Giorgio
Me despierto y espero ver a mi esposa dormida entre mis brazos, pero en su lugar está su almohada.
¿Dónde está mi Luna?
Estaba agotada cuando llegamos al hotel corrimos por todo el boulevard gritando que éramos esposos.
Se sacó los zapatos y los tiró en la fuente del vestíbulo. Antes de entrar. El gerente es un gran amigo así que lo dejo pasar después de todo esto es Las Vegas.
La meti en la bañera y le di un baño yo mismo.
Luego la reclamé como era debido, después de marcarla cayó desmayada del cansancio.
Fue una sorpresa saber que mi luna aún tenía su pequeña cereza y fue un placer tomarla para mi. La limpie de arrope después de que se durmiera.
Espera verla dormir un poco más y consentirla, pero no está en la habitación. Su olor es fuerte así que sigue en el hotel. Su tiara sigue en la mesa, pero su anillo también. Eso no es bueno.
Desde que empezó a reír supe que no sería risueña.
Espero y la razón no nuble el corazón. Porque entonces yo estaré muy jodido y deprimido. Me obligo a vestirme y bajar en busca de mi esposa-que bien se siente decirlo-. Me aseguro de llamar a recepción y pedir que nos preparen una mesa.
No se que le pueda gustar del desayuno. Mencionó lo mucho que le gustan los dulces, varias veces anoche. Y se quejó incluso más sobre que no la dejaban comer porque el vestido tenía que entrarle como un guante.
Patrañas ella se vería incluso más perfecta.
De solo imaginarla con el vientre crecido con mi bebé, nuestro bebé. Mi lobo ronronea con satisfacción ante tal pensamiento. En mis 29 años de vida pocas veces pensé en matrimonio e hijos.
Ya se que nos casamos anoche pero mi luna merece una boda por todo lo alto, y ya me encargare de eso más tarde. Ahora debo encontrar a mi luna.
Lars está en una habitación de abajo, me dirijo allí a decirle que investigue todo sobre mi luna. El olor de mi luna me guía a una habitación. Mi luna todo este tiempo estuvo ahí el destino nos cruzara de una forma u otra. Mamá tenía razón.
No podía, no haber alguien en el mundo nacida solo para mi. Todos los licántropos son bendecidos con ese regalo. Los humanos tardan años en encontrar a sus almas gemelas, algunos ni siquiera se la cruzan en una vida entera.
La Señora de la Luna, nos da un indicio de quién está destinado a nosotros.
Algo tan simple como un aroma puede cambiarlo todo. Un toque es como sentir miles de corrientes eléctricas recorriendote entero. Un beso es ir al infinito y más allá.
No hablé con Lars más de 5 minutos antes de ir a desayunar.
– Señor McCartney, la señora está dentro pero no precisamente en su mesa, verá cuando se le informo estaba bastante conmocionada y aclaró que era Smith su apellido.
– Está bien Louise.
Ya sabía yo que sería un desafío mi pequeña Luna. La divisó cerca de la barra con muchas cosas en las manos. A medida que me acerco ella avanza lentamente para no tropezar, pero unos pequeños niños no se fijan en mi Luna y la tropiezan.
La tomó de la cadera antes de que se lastime.
– Buenos días esposa. Debes tener más cuidado.
Su rostro es incredulidad pura. Esto tardará un rato. Me cuesta calmarla y que su respiración se regule.
– Yo solo entre en pánico. Nunca he hecho algo así y no se que hacer. Yo no recuerdo nada y dios soy una tonta. – Cuando está nerviosa habla mucho, anotado. No puedo evitar sonreír, conocer todo sobre ella me hace sentir que estoy en un nube.
– No es gracioso, si la prensa se entera estoy frita, apenas y el idota dio a conocer que canceló la boda. De solo pensar en lo que dirán, es decir canceló la boda el lunes y yo me caso el viernes.
¿Por qué divaga tanto?
No quiero ser grosero y pedirle que se calle, entonces la callo de la mejor manera. La besó.
Es éxtasis puro. Su sabor es dulce, picante y refrescante. Es perfecto. No, ella es perfecta. No pudo evitar un pequeño mordisco y ese casi imperceptible gemido me desarma.
Esto le gusta.
Yo le gustó, eso es incluso mejor.
Oh mi Luna, haré que me ames, me cueste lo que me cueste.
– ¿Qué demonios pasó anoche? – Está confundida y no sabe qué pensar. Para ella soy un extraña, para mí ella es mi mundo entero. Mi vida no es nada sin ella.
–Esa boca esposa. – ese adorable sonrojo cubrió sus mejillas. – No me arrepiento, Venus. Quiero que lo tengas claro. Y no obtendrás mi firma para anularlo. Eres mía aunque no lo entiendas aún.
– ¿Te estás escuchando? Es una locura, ni siquiera sé tu nombre. Esto no puede ser. Simplemente no. – Está tratando de convencerse a sí misma. Tiene un conflicto interno.
– No es una locura, es el destino. Vamos aún no desayunas. – voy a demostrarle que soy el mejor compañero, voy a ser tan bueno que no podrá dejarme. Volverla dependiente de mi. Mi lobo gruñe. Una y otra vez. Quiere llevarla al bosque, encerrarla de ser necesario, pero está vez necesito pensar yo, no me dejaré llevar por mi lobo