AMAR DELVEY
¿Qués es el amor y Qué es Amar?..
AMOR segun lei es un sentimiento de afecto universal que se tiene hacia una persona, animal o cosa. Y AMAR es mi nombre. Mi nombre completo es Xaria Amar Delvey, así, con solo con un apellido ¿Porque? porque al parecer cuando escoges al donante de esperma de un catálogo el no tiene ningún derecho contigo ni con tu hijo o hija fue por eso que al inicio de mi vida sólo fuimos mi madre y yo, sin abuelos, sin tíos, sin primos ni siquiera hermanos. A pesar de eso no tengo ninguna queja de mi infancia, al contrario solo tengo recuerdos llenos de amor.
Mi madre conmigo siempre fue muy cariñosa, siempre procuro darme todo lo que ella no tuvo al ser huérfana y me crió con la ideología de seguir el significado de mi nombre y amar a todos sin hacer ningún tipo de distinción, siempre me dijo que en un mundo donde el odio abundaba no vendría mal un poco de amor sincero.
Saltare los primeros seis años de mi vida porque no los recuerdo bien, todo está un poco distorsionado. También omitiré mi descripción física porque no sé cómo hacerlo, de hecho pienso que nadie puede hacerlo, eso depende de como las demás personas te ven. Volviendo a mi vida de seis años recuerdo como mi madre subió nuestras cosas a un taxi, tomamos un avión, (que por cierto fue el peor momento de mi vida) después de eso un nuevo taxi nos llevó a un vecindario muy bonito, todas las casas eran hermosas y grandes, sus jardines eran tan bellos que hasta parecía irreal. Cuando el taxi se detuvo en la que sería nuestra casa solté una pequeña risilla, ¿Cómo era posible que fuéramos a vivir en una casa tan grande si solo éramos nosotras dos? era algo muy absurdo y más al ver la enorme cochera para dos autos cuando no teníamos ni uno.
A pesar de pensar de esa forma no le dije nada a mi madre, al final de todo ella era la adulta y sabia lo que hacía. Para una niña de seis años habían cosas más importantes; cómo hacer amigos por ejemplo. Los primeros días fueron un poco difíciles ya que siempre iba con mi mamá muchos a lugares donde no habían muchos niños, solo adultos por lo cual me moría de ansiedad por iniciar el preescolar y dejar de sentirme sola y aburrida. Lo que no sabía era que no tendría que esperar mucho por que a pocos metros de mi casa, al frente para ser más específica encontraría a la primera persona que sería una parte importante de mi vida.
Si tratara de recordar como lo conocí mi mente se confundiría ya que lo único que recuerdo es verlo pasar en su bicicleta de un lado a otro, me sentía hipnotizada, la manera en cómo movía sus pies y no se caía a pesar de andar solo en dos ruedas me hacía verlo como un superhéroe. Cuando se detuvo me acerque a él con una sonrisa de admiración y tratando de ser lo más amigablemente posible le pedí que me enseñara a ser como él.
Al principio su reacción no fue muy buena, me miró con su ceño fruncido y me pidió que me alejara si me estaba burlando de él, obviamente esa nunca fue mi intención y al dejarsela claro explicandole que era nueva y no tenía amigos su expresión cambió y fue muy amable, dijo que no me enseñaría andar en bicicleta porque me podría lastimar que mejor jugaríamos a otra cosa y me llevó a su casa del árbol donde tenía muchos juguetes. A pesar de jugar toda la tarde no sabíamos nuestros nombres, él siempre me decía princesa y yo le decía niño, no necesitábamos nuestros nombres para jugar, bueno eso hasta que nos despedimos y me llevo a mi casa, en donde finalmente me presenté como Xaria Amar Delvey y el dijo que se llamaba Abad Mateo De Novelis. Su nombre me hizo reir ya que era muy confuso para decirlo así que decidí que solo lo llamaría Mate.
Al entrar a mi casa mamá no estaba muy feliz, dijo que estaba preocupada al no saber mi paradero y me pidió con firmeza que nunca le volviera hacer algo así, me habló sobre los peligros que hay en las calles, que una niña como yo no debía ser parte de ese mundo de perversidad y como todo lo que venía de su boca era palabra sagrada para mí le prometí que cada vez que fuera a jugar con Mate le pediría permiso a ella.
Luego de esa promesa no tuve más problemas con mamá y podía jugar todo lo que quisiera con Mate, él era un niño muy lindo, sus mejillas eran tan regordetas que sentía unos deseos incontrolables de apretarlas, sus manitos eran un poco más grandes que las mías y lo mejor de él era su pancita, era tan redondita que las camisas le quedaban un poco apretadas, cuando jugábamos el siempre se cansaba, no podíamos correr mucho, no podíamos andar en bicicleta por eso siempre jugábamos en su casa del árbol, lo mejor de jugar con Mate era que siempre había comida lo cual era muy bueno para mi y mi enfermedad de la cual no sabía mucho, solo sabía que al escuchar el bip de mi reloj debía comer y Mate me ayudaba con eso. Comíamos chocolates, pastel, sandwich, hamburguesas, todo lo que quisiéramos; su casa era un paraíso de comidas deliciosas.
Los día de primaria fueron simplemente fugaces, recuerdo no separarme de Mate en ningún momento, hacer la tarea juntos, jugar en su casa del árbol en el que un día sin previo aviso me pidió que fuera su prometida, en la lista de mi vocabulario no se encontraba esa palabra por lo cual no conocía su significado por eso lo tomé como ser hermanos para siempre lo cual me hizo muy feliz, ya no eramos solo mi madre y yo, ahora también tenía a Mate. En la escuela los niños siempre me trataron bien, no me molestaban e incluso me regalaban cosas en cambio a Mate lo molestaban y lo hacían llorar algo que me hacía llorar a mi también, no me gustaba verlo triste, me partía el alma, era como si me lastimaran a mi. Mate siempre entre sollozos me pedía que nunca lo dejara que siempre fuera su prometida y claro que lo sería; no concebía una vida sin mi Mate.
Mi niñez transcurrió con normalidad en cambio para mi madre era distinto, cuando íbamos juntas al supermercado la gente murmura cosas, se reían mientras la veían, no me gustaba pero ella solo lo ignoraba, cuando pensaba más en ella me daba cuenta de que no tenía ningún amigo, yo tenía a Mate pero ella estaba sola, cuando eran las reuniones escolares las otras mamás ni siquiera le hablaban y se sentaban lejos de ella siempre tomando la mano de sus esposos. Tratando de buscar una respuesta a todo eso que no entendía analice a mi madre y la verdad no pude encontrar razón alguna para que no la quisieran, ella era muy linda, su pelo era tan largo como el mío, en su boca no le faltaban dientes como a mi al contrario todos estaban tan perfectamente colocados, al mirar su pancita no la tenía tan grande como la de Mate, su ropa era bonita y la forma en cómo pintaba sus labios también. No encontraba ninguna explicación a tal situación, bueno eso hasta que un día la mamá de Mate no le permitió dejarlo ir a jugar a mi casa, me puse triste, pero Mate me dijo que su mamá tenía envidia de mi mamá, que a ella le gustaría ser así de bonita. Eso me tranquilizó, era eso; todas las mamás querían ser como mi mamá.