Lo mejor de nosotros...

2–Foruz, el gobernante-01 de la capital económica de Solnux-08

La sociedad de los androides de Asho’f-h012 no era tan complicada de entender, más bien se caracterizaba por dejarles bien claro a los visitantes en qué consistía su manera de ver y de hacer las cosas… –Este es mi territorio, humano, aquí puedes ver cómo trabajamos y convivimos pacíficamente–la voz de Foruz-h012 resultaba casi molesta para cualquier oído humano, parecía como si estuviera muy ronco. –No he venido a ver cómo trabajan o viven, sino a hablar de negocios–el humano estaba cansado, Foruz se dio cuenta desde que lo vio por primera vez–. Por cierto, me llamo Lodrreval, creo que te lo dije hace un rato. –A mí no me interesa tu nombre, sólo me interesan los nombres de mis amigos, y por lo visto tú no eres uno de ellos. –Dejémonos de perder el tiempo y dime si tienen lo que mi cliente busca…–dijo de forma brusca y espontánea Lodrreval. –Lo tenemos… ¿acaso no te lo dije ya? –Foruz se estaba empezando a calentar los circuitos de la cabeza, el humano lo había tratado de manera casi irrespetuosa desde que salió de su nave espacial. –Ustedes a veces se hacen los tontos…  ¡que quiero verlo! –la furia del humano se reflejaba en cada una de sus palabras… –Fíjese bien, señor de Renatrantis, no le voy a permitir que me vuelva a gritar en mi territorio, le sugiero que calme su estado psicológico…–una de las razones por la que Foruz detestaba a los humanos era porque no parecían mostrar el menor respeto por las demás civilizaciones. –Sí, usted tiene razón, parece que me dejé llevar por mis emociones–dijo Lodrreval al darse cuenta de que si intentaba alzar la voz nuevamente iba a ser llevado a juicio por «faltarle el respeto al gobernante-01 de la ciudad». –Bien, es bueno que sepa las posibles consecuencias de sus actos, acompáñeme a coger el transporte aéreo… Los transportes aéreos eran nada más y nada menos que trenes bala voladores que recorrían la ciudad de punta a punta a una velocidad promedio de 900 km/h, estaban fabricados para avanzar dentro de las vías aéreas de los Circuitos Electromagnéticos de Alto Nivel del planeta… –¿Cómo hacen ustedes para no tener prácticamente errores? ¿Es algo relacionado con los circuitos? ...–preguntó el renatrántico luego de un rato mientras se dirigían a la estación de transporte aéreo. –Es algo relacionado con la eficiencia, la buena preparación de nuestros habitantes y el severo respeto a las leyes que dicta la Junta de Asho’f-h012–siempre que le hacían esa pregunta respondía de manera semejante. –¿No será qué ustedes manipulan los datos? –dijo de forma intencional el humano. –Puedes pensar lo que quieras, no voy a caer en tu jueguito de «caliéntale las placas al jefe androide». –¿No tienes nada interesante que decir o es que te programaron muy mal? –el humano seguía insistiendo en querer jugar… –Traté de ser educado contigo cuando bajaste de tu navecita espacial, pero despreciaste toda muestra de cortesía de inmediato… soy una máquina, no fui diseñando para empatizar con los seres humanos…–¿Al menos tienes familia?, no sé, ¿una esposa de tetas metálicas? …–al humano le encantaba calentarle los circuitos al androide… –¡Basta ya de boberías!... si de verdad te interesa llegar a un acuerdo con nosotros te sugiero que no vuelvas a dirigirme la palabra… Cuando llegaron a la estación aérea un tren los esperaba para conducirlos a su destino. El interior del transporte aéreo presentaba un mobiliario bastante simple, cinco asientos para humanos y humanoides, y cinturones de protección para androides y máquinas… Foruz-h102 había nacido en la Fábrica de Producción Planetaria de Asho’f-h012, desde que sus circuitos y baterías se pusieron en funcionamiento desarrolló un gran interés por el océano de misterios que lo rodeaba y perseguía a cada paso que daba. En su planeta se le concedía un año de preparación a todos los nacidos de la Fábrica de Producción Planetaria. Ese pequeño período de tiempo Foruz lo aprovechó al máximo; se leyó todo tipo de novelas informáticas y manuales enteros de tecnología y robótica. Le apasionaban los números, sentía que le traían suerte y felicidad en su vida. Cuando se enteró de que existían civilizaciones «naturales», como las denominaban en su planeta, Foruz sintió una tristeza tremenda… ¿Por qué ellos tienen familia y yo no?, se preguntó una noche de tormenta en la que los truenos no lo dejaban descansar correctamente. A él no le importaba que las civilizaciones naturales lo llamarán máquina o simplemente androide, más bien lo que le preocupaba era no tener a nadie con quien compartir la vida. Una vez pasó el año de preparación, Foruz decidió presentarse a estudiar en la Universidad Galáctica de Asho’f-h012. Tuvo que pasar por pruebas rigurosas y obtuvo calificaciones ligeramente bajas, pero las notas que sacó le alcanzaron para ingresar en la escuela universitaria… Allí conoció de cerca a los llamados organismos «biológicos», la mayoría de ellos caminaban erguidos; cómo él, pero había otros que se arrastraban por el suelo o que podían volar sin necesidad de aparatos tecnológicos. Los androides no tenían una definición bien clara de lo que significaba pertenecer a un género sexual, pero a los tres años de edad se les daba la oportunidad a los jóvenes de que escogieran uno. Foruz escogió el género masculino. Cuando llegaron a su destino Foruz estaba concentrado en sus recuerdos, pero rápidamente fue alertado por su sistema interno de que tenía que quitarse los cinturones de protección… Desde arriba la ciudad androide lucía impresionante, cientos de miles de turistas recorrían sus calles y le tiraban fotos a los deslumbrantes edificios y arquitecturas de los h012. El humano hablaba por su teléfono inalámbrico con otro humano, y Foruz aprovechó para mirar en sus archivos internos y leerse una novela mientras caminaban al Salón de los Gobernantes. Lodrreval no volvió a dirigirle la palabra al androide, parecía tener más interés en hablar con los de su misma especie. –… sí, apenas termine aquí voy para allá enseguida, de todas formas, no me esperes despierta, cuando yo llegue tú te darás cuenta al instante… besos, cariño, hasta luego–la cara del humano mostraba una felicidad inesperada para el androide. –El Salón de los Gobernantes está cerca, cuando lleguemos conocerás al gobernante-02, espero que muestres tus respetos y lo saludes con educación, es lo único que tienes que hacer si quieres que se haga legítimo el acuerdo comercial.
–Sí, sí, lo haré…–dijo el humano sin prestarle mucha atención a las palabras de Foruz. El día estaba espléndido en la capital económica del continente Solnux-08, no hacía calor y el viento soplaba del este, una masa de nubes comenzó a formarse al horizonte, pero los transportes aéreos seguían sus rutas como si nada estuviera pasando en el cielo… –Ya hemos llegado, yo he cumplido con recibirte cortésmente y acompañarte hasta aquí. Creo que es momento de despedirnos. –Sí, puedes irte, no necesito nada más…–dijo el humano revisando unos datos en su computadora holográfica. Foruz se alegraba de no tener que seguir soportando al renatrántico, se fue inmediatamente a caminar por la ciudad. La mayoría de los androides h012 medían 2.3 metros de estatura; Foruz no era la excepción, la mayoría de los humanos no le llegaban ni siquiera a los hombros. Su trabajo como gobernador-01 era bastante simple, tenía que mantener en orden la mayoría de los asuntos públicos de la capital, respetar y escuchar a los ciudadanos de la urbe, y atender con diplomacia y cortesía a los turistas … lo único que le exigían era que no cometiese errores, si cometía tan sólo uno; era inmediatamente despedido. Foruz nunca había sido despedido en sus anteriores trabajos, pero sabía que a medida que envejecían sus circuitos la probabilidad de cometer un error era mayor. Hacía poco tiempo había cumplido veintidós años, aún era muy joven; sin embargo, desde hacía dos años se estaba atendiendo un problema eléctrico en el sistema interno. –… tienes que cuidarte, si te vuelve a subir el voltaje puedes sufrir daños irreversibles–le dijo el mecánico reparador luego de revisarlo en la última inspección general. Foruz ya no tomaba aceite, ni comía cualquier pedazo de metal, el mecánico le recomendó una dieta de energía solar y de energía eólica, no necesitaba nada más para vivir… Aunque de vez en cuando él se comía un metal, trataba de controlarse al máximo para no incumplir con la dieta que le puso el mecánico reparador. No sabía exactamente adonde quería ir, simplemente le gustaba caminar y examinar cómo se encontraban los habitantes que él debía proteger y cuidar. –Saludos, Foruz, ¿quiere un pedazo de titanio? –le preguntó Raghar, el comerciante de metales ligeros. –Me gustaría probar la calidad de tus metales, Raghar, pero desgraciadamente tengo que cumplir con una dieta del mecánico reparador… –Si es así, no le volveré a preguntar, Foruz, ten un excelente día…–el comerciante era un androide muy alegre y parlanchín, y le encantaba jugar a «¿quién suma más rápido?» en sus ratos libres. Foruz nunca había pensado en casarse, ni siquiera en tener una novia, pero cada vez que veía a Litihd se le electrizaban los circuitos del pecho. Ella era una mujer androide bastante singular, que se dedicaba a practicar deportes casi todos los días. Foruz había investigado que trabajaba para el Salón de Embajadores Planetario, por lo que había viajado a los planetas de algunas civilizaciones naturales. A casi ningún androide h012 le apasionaba viajar, pero por la cantidad de veces que Litihd había viajado fuera del planeta y por el hecho de que muchos de esos viajes los realizó en condición de turista; Foruz pensaba que a ella le fascinaba lo exótico. Se vestía de manera diferente a las otras mujeres androides, usaba ropa de telas fabricadas en planetas humanos y collares que vendían los robots comerciantes de los satélites naturales del planeta RajX14. Ella se percató de que él la estaba mirando y suspendió sus ejercicios por un momento para saludarlo. Foruz no era muy comunicativo, y cuando se ponía nervioso menos; así que no se atrevió a iniciar una conversación con la mujer androide que le gustaba. Se fue a su casa con la idea de invitarla a salir algún día… 



#2516 en Ciencia ficción

En el texto hay: ciencia ficcion

Editado: 27.03.2021

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