Lo nuestro

14

Ethan

La luz del sol entra por la ventana, me muevo incómodo, necesito cortinas.

Miro abajo, estoy desnudo y unas piernas de chica enredadas en las sabanas a mi lado, no recuerdo su nombre, creo que es mi vecina. Muy bien Ethan. Tu primera accion buena fue acostarte con tu vecina. 

Maravilloso.

Salgo de mi cama, tomo mi bóxer qué están el suelo me los pongo. Camino hasta la chica, y la toco hasta despertarla, ella abre los ojos lentamente y sonríe.

—Buenos días, cariño—Dice sentándose en la cama completamente desnuda.

—Hola—digo cortante, porque solo fue un buen polvo, había que aceptarlo, pero un polvo es solo eso un polvo.

Camino por todo el cuarto, hasta encontrar su ropa, la agarro y se la tiro en la cama—Vístete por favor.

—¿Qué? —dice frunciendo el ceño, se ve desconcertada, porque lo está.

—Qué te vistas— recalco. Busco mis jeans, los encuentros debajo de la cama, lo sacudo para ponérmelo.

—Eres todo un cabrón—ella se empieza a vestir, yo me abrocho el pantalón, quedando con el torso desnudo e Ignoro lo que a dicho, no estoy de humor, para aguantar estás cosas—Eres un imbécil —camina hasta mí.—No soy una puta, para que me hables así —dice al frente de mí.

—Ah, en serio, tal vez no lo eres, pero te folle anoche sin conocerte, no hay mucha diferencia—Esta alza su mano para abofetearme, pero yo tomo su muñeca y la detengo a un centímetro de mi mejilla.—me estás tocando los cojones, te traté de no faltarte él respetó, pero no cooperaste.—suelto la muñeca y agarro su suéter que está en la cama y se lo doy— Ten un poco de dignidad y sal de mi vista.—esta hace lo que he dicho y escucho como estrella la puerta al salir.

Joder, tengo hambre, y no tengo nada de comida. 

Mi teléfono vibra, saco mi teléfono de mi bolsillo trasero, es un mensaje de Marcus.

Quiere que vaya a su casa, ahora que hizo este imbécil, me pongo un suéter, salgo del departamento, me dirijo al estacionamiento, me subo a la moto.

Al cabo de unos veinte minutos ya estoy en la casa de Marcus.

Me alimento, Le expliqué lo que había pasado y porque ya no vivía en mi casa, él comprendió y me dio más comida.

Y ahora me está contando, Qué la cago con Stella, le dio dinero a Stella, después de follar.

— Eres estúpido, Marcus, literalmente le dijiste puta en pocas palabras.

—realmente no ha sido mi intención, ella me dijo que tenía problemas económicos, yo quise ayudar, además estábamos en un su casa con los chicos y Meredith se me acerco y me beso sorpresivamente, no reaccione y Stella nos vio, salió llorando, yo le seguí y me dijo que me vaya al carajo —se le corta la voz. Mierda, Stella hizo que el "Fuck boy" quiera llorar por ella, de verdad le quiere.

—Le quieres de verdad cierto —él asiente—estás enamorado.

—No es hora de broma

. Después de calmar a Marcos estábamos jugando a la Play, siempre pierde.

¿Dónde está Christal?, y su amiguito, se me hace raro.

—¡Marcus!—Dice Christal, wow usé telepatía. se ve enojada. Marcus se levanta, nos miramos extrañados. Christal no dice nada se acerca y le da una patada en las bolas. Marcus se queja y la mira como si estuviese loca.

—Marcus, has hecho llorar a quien no se lo merece, tienes una chica increíble —Esta lo abofetea. Parece que lo disfruta—¡Reacciona Joder!.—Marcus la mira como loca, yo en cambio, la miro admirado, me gusta eso.

—Me tengo que ir, no me pegues más joder.—dicho esto, Marcus se va.

—Oh, hola.—Dice Christal notándome.

—Christal—saludo y recuerdo lo bien que besa y su aroma dulce penetrando mis fosas nasales. Anoche.—¿La pasaste bien anoche?.—Christal se sonroja, claro que recuerda.

—Eh, sí.—Vuelve a levantar la mirada.

—¿Qué vas a hacer esta tarde?.—digo apagando la Play y caminando hacie ella.

—Nada, Mat ya se ha ido, Stella está cabreada, así que, nada.— Uh, Matew ya se fue, asi que no creo que nadie se moleste si tomo a Christal un rato.

—Me he mudado y tengo que comprar algunas cosas, ¿me acompañas?—Esta duda por un momento.

—Sí, está bien.—yo asiento, salimos de la casa, Julieta ya se ha ido, porque, cuando llegues estaba aquí, Christal cierra la puerta. 

Christal se monta detrás y me rodea con sus brazos, yo sonrió de medio lado, y arranco.

Después de unos veinte minutos estábamos en un centro comercial y estábamos debatiendo el color de mis cortinas.

—No seas idiota, como vas a llevar unas cortinas blancas, Eso va a terminar sucio y entrara el sol.

—Joder, pero si me gustan.

- Lleva estás —Dice sosteniendo unas cortinas negras con rayas aleatorias grises. Definitivamente no debí traerla.

—No, quiero estás.

—Bien, hagamos algo, combínalas.—Me quitas las cortinas de la mano—Ponemos las negras en la esquina y la blanca en el medio.

—Bien, pero, si queda mal, me debes algo —Propongo, quiero volver a probar su boca, si no, voy a encenderla.

—y, si quedan bien.

—Te debo algo—ella asiente, agarra sus cortinas y se media vuelta.

Después del debate de que cortinas quedan mejor o no, Christal, me insulto un par de veces, por qué veníamos en moto no podríamos llevar las compras en la moto. Y tenía razón, pero le pagué a un taxista, para que nos siguiera y llevara las compras.

Christal era un maldito loro, no paraba de hablar, de como he sido idiota, de que si color, De qué si combina o no.

—Gracias—le dice al señor, tomando dos paquetes.

—De nada —El señor termina de bajar los otros dos últimos paquetes, se monta al carro y se va.

— Es por aquí, te ayudo con eso.—Señalo los paquetes.

—Yo puedo con dos putossimples paquetes—Dice a mis espaldas, siguiéndome.

—Dices muchas groserias.

- Aguantate, Eydan. Es hereditario.

Subimos al ascensor, Christal pone los paquetes en el suelo del ascensor, los vuelve a recoger cuando el ascensor se detuvo y se abrieron las puertas. Christal sale primero.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.