Lo Que Oculta Tu Mirada

Capítulo 3

Me encontraba tan atareada que casi me vació el café encima, hoy la cafetería del campus estaba más llena de lo normal pues la mayoría de los estudiantes vuelven de sus vacaciones días antes del regreso a clases para asistir a la gran fiesta de bienvenida que ofrecía una de las más grandes fraternidades todos los años.

―Odio que haya tantas personas en un mismo lugar―el típico desagrado en la voz de Luisa no se hace esperar.

―Es una cafetería Luisa, creo que debe de haber personas en el sitió ―le recuerdo observando como su ceño se frunce más mirando en una dirección específica.

―Yo no lo atenderé de nuevo―murmura y antes de que pueda preguntar a que se refiera su mano apunta hacia una mesa.

Greg está justo ahí, terminando de sentarse junto a su amigo Jared y otra chica que reconozco como Mandí, una de sus compañeras de facultad.
Mis nervios se alteran con tan solo ver la nuca del tal Jared, antes de que pueda rogarle a Luisa ella se va dejándome parada como una idiota en medio de todo permitiéndole a Greg localizarme con la mirada, el levanta su brazo y me hace una seña para que me acerque.

Voy rápidamente detrás del mostrador para tomar mi libreta, maldigo es voz baja unos instantes y arreglo mi delantal mientras paso una de mis manos por mi cabello, doy un último respiro y comienzo a avanzar en su dirección, cuando llegó les regaló una pequeña sonrisa luciendo totalmente segura de mí misma. Este no es momento para acojonarse.

―Que tal, ¿ya saben que van a ordenar? ―pregunto directamente.

―Hola también para ti Rain, estoy muy bien si lo preguntas―dice Greg sarcásticamente, ruedo los ojos divertida e intento ignorar la intensa mirada que hay sobre mí en este momento.

―Si bueno, que vas a pedir Gregory―respondo irónica notando como Mandí rueda los ojos.

Si, ahora recuerdo porque esta chica no me agrada. Me tacha de una simple zorra universitaria cuando solo soy una chica que disfruta de su vida sexual, eso y que esta flechada de Greg.

―Dos donas glaseadas de chocolate y una malteada con sirope de chocolate―lo apunto en mi libreta a pesar de que me sé de memoria su pedido.

―Y... ¿ustedes?

―Un café descafeinado con leche de soya y galletas de avena con miel―bien, mierda dietética, anotado.

―Un café―dirijo mi atención a Jared observando como aparta la vista de su celular.

― ¿Eso sería todo? ―pregunto y el niega.

― ¿Qué más me recomiendas? ―pregunta colocando sus brazos sobre la mesa dirigiendo toda su atención sobre mí.

―Te recomiendo la tarta de frambuesas―respondo sin basilar, el guarda silencio sin dejar de observarme.

―Bien, y una rebanada de tarta de frambuesas―asiento guardando mi incomodidad y mis ganas de lanzarme por la ventana muy en el fondo de mi ser.

―Bien, en un segundo lo traigo.

Camino rápidamente hacia la cocina donde se preparan los postres y pido lo que ordenaron a Tony mientras preparo la malteada de Greg, el café, y la mierda dietética de Mandí, intento pensar en otra cosa para distraerme mientras llevo lo que ordenaron en una gran bandeja, ahora que lo recuerdo debo de comprar tampones.

Anotado.

―Aquí están sus pedidos―dejó los cafés y los postres sobre la mesa con la atenta mirada de Greg y su amigo sobre mí, aunque una es más intensa que la otra, mientras que Mandí rueda los ojos hastiada por cuarta vez y ve su celular aburrida de mi existencia.

―Y.… dime Rain, ¿no te aburre servir cafés todo el día? Digo…, no es que sea algo demasiado importante―el tono mordaz que usa en su voz no me pasa desapercibido.

Oh por favor, de verdad cree que va a intimidarme con sus jueguitos estúpidos de niña mimada, las personas como ella aburren.

―A decir verdad, no Mandí, no me aburre servir cafés―hago una pausa pensativa―Es más, hasta creo que me gusta.

» Tal vez debería dejar la universidad para servir cafés toda mi vida―suelto un suspiro irónico y le doy una sonrisa.

Ella me sonríe hipócritamente y la ignoró, les digo que disfruten sus aperitivos y me voy antes de que mi afilada lengua salga de su escondite.

...

Me encontraba en casa tirada en el sofá mientras cambiaba de canal cada cuatro segundos, estaba aburrida y no había nada realmente interesante en la televisión como la mayoría del tiempo. Me encontraba más calmada, digo, el compinche de Greg, Jared no me había mencionado nada al respecto ni había hecho algún comentario los días restantes en los que nos topamos después de salir de la habitación de Greg durante la mañana.

Tal vez simplemente no me recordaba, digo, mis facciones son comunes, no tengo ningún piercing ni mucho menos un tatuaje que me distinga o unos ojos memorables.

Antes de que pueda apagar la televisión el sonido de una notificación se escucha por toda la sala y busco mi celular entre las cajas de pizza y los cd de películas románticas que mi compañera de departamento suele ver, al encontrarlo voy a la bandeja de mensajes y el nombre de Greg resalta en negro.

Greg (Máquina Sexual 2.0):
Rwin estiy un poquid borrecho, ven x mi:)
2:33 am

Releo el mensaje varias veces procesando lo que dice y sin dudarlo más lo llamo, el celular timbra una, dos, tres veces y al cuarto su voz se hace sonar.

― ¡Holaaaaa lluvia! ―grita arrastrando las palabras dándome un indicio de que tan ebrio esta.

―Estás borracho―afirmó para mí misma y escucho su risa al otro lado de la línea.

¡Como adivinaste! ―chilla fascinado como si me hubiese visto sacar un conejo de mis bragas.

―Greg ¿dónde mierda estás? ―pregunto sin más rodeos.

Mhm me encanta cuando te pones mandona grrr―responde pícaramente.

― ¡Dime donde diablos estás Greg!

Bien…, estoy en un callejón con unos amigos, estamos fumando la pipa de la paz y.…―de pronto hay un silencio y el sonido de agua cayendo seguido de su risa resuena en mi oído―Carajo José se está orinando en la pared.




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