Lo que me oculta la noche | 1

Capítulo 36 "El sol"

El amor inmaduro dice: “te amo porque te necesito”. El maduro dice: “te necesito porque te amo”
(Erich Fromm)
 


Lilyet

Al despertarme lugares de mu cuerpo extraños me dolían y flashbacks de la noche anterior llegaron a mí.

El susurro de Ismael.

Como Camilo tiraba de la cuerda.

Como Daniel me follaba.

Estaban ahí a mi lado cuando abrí los ojos, estaban relajados se les notaba y estaban durmiendo profundo porque me moví para ambos lados para verlos a los tres y no se dieron cuenta, no quería pensar en lo que había hecho Paola la noche anterior me negaba a ser la empática en esta situación quería disfrutar de esta mañana con ellos quería besarnos quería que seamos ellos y yo para siempre quería tantas cosas que a veces parecía que nuestra relación era de años.

Quería vivir tantas cosas con ellos, pero también quería hacer preguntas que pasaría cuando todos nos vallamos a la universidad quieren ir a la universidad porque nunca hablamos de eso necesitó respuestas.

—Tienes que respirar—La voz de Daniel me hizo salir de mis pensamientos.

—Es lo que hago—Dije en un susurro para no molestar a Limón y Camilo.

—Lo que haces es hiperventilar — Susurra Ismael mientras se da la vuelta y se acomoda para seguir durmiendo lo mismo que hizo su hermano Daniel hace solo un segundo.

Camilo paso su brazo por mi espalda y me acurrucó a su lado y movió una de mis manos cercá de su pecho.

—Esto es respirar—Movió mi mano a mi pecho—Esto es hiperventilar — Beso mi frente y se aferró a mí, sentí mi corazón latir y su respiración era un día soleado y la mira era una tormenta llena de rayos y no la podía parar, tener flashbacks de lo que había pasado la noche anterior lo hacía peor tenía cada momento como si yo hubiera sido quien mato a la mujer y no Paola tenía los recuerdos vividos podía sentir el gusto de la sangre en la boca, me estaba quemando por dentro, saber que mate a una señora que no había hecho nada malo solo la mate sin un porque y no es como que si la señora fuera mala se lo mereciera creo que nadie se merece la muerte todos merecemos una segunda oportunidad.

Quería hablar, pero tenía tantas ganas de estar en silencio y pensar y tenía tanta hambre.

—¿Vuestros padres están abajo?— Estaba mirando a Camilo desde la altura de su pecho y él abrió solo un ojo y me miró.

—No, tenían que hacer algo con mi abuelo— Susurró cerrando él unció ojo que tenía abierto.

—Haré de desayunar— Me levante despacio y aunque seguía desnuda agarre la remera del uno de los chicos y salí de la habitación.

Baje las escaleras de dos en dos para ir más rápido parecía una niña de 5 años que iba corriendo a la cocina a por cereales. Cuando llegue empecé a revisar ya había estado en esta cocina haciendo el desayuno así que no sería tan difícil, saque huevos y harina para hacer tortitas y aunque no encontré mi móvil había un pequeño estero en la cocina y lo perdí sonaba una canción en español y eso era extraño para las radios de Estados Unidos, pero me encantaba esta canción ya la había escuchando antes.

Así que mientras sacaba la leche empecé a cantar aquella canción tan bonita, mientras revolvía la leche con los huevos y la azúcar bailaba y cantaba por unos largos segundos me olvidé de todo lo malo de mi vida y solo éramos yo y la canción yo y tres huevos 500 ml de leche y un montón de azúcar.

Las tortitas fueron quedando mejor con el tiempo la primera era una abominación que me comí yo y cuando hice y la iba a dar vuelto Ismael me asusto así que quedo amorfa aunque esta vez se la comió él, seguí haciendo tortitas mientras la música sonaba más fuerte y los hicos fueron bajando se quedaron en la mesa viéndome bailar y cantar canciones en español y aunque no supiera de qué trata la melodía me hacía sentir en paz y que ellos estuvieran ahí me hacía saber que tenía alguien que aunque me sintiera sola era mentira porque ellos estaban ahí.

Camilo dejo mi móvil a mi lado y comento que había sonado, así que lo prendí sin esperanzas de que fuera Analia, pero para mi suerte era ella diciendo que estaba bien y que el tren era horrible pero cómodo. Salte y grite de la emoción me sentí liberada al pensar que estaba bien que no le había pasado nada.

—¿Por qué gritaste?— Dijo Daniel sentándose en la mesa, lleve todas las tortitas a la mesa ellos habían puesto los cubiertos y el zumo en la mesa así que cuando me senté y cogí mis tortitas hable.

—Analia no me hablaba desde el sábado por su móvil y me hablo hoy y no sé por qué me hizo muy feliz— Sé que no se creyeron eso lo sé por los ojos de Camilo lo sé por la extraña forma en que Ismael se metió tortitas a la boca lo sé porque Daniel se tocó la nuca después de mi respuesta.

—¿Qué le paso a su móvil?— Camilo no me miró a los ojos estaba comiendo las tortitas y viendo a las tortitas.

—Se le mojó— No dije nada más, tenía la sensación de que había algo en el ambiente algo que no me querían decir.

—¿Por qué están tan raros?—Camilo rasco su cabeza y miró a Ismael quien me sonrió.

—A que universidad iras tienes que empezar a buscar estamos a 1 mes de terminar las clases— Estaban así por eso, por la universidad.

—No lo sé y ustedes— Silencio otra vez cada vez que yo preguntaba era silencio.

Quería saber sobre ellos, pero era imposible saber sobre alguien que no te cuenta su vida, como es que estaba enamorada de ellos si en realidad solo sé sus nombres.

Necesitaba descubrir que me ocultaban necesitaba más mucho más y eso fue lo que hice esa noche buscar respuestas.Cuando me fui de la casa de los Oalet y llegué a casa mamá estaba preocupada por mí y por lo que me estaba pasando sentía que estaba despegada de la familia sentía que ya no éramos unidas sentía que ya no la amaba. Le conté todo como me hice novia de los Oalet y lo que significaban para mí le conté por qué me "había quedado con Analia" esa noche le dije que me perdonara por haber estado distante y mi padre pues él no necesitaba que le diera explicaciones mientras cenáramos juntos eso era lo que necesitaba.




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