Lo que pienso cuando se trata de ti

¿Cómo se le llama a esto de extrañarte después de que me dejarás hecha un desastre?

Ya no quiero volver a llorarte y estoy decidida a ya no más quedarme dormida anhelando abrazarte.

Sin embargo como deseo a veces correr a por ti y apostarle a la vida por nuestro amor que era más que un título, más allá del contacto físico, de los tiempos juntos o líos sin sentido.

Quisiera poder viajar en el tiempo para decirme a mí misma que no se trata de hacerle ver al amor de tu vida que todo lo que haga no va a contentarme.

Me diría también que el amor se cuida, no se daña ni se recrea a base de pequeñas mentiras.

Simplemente no debí de cruzarme de brazos negándome a hablar, a arreglar las cosas para poder continuar.

Aquellos quienes me conocían no supieron lo mucho que mentí sobre ti y lo poco que agradecí que me alentaras a romper con esas pesadas cadenas que me impedían ser feliz.

Estaba llena de inseguridades y orgullo;

Tú, cargabas con un poco más que el mío y menos paciencia para creerte de mis vagas promesas.

Ellos no saben que una y mil veces me pediste llorando que ya no fuera así.

Nunca supe en qué nos equivocamos hasta que nos fuimos y entendí en el proceso que cada quien carga sus culpas y no se trata de creer que soy una santa o tú un Dios, porque las personas perfectas en esta tierra no existen, claro que no.

Aun así vivido trescientos sesenta horas de agonía no puedo odiar el pasado porque sin siquiera ya saber de ti aún escribo y mi mente evoca todas esas caminatas después de clases, esos lugares llenos de tranquilidad, hasta las cosas más chiquititas, todo era bello, todo era paz.

Una vida no es lo suficientemente larga para estar agradecida por todo lo que dejaste construido.

Una chica con autoestima, que ya no se guarda gran parte de lo que piensa, que se anima a hablar, que pide disculpas, que se avienta a escribir lo que siente y a tomar cuantas fotos de su cara y lo que en su diario andar encuentre.

Sí, es cierto eso de que cada persona en tu vida te va dejando un pedacito de la suya. No sé si exista un regalo más bonito que ese.