Lo Desconocido del Reino

Capítulo 15

Contarle todo resultó liberador. Jamás había compartido mi pasado ni mis sentimientos de esa manera.

Él me escuchó atentamente, sin interrumpir, algo que agradecí profundamente. Esperó pacientemente hasta que terminé de relatar mis angustias, mis miedos y mis inseguridades.

Entonces, sus primeras palabras fueron un bálsamo para mi alma.

"No estás sola, cuentas conmigo".

Esas simples palabras bastaron para que le confiara mi historia, a pesar de ser un completo desconocido. Necesitaba desahogarme de esa manera, y con Jayden, todo era diferente.

Ahora nos encontramos en la plaza, tumbados en el césped, contemplando el vaivén de las nubes en el cielo.


—Escucha, por ahora debemos mantener esto en secreto. Sé que deseas contarle a tu familia, pero por ahora es mejor guardarlo. ¿Entendido? —asentí con determinación, porque entendía perfectamente la razón. En estos momentos nada era seguro.

—El problema es por dónde empezar. He buscado en todas partes, en internet, libros, revistas de noticias previas al accidente de los reyes, pero la identidad sigue siendo un misterio.

—Pensé en investigar en el castillo, pero sé que no descubriríamos nada relevante.

¿Cómo estaba tan seguro?

—Tú y tus padres vivían en un castillo apartado de la ciudad. Solo fui una vez, y no encontré nada... Toda pista que tuvieran tus padres ha sido eliminada. Tus padres se esforzaron por ocultar cualquier rastro.

» Ryan habría difundido fotos por todas partes si hubiera encontrado algo, y te habrían localizado. Pero no lo hicieron. Es como si estuviéramos buscando un fantasma.

Reflexioné sobre lo investigado hasta ahora. Y enseguida se me prendió el bombillo.

—Tengo una hipótesis, puede sonar descabellada, pero escucha atentamente —le indiqué, con una mirada penetrante—. La ausencia de rastros de sangre en el interior del vehículo sugiere la posibilidad de que haya logrado escapar con vida. Además, mi adopción podría indicar que al ser desconocida mi existencia, nadie podría identificarme, y el hecho de ser encontrada en medio de la nada insinúa una trama más compleja de lo que pensábamos.

—Impresionante análisis, Madie. Estoy sorprendido por la coherencia de esta teoría que apunta a la supervivencia de la princesa—expresó con admiración. —Además, sumemos al panorama el hecho de que nunca se halló un cadáver que coincidiera con tu descripción en las proximidades del siniestro. Fuiste rescatada por personas ajenas a tu verdadera identidad —sugirió Jayden, con un destello en la mirada.

—Es posible que, dominada por la adrenalina, haya huído inconscientemente, evitando así ser identificada junto a los reyes. Pero... ¿Es plausible que una niña herida haya recorrido semejante distancia sin ser vinculada con la realeza?

—Querida—empezó, con tono sosegado y reflexivo—, en situaciones de emergencia extrema, el ser humano es capaz de desempeñarse de manera sorprendente. Es factible que, ante el trauma del accidente y la amenaza latente, tu instinto de supervivencia haya emergido. La adrenalina puede conferirnos una fuerza y resistencia inimaginables en momentos críticos.

—¡Hace tan solo un mes habría considerado esta posibilidad pura locura! —exclamé, con el corazón galopando en mi pecho —. Pero cada pista parece converger hacia una única conclusión.

—Todo encaja como las piezas de un rompecabezas que revelan poco a poco el cuadro completo —murmuró, y un escalofrío recorrió mi espalda al instante.

—¿Y ahora, qué camino tomaremos?

—Hemos avanzado en gran medida. No podemos apresurarnos; la paciencia es fundamental en este asunto.

—La paciencia no es mi virtud más destacada —susurré.

—Deberás aprender a ser paciente —me miró con complicidad y sonrió—. Debemos asumir que investigamos un suceso ocurrido hace catorce años. Será arduo, pero no imposible.

—¿Cómo puedo emplear el tiempo mientras tanto?

—Continúa estableciendo conexiones. Tántos tus sueños como los mensajes, toda la información que hemos recopilado. Estoy seguro de que surgirá algo crucial de ahí.

—Dudo que mis sueños tengan relevancia...

—Estoy convencido de que son recuerdos, Madie —afirmó Jayden, dejando mi corazón en vilo por un instante.

Mis intuiciones se confirmaban, y el hecho de que él también lo percibiera revivió fragmentos en mi mente.

Mientras nos dirigimos hacia su auto, mi mente se llenó de pensamientos inquietantes. ¿Quién sería en realidad mi familia? ¿Por qué habrían ocultado con tanto empeño mi identidad? Y lo más intrigante, ¿qué secretos oscuros y peligrosos podrían estar guardando?

Conduciendo por las sombrías calles de la ciudad, una complicidad y emoción inusuales empezaron a surgir entre nosotros. Ahora teníamos una pista, una nueva dirección en nuestra búsqueda de la verdad. Juntos, estábamos decididos a descubrirlo, sin importar qué obstáculos se cruzaran en nuestro camino.

Sumergiéndonos en nuestra propia investigación, descubrimos pistas que apuntaban a un oscuro pasado lleno de secretos y engaños. Nos adentramos en un laberinto de intrigas donde las apariencias engañan y nada es lo que parece.

Una mezcla de esperanza y ansiedad se apoderaba de mí ante lo desconocido que nos aguardaba.

Al llegar a mi casa, antes de despedirnos, acordamos encontrarnos al día siguiente para iniciar nuestra indagación. Pero justo cuando me disponía a salir del auto, Jayden me sujetó suavemente del brazo.

—Sabes que esto es mucho para procesar, pero debes prometerme que guardarás silencio por ahora. No podemos arriesgar filtrar información y comprometer nuestra investigación —me susurró, con una mirada seria y decidida.

Asentí con determinación. Aunque una parte de mí anhelaba contarle todo a mi familia, ya que detestaba mentirles, sabía que tenía razón. Debíamos mantener todo en secreto hasta conseguir respuestas más concretas.

—Gracias, Jay, por todo. Has hecho mucho, aunque parezca que ni siquiera hemos empezado.




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