Siempre fuiste muy considerado.
Yo siempre fui muy distraída.
A los pocos dias de conocerte, tuvimos un segundo encuentro.
Olvidé en el pasillo mi cuaderno.
No te importó lo mojado que se encontraba este por la lluvia.
Tampoco encontrarme en plena clase.
Ingresaste y aún no me decido si fue suerte encontrarme en el último pupitre o algo más.
Se paralizó la clase: el profesor te regañó, las chicas voltearon, los chicos te saludaron...
Mas tú pasaste de todo ello y me susurraste en el oído: Se te cayó.
También siempre decías cosas muy obvias a la gente mientras te sonrojabas.
También yo lo hacía.
Y también siempre fuimos algo que nunca fuimos.
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Editado: 13.08.2020