Lo que nunca te dije.

A la despedida

Esta noche te recordé de nuevo, pero ya no con la misma intensidad, ya no con la misma euforia, y menos con el mismo sentimiento.

Siento que tú recuerdo se desmorona entre mis manos y que tú recuerdo solo queda en el reloj de arena que poco a poco cambia de sentido cada pequeño granito colmado de historia.

Te recuerdo en mis alegrías, porque algún día soñé pasarlas a tu lado, tomada de tu dedito meñique como cual promesa inocente, soñé abrazarte al ver las estrellas en cada noche, sueño aún con reír junto a ti mientras simplemente existimos en este de mar inmensidad, y es que tú ausencia duele tanto que el infinito finito empieza a ahogarme, el amanecer me unde y sus estrellas me ciegan, el sol me quema y la lluvia me aplasta, sin ti las cosas nos están completas, sin ti las canciones toman un sentido que nunca imaginé sentir tan profundo y tan cortante como ahora.

Confirmo con toda mi razón, que lo que tengo por ti no es necesidad, porque aún sigo de pie con tú recuerdo y tú ausencia, aún sigo pidiendo deseos a la hora espejo, ese doble once que me llena de esperanza y que aunque pida mil veces, sigue dejándome sin ti; se que no es necesidad porque hace tiempo deje las puertas abiertas para que te fueras y que aún con dolor, te dejaría crecer, te dejaría florecer, te dejaria ser con todas tus fuerzas, y es que lo que tengo es amor, lo que siento por ti es odio, porque te marchas sin permitirme ser tu melodía, sin permitirme llenarte de fantasías y experiencias, y aunque fuimos primerizos en tantas cosas, recaimos en la misma pauta que con cualquier otro, hay un final, un final al que temo llegar, porque aunque no estás aquí, de momento vuelves y le temo al día en que tú necesidad y soledad se hagan insignificantes hasta el punto que no busques de mi, que aunque duela, podré ver unos segundos más tu figura derritiéndose en el horizonte, haciéndose pequeña como lo que nos queda juntos, como lo que me queda de vida, porque aunque exista, no tengo emociones de vivir, pero si expectativas a descubrir.

Déjame una pequeña gota de ti, déjame si quiera una ilusión de un te quiero, el aroma de tus besos y la sensación de tu tacto, déjame tan destruida que se acabe la poca empatía que me queda por cupido, dile a ese diablillo que sus flechas están llenas de veneno, que solo dejan oscuridad y un montón de tristes recuerdos a su paso, dile al destino que la lección me la hubiera podido dar de una manera menos destructiva, dile a la luna que me acompañe para no perder el poquito de sentimientos que aún me traen alegría, llévate la tristeza y desechala como tú pasado, desechala como aquello que te hace mal y líbrame de lo más fuerte que quisiste dejarme.

Te amare porque contigo descubrí que mis límites son más profundos, pero que mis miedos a equivocarme, son más certeros al herirme, tal vez no fui la más extrovertida, pero en mi mundo, pase riesgos que nunca imaginaria, Cruze puentes que me llevaban a mis temores, rompí cadenas que resguardaban monstruos, pero que curioso fue descubrir tus demonios y que no se parecieran ni en los ojos a los míos, el límite me impidió equivocarme, pero me evito las emociones, me bloqueó el empirismo y me dejó triste y con vacíos que no conocía ni yo mismo.

 

 



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En el texto hay: sentimientos plasmados

Editado: 26.04.2023

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