La vida era tan complicada como simple, tan linda como fea y tan divertida como triste. No había otra forma de explicarla, esos eran y son mis parámetros para comprender al mundo, para saber el porqué de las cosas que vivo día a día. Pero puedo jurar, que cuando me hablaste, toda la definición se fue por el caño ¿Acaso un momento triste podía ser a la vez uno divertido? La respuesta sería más adelante, como siempre.
Me pediste perdón por tu actitud el otro día y yo acepté las disculpas, eras mi perdición (capaz lo sigues siendo) y por ende, no podía fastidiarme contigo.
Me hablaste de que la habías pasado mal, tu novia te había engañado y querías estar solo. Cuando salió la última palabra de tu boca, comencé yo, hasta el día de hoy me cuestiono por qué no habré callado.
¿Qué es el amor? Eso fue lo que respondí ante tu declaración y tu cara me lo dijo todo, quizás no todo, pero era un indicio de que a ti no te interesaba tal cosa.
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Editado: 07.02.2019