Lo Que Nunca Fuimos o Seremos

Capítulo 16: El eco del pasado

El día siguiente amaneció con un cielo despejado, pero Amaya no podía evitar sentir una sombra de inquietud en su interior. La conversación con Elías la había dejado pensativa, y aunque había dicho que no podía seguir atrapada en lo que fueron, una parte de ella aún se aferraba a la idea de que algo entre ellos no estaba completamente cerrado. Había algo en la forma en que él la miró esa noche, algo que sugería que el final no era tan definitivo como ambos querían creer.

Decidió salir a caminar, un hábito que había adoptado últimamente para despejar su mente. El aire fresco de la mañana le acariciaba la piel, pero en su interior, aún sentía la pesada carga de las decisiones que debía tomar. No quería volver atrás, pero tampoco sabía cómo seguir adelante sin preguntarse si realmente lo que compartieron podría resurgir algún día.

Mientras caminaba por el parque cercano a su departamento, se cruzó con un familiar. La voz de su madre resonó en su cabeza, como un recordatorio constante de que la vida seguía adelante, de que no podía aferrarse a las sombras del pasado.

"Tienes que dejarlo ir, hija. El tiempo no espera a nadie."

Pero era más fácil decirlo que hacerlo. Elías había sido parte de su vida, su amor, su compañía en los momentos más felices, y de alguna manera, aún sentía que él formaba una parte de lo que ella era. Y aunque había intentado avanzar, las piezas del rompecabezas no encajaban sin él.

Decidió pasar por la librería que solía frecuentar. Buscó entre las estanterías, sumergiéndose en las páginas de libros que no pedían explicaciones, que no le hacían preguntas incómodas. Fue entonces cuando algo captó su atención: un libro de autoayuda, pero lo que la hizo detenerse fue el título: "Las decisiones que cambian tu destino".

Lo tomó en sus manos y lo hojeó, sin ninguna expectativa, pero algo dentro de ella la instó a comprarlo. Tal vez necesitaba respuestas, aunque no sabía si el libro las tendría.

---

Elías, por otro lado, pasaba sus días con un peso en el corazón. El trabajo lo mantenía ocupado, pero su mente siempre regresaba a la misma pregunta: ¿Debería haber hecho algo diferente?

Desde la conversación con Amaya, había intentado convencer a sí mismo de que estaba bien dejar ir las cosas, que su vida podía seguir adelante sin ella, pero la verdad era que había algo que lo mantenía atrapado en el pasado, como si el destino le estuviera susurrando que no todo estaba terminado.

Esa tarde, mientras salía de una reunión de trabajo, decidió caminar por la ciudad. Necesitaba despejar su mente, pero no podía evitar recordar cada rincón de la ciudad que había compartido con Amaya. Los cafés, los parques, los pasillos del museo al que solían ir, cada lugar lo evocaba a ella, y aunque sabía que no podía seguir con esa carga, una parte de él aún la deseaba cerca.

Fue en ese momento cuando, al cruzar una esquina, la vio. Amaya estaba de pie en la entrada de una librería, el libro en las manos, aparentemente inmersa en sus pensamientos. El corazón de Elías dio un vuelco, y aunque sabía que lo lógico era seguir su camino, algo lo hizo detenerse.

No se acercó de inmediato. La observó desde lejos, como si quisiera ver si ella lo notaba, pero Amaya no se movió. Al final, y con un impulso que no pudo controlar, dio un paso hacia ella.

-Amaya... -dijo, y al escuchar su nombre, ella levantó la vista.

Los ojos de Amaya se encontraron con los de Elías, y por un segundo, el mundo pareció detenerse. Ella no sabía qué esperar, pero esa mirada le dijo más de lo que necesitaba escuchar.

-Elías... -respondió, sorprendida pero también consciente de que no podía ignorarlo. Había algo en esa casualidad que no era tan casual, y a pesar de su resistencia, sentía que el destino tenía algo que aún quería decirles.

-¿Te importa si hablamos? -preguntó él, su voz suave pero llena de una urgencia contenida.

Amaya miró el libro que aún sostenía en las manos. No sabía si estaba lista para hablar con él, no sabía si estaba lista para revivir lo que habían dejado atrás. Pero algo en su interior, una parte más profunda que no quería ignorar, la empujó a aceptar.

-Claro... -dijo, y juntos caminaron hacia el pequeño parque cercano, donde el murmullo de la ciudad parecía desvanecerse un poco.

Se sentaron en una banca, y el silencio entre ellos fue incómodo al principio, como si ambos estuvieran esperando que el otro dijera algo. Finalmente, fue Elías quien rompió el hielo.

-No sé qué estamos haciendo, Amaya -admitió, su mirada fija en sus manos entrelazadas-. Me cuesta dejar ir lo que compartimos, y no sé si eso está bien o mal. Pero no puedo seguir ignorando que siento que tal vez hay algo más, algo que aún no hemos terminado de descubrir.

Amaya lo miró, sintiendo que esas palabras eran lo que había estado esperando escuchar, pero al mismo tiempo, algo dentro de ella la hizo dudar.

-Yo... no sé si debería seguir esperándote, Elías -dijo, su voz temblorosa, pero con una firmeza que él conocía bien-. A veces creo que lo que compartimos ya no tiene cabida en nuestras vidas. Y quizás es hora de seguir adelante, sin mirar atrás.

Elías sintió el dolor de esas palabras, pero también algo de comprensión. Sabía que Amaya tenía razón, que no podían seguir atrapados en un ciclo del que no podían salir. Pero no podía evitar preguntarse si, tal vez, aún había una oportunidad, un pequeño resquicio de lo que habían sido, que aún podría crecer de nuevo.

-No quiero presionarte, Amaya -dijo con suavidad, tocando ligeramente su mano-. Solo quiero que sepas que, pase lo que pase, lo que fuimos siempre será importante para mí.

Amaya lo miró fijamente, sus ojos llenos de emociones contenidas. No había respuestas fáciles, pero, por un breve momento, se permitió pensar que tal vez, algún día, podría haber algo más entre ellos.

-Tal vez el tiempo nos dé esa respuesta -dijo, con una sonrisa triste, pero con un destello de esperanza en sus ojos.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.