Damián
Una semana. Una semana pasó desde el día que estuve con Diana.
La cabeza no para de darme vueltas en esa conversación. No creí que íbamos a terminar hablando de eso. Tampoco estoy seguro si mis intenciones iban hacia otro lado, se que nunca hubiera podido hacer algo con ella sabiendo que tengo novia. No me gustan esas cosas y ella lo sabe.
Lo que no significa que no me haya afectado la conversación. No se si definirla como conversación, lo note mas bien una advertencia. Aunque ella tiene razón, yo tengo que tomar una decisión. Aunque eso no significa que yo me vaya a olvidar de todo, cuando se fue quede con el corazón roto.
No creo estar listo para volver a repetir eso. Pero ahora tampoco estoy seguro de casarme con Paris. Se que a ella también la afectó el regreso de Jack. Lo noto cada vez que estamos juntos. Ahora besarnos parece mal, dormir juntos parece un error constante, los dos lo sabemos y nos está haciendo mal.
Por suerte para nosotros dos, Jack y Diana tuvieron que volver por unos días a Los Ángeles por su productora. Pero solo serían dos días. Con ellos hablamos y decidimos que cuando vuelvan hablaríamos los cuatro. Ellos aceptaron, pero primero teníamos que hablar París y yo.
—Sabes, no creo que ignorar lo que te digo va a servir que deje de hablar— Alan va manejando su camioneta. Habíamos quedado para almorzar en el restaurante de mis padres.
—Lo siento. Estaba pensando.
—Déjame adivinar. Empieza con la letra D y termina en iana y después sigue con la letra P y termina en aris. — Sonrió antes los comentarios de Alan. El nombrado saca su vista de la carretera un segundo, me mira y ríe.
—Si, adivinaste. ¿Qué me delató? ¿Mi cara de preocupación? ¿O el tiempo que invierto pensando en Diana?
—Ambas amigo.
—Lo sé. No se que hacer.— Alan está al tanto de todo, de que estoy comprometido con las dos. Cuando Diana regresó debía contarle eso a alguien, no podía ser París y mi mejor amigo era la mejor y más cercana opción para mi. Después de todo el también junto un poco de mi mierda cuando ella se fue.
Estacionamos en la esquina del restaurante. Está lleno de autos como de costumbre. Es sábado y la gente viene mucho aquí a comer o pedir para llevar. Muchos dicen que somos el mejor restaurante y tienen razón pero no solo de este pueblo. Somos buenos en la zona.
— Lo que deberías hacer es pensar en frío — Alan continúa hablando mientras cierra su auto y yo bajo también para seguirlo adentro— Sabes yo pienso que las quieres a las dos. Pero a una como una mejor amiga, alguien que te sostiene y te ayudo en su momento. Y la otra es tu amor, la única que miras desde el secundario. Entonces deberías pensar en frío.
—¿Pensar en frío? ¿El que?
—Si quieres casarte con tu mejor amiga. O con tu compañera de muchos años y el amor de tu vida y para tu vida. Que además dijo que iba a pelear por ti.
Es verdad. Los recuerdos de la noche me invaden la cabeza nuevamente y pienso en todo lo que ella dijo.
>>Mereces estar comprometido con una sola persona. Con la persona que tu desees.>>
>>Pero no voy hacer yo quien rompa ese compromiso>>
Si, pero yo quiero estar comprometido contigo.
Acallo mis pensamientos. Tengo demasiados, todos juntos. Por una parte quiero hacerle caso a mis sentimientos, pero las inseguridades no abandonan mi cabeza. No es fácil. Tengo que hablar con París primero.
Entramos y está bastante lleno como me imagine. Caminamos hasta el mostrador donde veo a mi madre. Ella es una mujer asombrosa, quien no juzga a nadie. También dice que el señor los juzga por eso ella no lo hace, al igual que papá.
—Hola mama— Rodeó el mostrador y la abrazo.
—Hola señora Persy— Alan le da un abrazo a mi madre que ella devuelve rápido. Mi mama conoce a Alan desde que tenía cinco años. Lo quiere mucho.
—¿Cómo están los dos hombres? Les guarde un lugar. Cariño Paris me dijo que se iba a pasar a almorzar acá. Le dije que estabas, que viniera—Asiento y me voy a sentar.
—¿No te molesta?— Alan viene pisándome los pies. Lo veo y luego apartó la vista. Realmente si me molesta. Pero mi madre no lo hizo a propósito, ella no sabe que tenemos estos problemas. O lo sabe y quiere que lo solucionemos lo antes posible. Ella sabía de Jack y Paris.
—Déjalo, no pasa nada. De todas maneras no le voy a decir que no a mi novia. Es mi novia Alan, no puedo hacer eso, lo sabes— Asiente y luego pide lo de siempre.
Escuchamos unas campanas sonar. Alan se corre un poco para ver quien es.
—Es ella. Aprovecha este tiempo para hablar.
—¿Hablar?— Asiente. Niego con la cabeza y prosigo a seguir hablando con él, pero esta vez, me acerco un poco más a mi amigo. —¿De que quieres que le hable si esta mi familia acá? ¿Quieres que le diga delante de todos que prefiero a Diana antes que a ella? Hablaré con ella cuando vuelva a casa— Digo todas estas palabras casi en un susurro.
— ¿Entonces si prefieres a Diana antes que a ella? — Alan mueve sus cejas de arriba hacia abajo, no puedo creer que pise el palito. Le doy un golpe en el hombro para que se calle.
No puedo hablar con ella si mis padres están aquí. No se como se tomaría todo ella. La verdad no se que estuvo pasando con Jack, no hablamos nunca de eso aunque sabemos que el otro queda con su ex. Pero no puedo correr el riesgo de que ella sienta que la estoy usando. O se largue a llorar, o peor, me quiera tirar con una silla delante de todos. Tenemos muchos problemas ya para sumar otro.
Cuándo llega al mostrador va directo a buscar a mi madre. No se detiene a mirar a nadie. Su pelo rojo aparece y desaparece rápidamente. De seguro mi mama le dirá que estoy acá.
Nos traen la comida muy rápido. Siempre con Alan solemos comer pastas. Le encantan las pastas de acá y a mi también. Al cabo de unos minutos veo aparecer a mi novia que viene directo hacia nosotros. Lo tengo que admitir, Jack supo ver bien el en la secundaria, ella es muy hermosa, todos acá pensamos eso. Y más siendo la única que tiene ese color de pelo junto con su familia.