Lo que me pertenece

Cao 16: No Entiendo.

Narra Alexander:

Un mes después:

—¿Crees que acepte?—. Le pregunto a mi abogado de confianza.

—Su hermano le importa, ara lo que sea por él, ¿No lo crees?—. Me responde dejando el contrato en mi escritorio.

—Tal vez si, aunque será difícil convencerla, dile a tus colegas que no debe de parecer que fue planeado, no quiero que sospeche que yo estoy detrás de eso—. Alison no aceptará al menos que algo que le importe esté en peligro, soy un idiota al poner a Alejandro en esto pero debe de ser así.

No hay otra salida.

—¿Cuando pones en marcha el plan?—. Me pregunta mientras bebe su whisky.

—En un mes, tengo que hacer algo antes de eso, ve preparando todo.

—Narra Alison —
 


 

Al día siguiente.
 


 

Quiero dejar de ir a la Universidad y tomado las clases por línea pero Alexander no me deja.
 


 

Se volvió un tormento tener que ir, todos los días hay alguien que me tira las cosas, me escriben notas de odio, se burlan por que soy huérfana, me tratan de zorra, insinúan que me acoste con el director o con Thomas para poder entrar a esa universidad.
 


 

Simplemente ya no quiero ir ahí, no quiero decirle a Alex porque no tiene tiempo para resolver mis problemas, la empresa lo necesita al 100%, yo intento ayudarle en lo que pueda.
 


 

Por ejemplo ahora, inversionistas extranjeros quieren cancelar su contrato con la empresa después de la muerte de Thomas.
 


 

Algunos ya lo cancelaron y tenemos que buscar más, las acciones están cayendo además de que Cancelaron grandes proyectos.
 


 

—Debes descansar—. Dejo los documentos en el escritorio y le dejo una taza de café.
 


 

—No puedo, tengo mucho que hacer, no puedo dejar que la empresa de mi padre se venga abajo—. Me dice mientras suelta un suspiro de frustración.
 


 

—Pero para que hagas tu trabajo bien debes estar bien tú —. Siento mucha impotencia de no poder conseguir firmar con los inversionistas de Italia, aún no puedo, eso ayudaría mucho— Ayer no dormiste, debes relajarte un poco, así no podrás seguir.
 


 

Camino hasta ponerme detrás de su silla y comienzo a masajear sus hombros, está muy tenso.
 


 

—A-Alison, n-no...—. Susurra.
 


 

—Tu solo relájate, eres humano Alex no eres un robot—. Masajeo suavemente sus hombros hasta que empiezo a sentir como sus hombros se relajan.
 


 

Minutos después dejo de masajear y me recargo en su escritorio para ver cómo se a quedado dormido.
 


 

Su rostro se ve relajado y eso me gusta, así no parece gruñón como los empleados lo ven siempre.
 


 

Ha dejado de usar los pircings con los que lo conocí, usa trajes de oficina lo que le da un aspecto más maduro y responsable.
 


 

—Eres muy terco —. Susurró.
 


 

—Y tú tan buena con las manos—. Habla aún con los ojos cerrados.
 


 

—Se supone que deberías estar durmiendo —. Lo golpeó en el hombro cuando se endereza en su silla.
 


 

—¿Cómo podría dormir cuando me miras como si quisieras ver a través de mi?—. Pregunta burlón.
 


 

—Ni que estuvieras tan guapo como para que te estuviera viendo—. Es guapo si, pero un idiota también.
 


 

—¿No soy guapo?—. Pregunta indignado.
 


 

—No.
 


 

—¿Segura?
 


 

—si.
 

Me jala de la mano y de la cintura de una forma rápida que hace que caiga sentada en sus piernas.
 

—¿Qué haces Alexander?—. Pregunto molesta y nerviosa al mismo tiempo mientras intento levantarme.
 

—No, no te irás hasta que me digas que soy guapo—. Se acerca peligrosamente a mi rostro y siento su respiración cerca de mis labios.
 

—Eres feo—. Le digo mirandolo a los ojos.
 

¿Desde cuándo tiene la suficiente confianza como para hacer que me siente en sus piernas y estar en esta posición tan íntima?
 

—No lo creo, ¿Por qué estás nerviosa?—. Sonríe de manera pícara.
 

—N-no l-lo estoy —. ¿Por qué se acerca tanto?
 

—Yo creo que si—. Susurra para luego besar mi cuello.
 


 

Joder, le gusta jugar así, y si quiere hacerlo yo también jugaré.
 


 

—¿Por qué estás tan Seguro?— le pregunto viendolo directamente a los ojos para después pasar mis manos detrás de su cuello y enredar mis dedos en su cabello luego y así posar mis labios sobre los de él, después muerdo su labio inferior.
 

—A-ah..—. Su rostro confundido y sonrojado me divierte, nunca lo había visto sonrojado.
 

—¿Por qué te sonrojas?—. Pregunto de manera sensual.
 

Acarició su cuello y luego deposito besos húmedos en este hasta que lo escucho gemir.
 

—A-alison...
 

—¿Qué?, ¿No querías jugar?—. Le digo con una sonrisa en grande después de haber cumplido mi objetivo.
 

—Suerte con tu amiguito —. Le digo parandome de sus piernas después de sentir la dureza de su miembro.
 

Salgo como rayo de su oficina y corro al baños de damas.
 

—¡¡Maldito Alexander!!!—. Grito después asegurarme que no había nadie.
 

—Necesito agua —. Le abro la llave al lavado y me mojó la cara, estoy super sonrojada. 
 

¿A qué quieres jugar Alexander?
 

¿Y por qué sus labios saben tan rico?
 

¿Usará algún bálsamo para los labios?
 

¿Cuál será?
 

¡¡¿Y porque estoy pensando en eso?!!!

Desde que me beso en la universidad había querido volver a probar sus labios, así que tuve la oportunidad y la tome.
 

Él me confunde tanto.

Y no me gusta eso.
 




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