacques levanto la vista y se encontró con una mirada de preocupación de Isabel, él asintió.

— No puedo creer que sea verdad.

Isabel sonrió y beso la punta de su nariz.

— Le propongo algo—empezó Isabel, Jacques suspiro gustoso.

— Conociendo sus intenciones, debo pensar que quiere llevarme a un lugar.

Isabel sonrió.

— Entonces prepárese para salir.
 

— Dulcería de Celaya (2)—leyó Jacques.

— Los mejores dulces los he probado aquí.

Jacques se giró y vio a Jules conversando con Guadalupe.

— ¿No cree que deberíamos avisarles?

Isabel miro a la pareja y chasqueo la lengua.

— No queremos interrumpir a los enamorados.

Jacques la miro y extendió su brazo. Al entrar Jacques vio en cada rincón dulces que cautivaban su atención.

— ¡No, no, no, no! Usted debe comprarlos primero, que no le gane su antojo.

Jacques suspiro y eligió unos cuantos dulces, después de pagar se dio el lujo de comerlos.

— Vaya suspiro (3) —bromeo Isabel y le dio una mordida al suyo. Jacques quien no comprendió la broma se le quedo viendo.

— No comprendo.

Isabel sonrió y se acercó a su oído.

— Después le explico. —  sonrió y se acercó a la salida para abrir su sombrilla con encaje de color paja. 
 

—  ¿Cómo le dirás a nuestros padres? — musito Jacques mientras estaba atento leyendo un libro, Jules suspiro.

— Inmediatamente me mandarían a Francia o peor aún me casarían antes que Alain.

Jacques rió.

— Imagínate que te casaran con Fátima.

Jules se incorporó e hizo un gesto de asco.

— Seria el fin del mundo, admito que es muy bella, pero para nada decente.

— Nada decente— afirmo Jacques.

—  ¿Y tú? ¿Cuándo le dirás a Alain?

Jacques soltó el libro que tenía en sus manos, observo el libro por unos minutos en el suelo y se inclinó a recogerlo.

— No sé—suspiro.

—No puedes esperar mucho tiempo, Jacques. La boda se anunciará pronto.

Jacques resoplo.

— Lo sé.

Isabel espero pacientemente en el establo, el punto de reunión en donde los jóvenes amantes se encontraban. Pero paso tanto tiempo que tuvo que levantarse cuando se dio cuenta que se estaba quedando dormida. Se acomodó su sarape y camino de regreso a su casa, entro con cuidado de no hacer ruido, pero se escondió detrás de un pilar cuando escucho la voz de Fátima. Miro de reojo y encontró a Fátima frente a Jacques. Debido a la sorpresa Isabel se cubrió la boca con su mano. Volvió a mirar de reojo y se encontró a Fátima abrazando a Jacques. No pudo con ello por lo que se quedó quieta y espero a que ambos se fueran para que pudiera escapar. Después de unos minutos Jacques paso a su lado y salió de la casa. Isabel respiro y miro de reojo, pero encontró a Fátima subiendo las escaleras. Dejo pasar unos minutos y subió con cuidado de no levantar sospechas.



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Editado: 12.03.2018

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