En cuento a Lucas, ahí está incapaz de leer, sino pensando en su enamorada Mary. Tiene pensando confesarse en día del baile. Ya no puede callarse lo. Aunque tenga eso consecuencias. ¿Pero y ella, sentirá lo mismo? Se pregunta Lucas a sí mismo. Ya no es el mismo niño de 18 años, sus rasgos faciales han cambiado, parece más maduro, su cabello rubio se ha vuelto algo oscuro, pero sigue siendo el mismo chico con la misma personalidad y amabilidad con la que Mary lo conoció. Su mirada sigue siendo cálida. En la noche del baile, si acepta un vals, se lo contará todo, sus ganas de besarla no paran. Cada vez que la ve, se le sube el corazón, ya no la quiere como amiga. Quiere más que eso. Y eso de las habladurías de una relación entre una criada y un amo, eso no le importa , siempre ha sido un chico que nunca le ha importado eso, es más su familia tampoco, aunque nunca ha pasado eso. Es más, una vez, su madre ele contó que cuando era más joven, se había enamorado de un criado campesino, pero sus padres no lo apoyaron, querían huir para estar juntos, pero no lo pudieron hacer y después de quello conoció a su padre, Edward Marriott y tuvieron a su hermano Ethan y años más tarde a Lucas.
_¡Lucas!- llega Barton cansado de la corrida - Sube, vamos a la casa.
Lucas acepta y estos llegan al jardín, al mismo tiempo que llegan Gerard y Mary, pero estos por la puerta delantera. El campo verde huele a libertad y a naturaleza, los pájaros cantan y el lago hace más fresco y limpio el ambiente. Bajando el carro, Mary se encuentra la mirada de Ethan a 50 metros en los establos con su caballo. Hay nerviosismo, pero llega Barton a saludarla y ella sonríe al chico que le saluda dejando la mirada de Ethan atrás.
_Señorita...- la coge de la mano para ayudarla, siente la mirada de todos sobre ellos, incluido Gerard.
_Gracias - le sonríe tímidamente pero a la vez amable.
_Mary- suelta Gerard algo molesto - Vamos, coge las bolsas, a la cocina. Llendo la chica hacia la casa, Barton no le quita el ojo de encima y todos se han fijado.
_Cierra la boca hermanito, pareces su perro - aparece de pronto Alice al lado de su hermano.
_Vaya, menudos humos que llevas - lo dice Lara molestarla.
_He visto como todos la miráis, incluso Ethan. ¿Que tiene que yo no tenga? - dice celosa - No niego que sea guapa, pero parece que os tiene a todos a sus pies.
_Huelo algo...- si hermana hace señas para saber el qué- Huelo a celos - se ríe. Su hermana se mosquea.
_Parece que voy a tener una nueva amiga - lo dice con malicia.
_Ten cuidado con lo que haces o dices Alice- esta vez el tono de Barton es serio.
_No te preocupes querido... La trataré bien - se lo dice sonriendo dándole una palmadita en el hombro derecho y se dirige a ver a su prometido en los establos, el cual me da un beso de saludo en la mejilla rosada de Alice.
Sola en la cocina sacando las compras, Mary siente que la observan, pero no hay nadie, está sola. Ciertos momentos desaparece esa sensación. Desde la noche de su baño en el lago, siente que algo o alguien la persigue y observa, incluso en el mercado. Pero decidió no hacer caso, pero ahora se preocupa.
Los pasos de Gerard la distrae, Lorudes parece hacer ruido en la otra sala arreglando algo y quejándose a las demás criadas por hacer mal su trabajo. Esa sensación que siente mary ahira, es la de todo vuelve a la normalidad.
_Sabes - suelta Gerard, guardando cada cosa- Hoy me he dado cuenta de algo - la mira a los ojos.
_¿De que? - pregunta esta distraída.
_De que hoy hace tres años que te encontró Percy, el antiguo capataz - de pronto la chica se para. Momentos así, se le vienen los recuerdos. Aquella noche, la lluvia que caía, no era normal. Era pura sangre.
_Si- responde Mary melancólica, aún recuerda cómo esos vampiros la tocaban y como la violaron. Muchas veces no piensa en ello, lo quiere olvidar, pero ciertas noches, sueña con aquello y es incapaz de dejar que un hombre la toque, ni su protector el mayordomo. Aún le queda esa cicatriz, una cicatriz muy grande.
_Pero bueno, mientras tu buscabas la fruta...Mira lo que te he comprado - saca detrás de sus espaldas una máscara de baile que se ata a la cabeza, la chica se queda sin palabras apunto de soltar una lágrima- Va a juego con tu vestido rojo- es preciosa, roja como la tela de su vestido al igual que sus labios, llena de ornamentos brillantes. Parece de una princesa. La chica emocionada, corre a abrazar a Gerard.
_Gracias, significa mucho para mi. Lourdes y tu, os habéis convertido como unos padres. Y me he dado cuenta, que os quiero mucho, no se que me pasaría si llegara el momento de no teneros - suelta con pequeñas lágrimas de emoción, cosa que el viejo también suelta un par.
_Anda, deja de hacerme llorar, ve a guardar la máscara y las telas en tu habitación, diré a Lourdes que te lo haga.
Obedeciendo, se va contenta. Ordenó su cuarto y lo dejó perfecto. Mientras preparaban la comida, esta hacia sus tareas de la casa.