Lo que fui, soy y seré

El porque de las cosas (Denisse)

Quizá todo comenzó el día en que mi padre se fue de casa, o quizá todo comenzó el día en que nací, en realidad creo que eso es lo que menos importa ahora, mi madre sigue gritando una y otra vez lo mucho que la decepciono, que si no soy la mejor no soy nadie, a decir verdad ahora después de tantos años ya no me duelen sus palabras; incluso creo que conseguí adormecer mi cuerpo a voluntad  así cuando estampe su mano en mi rostro no sentir más que una caricia.

 

Siempre me he preguntado porque lo hace, yo no pedí nacer, yo no pedí venir a este mundo, pero al parecer es algo que mi madre ignora por completo y descarga su ira y frustración en mi, yo solo me callo y dejo que sus puños choquen contra mi cuerpo una y otra vez, dejo que me grite todo lo que ella sienta necesario “es lo que una buena niña hace”,me reconforto en el hecho de que mañana será la misma, quizá me mire con algo de desprecio antes de irse al trabajo y no verme hasta bien entrada la madrugada, en sus palabras “entre menos tenga que ver tu asqueroso rostro mejor”.

Mi alarma suena y el hormigueo en brazos y estómago me dificulta el levantarme de la cama, hago una ligera mueca de dolor y me levanto lentamente, camino hasta mi espejo y observo los moretones, aun duele tocar la piel a su alrededor, admiro mi armario en busca de prendas suficientes para tapar los golpes, al final me decido por un suéter cuello de tortuga de un verde pantano y un pantalón de mezclilla, me agacho  y tomo mis converse negros, después de colocarme todas mis prendas amarro mi cabellos pelirrojos en una trenza y con un poco de pelo en el flequillo cubro una pequeña cicatriz en mi mejilla, reviso la hora en mi reloj; 7:03 am.

Salgo a la cocina y empiezo a preparar el desayuno, nada demasiado elaborado, unos huevos revueltos pan tostado y jugo de naranja, hago un emparedado para mi mamá y lo guardo en una bolsa de papel, no tarda mucho en llegar hasta donde estoy yo Observa el desayuno y voltea a verme.

-Bueno, al menos sirves para algo

Más que decírmelo suena como si lo escupiera en mi dirección, de igual forma no le presto atención y tomo mis cosas para salir lo antes posible de aquellas cuatro paredes; paredes que han escuchado insultos gritos y golpes, paredes de color crema que en algún momento estuvieron salpicadas con algo de sangre, pero antes de que pueda poner un pie fuera de aquel escalofriante lugar una mano detiene mi camino tomandome del brazo,encaja sus largas uñas en el y me es casi imposible retener mi quejido, me atrae hacia ella con fuerza y me mira, directamente a los ojos, mientras mas me observa sus uñas se encajan más en mi, los moretones aun duelen y estoy segura de que sus uñas me están haciendo daño, pero solo me quedo callada, quieta, rogando en silencio que me suelte y me deje ir

-Tienes el mismo asqueroso rostro de tu padre...

-Si - Solo alcanzo a musitar en silencio

-Y eso que te vuelve a ti?- pregunta esperando una respuesta de mi parte, y yo ya la conozco 

 

-Una persona asquerosa...- respondo por lo bajo 

Asiente en señal de que he acertado

-Véte, haz algo bien y se la mejor, no me decepciones como siempre...

 

Y sin más me suelta con brusquedad provocando que choque con la barra de la cocina, me apresuro a recobrar la compostura y salgo de la casa tan rápido como puedo,las piernas me fallan y en un punto tengo que recargarme en un árbol, esas situaciones me ponen los pelos de punta porque en la mayoría de los casos termina de una sola manera.

 

Y todos los moretones en mi cuerpo son el recordatorio de ello.

 

 




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