Prólogo

Días después 

Me encontraba en mi cama, abrazada al enorme oso de peluche que Austin había ganado en una feria y luego me lo regaló. Estaba sola en aquella enorme casa, Liam estaba en casa de mis padres, y yo, bueno estaba recordando todos los bellos momentos que había vivido con él en los últimos años pero tenía claro que necesitaba tiempo para asimilarlo todo y no destruir mi estabilidad emocional en el camino; por el momento no estaba seguro si algún día lo iba a poder perdonar, pero a día de hoy eso lo veia muy negro. 

Por más que intentaba alejar a Liam de nuestros problemas, no lo he podido lograr. Él ha estado preguntando por su padre en los últimos días y no he sabia como decirle que nos estábamos tomando nuestro tiempo, no quería que una mala decisión afectará a nuestro hijo, porque después de todo eran nuestros problemas y Liam no debería de verse influenciado. 

La puerta de la habitación se abrió de golpe, levanté la mirada y me encontré con una de las gemelas. Llevaba meses sin verlas, la última vez que las vi fue para la cena de año nuevo donde Angie nos anunció su compromiso; nos tomó por sorpresa pero de igual forma la apoyamos, después de todo él la hacía feliz.

―Me parece mentira que te estés tirando al vacío por un hombre, será el amor de tu vida y todo lo que quieras pero no merece la pena que derrames lágrimas por él ―con la mano derecha secó mis lágrimas. Ni siquiera me había dado cuenta de que estaba llorando.

―No me he tirado al vacío, son las hormonas del embarazo —protesté y le señalé mi pequeño pero abultado vientre―. Además lo primero que se hace, cuando entras a la casa y a la habitación de alguien, es saludar, no aparecer como una delincuente.

—Lo siento, hola ―se sentó en el borde de la cama―. Solo quiero decirte que sí lo estás haciendo, necesitas salir y despejar tu mente, que sepas que un viaje sería la mejor opción. 

—Claro —conteste con sarcasmos— ahora me doy a la fuga con mis hijos. ¿Por cuánto tiempo me voy? ¿Un par de semanas? ¿Un mes? ¿Siete... —no pude continuar con mis divagaciones porque Ángela me interrumpió—.

—Deja de exagerar por dios —rodó los ojos—, solo sugería irnos unos días a algún spa o incluso irnos a algún país de Europa.

—Me niego, paso de viajes. Lo que en realidad necesito es olvidar los últimos días y fingir que nada de esto a pasado, no es bonito enterarse de que la persona con la que he compartido estos últimos años es el padre de tu hijo, durante mucho tiempo lo estuve insultando, y me maldecía a mi misma por haber acudido aquella fiesta pero lo que más me jodió fue no recordar nada después de toparme con él y amanecer sola en aquella habitación.

—Tuvimos razón cuando te dijimos que ambos se parecían, pero no, tú decías que estábamos de manicomio —rodó los ojos—. 

—Ya sé lo que dije, pero yo qué iba a saber, nunca llegué a cuestionar quién era su padre y ahora que lo sé tengo sentimientos encontrados —al fin era capaz de admitir en voz alta lo que sentía y con las hormonas estaba empezando a llorar por todo—. ¿Qué se supone que debo hacer?

—No seré una psicóloga, y tampoco pretendo serlo —una leve risa salió de sus labios—, pero solo te diré que escuches a tu corazón y sentimientos.

—Lo intentaré aunque ellos esten algo confusos.

Angela estuvo un par de horas más en casa hasta que salimos a dar un paseo, ese tiempo me sirvió para despejar mi mente y solo centrarme en el presente. No sé cómo acabamos en Nancy's donde por segunda vez el azar me juntó con Austin, pero esta vez él no estaba allí.

—Esto me recuerda al inicio de mi historia con él, solo que esta vez no estoy llorando por mi pasado.

¡Holissss, sorpresa!

Antes que nada quiero comentar que la historia contiene algún que otro spoiler de alguna de mis novelas, aunque para que no sea tan así he pensado en ir publicando las demás historias a la vez (Nuestra Oportunidad y 30 Días) pero no sé si me dará tiempo con el tema de mis estudios. 

Pd1: Las actualizaciones intentaré que sean una vez por semana.

Pd2: Feliz Navidad