Luego de pasar la tarde junto a Mary y Max estoy de regreso en el departamento, dejo los papeles en mi velador y me voy a duchar.
Cuando salgo del baño, veo la puerta de mi habitación abierta. Mi madre está sentada en la cama revisando los papeles que minutos antes había dejado en mi velador.
-Mamá.- digo nerviosa.
-¿que es esto? no me digas, se lo que es. Lo que no entiendo, ni siquiera tienes novio y estas embarazada. Eres una zorra.- dice mientras se pone de pie y me abofetea.
-Mamá, yo te lo iba a decir.
-¿cuando? Cuando estuvieras a punto de parir. ¿Quien es el padre?.
-No importa quien es el padre.- digo llorando.
-claro que importa, acaso esperas ser madre soltera. Me das vergüenza Anabel, me das asco. Eres una cualquiera.
-No te pediré nada, yo sabré salir adelante.
-mírate no eres más que una mocosa, no me vas a joder la vida con un bastardo.
La puerta del departamento es abierta de golpe, escucho pasos venir a mi habitación.
-Anabel.- dice Cristiano.
Cristiano mira los papeles en mi cama y luego a mi madre, finalmente mira mi cara y en sus ojos no veo más que rabia.
-¿Cristiano que haces aquí?. - pregunta mi madre amablemente.-Anabel vístete, no puedes andar así delante de tu cuñado.
-¿Que te paso en la cara?.- pregunta ignorando a mi madre.
Me quedo en silencio mientras una lágrima cae por mi mejilla.
-yo le pegué, merecido se lo tenía. Es una vergüenza para esta familia.- dice mi madre escupiendo las palabras.- puedes creer que está embarazada, la muy zorra y no sabe quien es el padre.
Miro a Cristiano con los ojos bien grandes, se supone que no era así como debía enterarse.
-basta, deja de hablar de ella así.
-Por Dios será madre soltera, quien querrá casarse con ella.
-basta dije, necesito que salgas de aquí. Quiero hablar con Anabel a solas.
-No, tu te vas de aquí. Acaso no ves que ella está desnuda. Sería lo último andarse exhibiendo delante de su cuñado, toda una prostituta.
-Mamá por favor, basta.
-Irene, escucha bien esta es mi casa y yo soy quien paga las deudas y tus lujos. Pero no voy aguantar que le hables así a Anabel.
- mañana mismo iremos al hospital, te harás un aborto y se acabará el problema.
-No.- decimos yo y Cristiano al mismo tiempo.
Mi madre sigue escupiendo sus palabras llenas de veneno, su odio hacia mi jamás lo he entendido. No se por que se avergüenza tanto de mi, nunca he hecho nada mal siempre he intentado ser la mejor hija.
-yo soy el padre de su hijo.- dice Cristiano gritando.
Mi madre queda en silencio mira de Cristiano hacia mi una y otra vez.
-No puede ser.
-lo es, yo soy el padre de la niña que espera Anabel.
Mi madre se acerca a mi y me abofetea nuevamente.
-eres una zorra Anabel, te acostaste con el marido de tu hermana, Por Dios.
-Basta, te dije que no volvieras hablarle así, esto se acaba aquí. Anabel vístete y agarra tus cosas nos vamos de aquí. Y tu Irene tienes 24 horas para irte de mi departamento, y no quiero volverte a ver.
Cristiano sale de la habitación y mi madre tras de el, me visto más que rápido y hago una pequeña maleta con las cosas más importantes.
-¿Estas lista? Las demás cosas las vendrán a buscar mas tarde, no debes preocuparte de nada.
-¿Donde viviré? No puedo irme contigo.
-compré una casa hace un mes, lo hice pensando en nosotros.
-No hay un nosotros Cristiano.
-Por supuesto que si, tendremos un hijo y nos amamos. Mañana mismo comenzaré con los trámites del divorcio.
-Mi hermana querrá matarme.
-No dejaré que nada te pase, nada.- dice mientras toma mi cara y me besa.
Al salir de mi habitación veo a mi madre en el sillón llorando a mares, se que debería darme tristeza verla así pero no siento ni la más mínima.
Nos subimos al auto, no hablamos en todo el camino. Yo voy mirando por la ventana.
-aquí es, la casa esta totalmente amueblada. Tendrás a una persona ayudando con las cosas del hogar. E iremos en unos días a comprar las cosas que el bebé va a necesitar. Aquí no te faltará nada, nadie vendrá a molestarte y si necesitas algo sólo debes llamarme.
-Gracias, realmente esto no era necesario.
-Si lo es, no te iba a dejar ahí con la loca de tu madre.
-Cristiano, yo debo pedir disculpas.
-No te preocupes hablaremos de eso después, ahora necesitas descansar. Quiero que sepas que no estoy enojado, sólo un poco dolido pero entiendo tus motivos no te juzgare.
-Gracias, yo te lo iba a decir debes tenerlo claro sólo no sabía en que momento.
Cristiano me atrae hasta el y me abraza.
-Te amo Anabel y ahora aún más, tendremos una hija. Eso me hace el hombre más feliz del mundo.
-tendremos una hija.-digo mientras en mi mente le digo que yo también lo amo.
Ahora las cosas se podrán muy difíciles, mi hermana y mi madre me van a odiar con mayor razón y ni pensar en lo que los Mackenzie dirán.