Septiembre 18 —Año 2023
Ha pasado un mes desde que te fuiste.
Desde ayer alguien ha tocado con insistencia la puerta de nuestro apartamento, sé quién: mi mejor amigo, Kevin.
Me llamo incontables veces, pero no conteste, esa llamada no me importaba, estaba esperando alguna llamada o mensaje de tu parte, la cual sé que nunca llegaría…¿era tan malo conservar las esperanzas después de lo que te hice?
Mi parte racional respondió SI.
Mi parte sentimental dijo NO.
No es muy fácil adivinar cuál de las dos gano.
—Amigo, ábreme, no puedes ser en este estado. Te he dado tiempo suficiente para que lo hayas superado —es verdad no puedo seguir en estado, pero me siento tan tranquilo sea lo que eso signifique regocijándome en mi propio dolor que yo cause.
—Sí mañana no me llames, pediré la llave a tu conserje para que me abra la puerta. Adiós —Él es un buen amigo, él me dijo lo que pasaría, pero no lo escuche, siempre estuve pendiente de mis necesidades, todos mis pensamientos eran: yo, yo, y…yo.
Él era el único que me soportaba, ni mi padre hacia eso por mí, él ya me consideraba un caso perdido, y no podía negar que así fue, pero quería mejor, ser mi mejor versión.
En este momento me percate que no tenía a nadie, todo el mundo estaba conmigo por el dinero que tenía, por el poder que tuve en algún momento, yo los acepté así que ellos no tenían la culpa, yo ví lo que ellos querían y no me importo dárselos.
Ya no quería ser esa persona…no quería ser más así, me odiaba a mí mismo, porque no solo me había dañado a mí, sino a alguien más, a alguien que amaba.
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Editado: 13.01.2024